Otra oportunidad

Capitulo 34

 

Cuando Drika toco el timbre y el mayordomo les abrio el porton, las tres entraron y fueron guiadas por el hasta que entraron en la sala donde Alberto y Rafael las estaban esperando.

—Hola, me alegro que hayan venido —dijo Alberto al acercarse a Drika y saludarla con un casto beso en la boca y luego acaricio la cabeza de Katelijn que estaba parada a un lado de su madre mientras Brisa no podia dejar de mirar a Rafael que desde que las vio entrar tampoco pudo dejar de mirarla a ella, hasta que se levanto del sillon donde estaba sentado y se aserco para saludarla como solo los de la realeza hacen con una  dama.

—Hola... —se inclino y cuando tomo la mano de Brisa y le dio un beso al dorso de esta, y ella sintio un calor envolvente recorrerle todo el cuerpo —asi es como en mi familia cordialmente saludaban a las damas.

—Ah, ya veo... —dijo sintiéndose encantada pero un poco incomoda y Drika solo sonrio al verlos antes de que el se acercara y saludara del mismo modo a ella, y a Katelijn.

—Bueno, sintensen que Nicolas pronto nos traera el te, ¿ ustedes toman te antes de la cena o eso no es costumbre por aqui ? —dijo Alberto  pero solo lo dijo como para sacar tema de conversacion.

—No, no es costumbre pero tampoco nos molesta aprender de la costumbres de otros —dijo Drika al sonreirle mientras estaba sentada a su lado.

Brisa estaba sentada a un costado en un sillon y Rafael en otro a un costado de ella, asi que mientras su tia y Alberto platicaban de todo un poco el no pudo evitar mirar mas de una vez a Brisa y ella que por mas que pretendia estar sumergida en la platica de su tia con Alberto, se daba cuenta de como el lo miraba y solo decidió no darle mucha importancia.

Despues de que cenaron y platicaron sobre el trabajo que Alberto ahora hacia en la empresa Pereyra, Rafael se entero que a Brisa le gustaba mucho los jardines y las rosas asi que enseguida la invito para ir al jardin del patio trasero.

—¡ Wuau ! Es hermoso tu jardin —dijo al caminar con Rafael por un camino de ceramico  que pasaba entre medio de plantas y arbustos que tenian rosas rojas, rosadas, blancas y azules.

—A mi padre le gusta cultivarlas... —ella le miro de lado.

—¿ Y  tu madre ? Se que dijiste una vez  que ella murio cuando naciste pero ¿ sabes si a ella tambien le gustaban las rosas ? —como vio lo incomodo que parecia estar, se corrigio enseguida —uh, lo siento, no debi preguntarte eso.

—No, esta bien... te lo respondere solo si tu me respondes una pregunta a mi.

—Ok... —se rio y el tambien lo hiso al ver lo hermosa que ella se veia riendo tan feliz.

—A mi madre siempre le gustaron mucho las rosas de echo creo que por eso mi padre cultivo este jardin —se sintio mal por estar mintiendole, pero por un lado no mentia tanta porque sus verdaderos padres los que estaban en el cielo si le gustaban los jardines y la que era su casa tenia uno igual al que estaban viendo en ese momento —bueno ahora me toca a mi.

—Anda, dispara...

—¿ De verdad crees que fue Lucas quien te salvo aquella vez que casi te atropella un coche ? —su sonrisa se desvanecio y  le quedo mirando seria —y si lo se es porque los chicos me lo me comentaron.

—Si, seguro fue Andres... ese chico es muy parecido a Maria.

—Y por algo sera que son novios... —el sonrio y luego largo un suspiro al ver que ella parecia molesta, pero no se retracro en insistio con su pregunta —y la respuesta...

—Si, estoy segura que fue el —dijo al mirarlo seria de el mismo en que el ahora la miraba.

Ella sabia que Lucas le podria haber mentido ese dia, porque desde el momento en que ella habia encontrado la pluma blanca, dudo de que haya sido el quien le salvo realmente en ese momento, pero jamas se lo dijo a nadie y solo uso ese echo para poder justificar su amistad y ahora su relacion con el. Su conciencia jamas le habia permitido tirar esa pluma blanca, asi que ahora la tenia guardada en su cuarto, en un lugar donde nadie mas pudiera encontrarla, como si estuviera esperando a que su dueño apareciera para reclamarsela.

—¿ En que piensas ? —dijo al mirarla intrigado y ella se sobresalto al salir de sus pensamientos.

—Nada, solo son tonterias.

—No creo que sean tonterias, tu eres demasiado interesante como para que sea una tonteria... —se callo y se sonrojo enseguida al igual que ella porque se dio cuenta de lo que estaba diciendole —digo... que eres una amiga muy importante para mi y todo lo que a ti te preocupe a mi me interesa saberlo, porque quiero ayudarte —ella sonrio al ver lo nervioso que se veia y por como se corrigio enseguida.

—Gracias, tu tambien eres un amigo muy importante para mi —se quedaron en silencio por varios segundos hasta que el se decidio a decirle lo que queria decirle de hace rato.

—Brisa... —dijo al mirarla de lado una vez que doblaron al final del camino y ya volvian de regreso a la mansion —lo que quiero decirte es... que... —se detuvo mirandola indeciso por varios segundos porque los ojos verdes claros de ella se habian clavado en los de el y sabia que era un error muy grande que un angel como el, se enamorara de una humana, pero Rafael  ya estaba rendido, simplemente ya no podia ocultar mas lo que sentia por ella y luego seguir fingiendo que solo la queria como a una amiga —yo te amo... —ella se quedo helada, sin aliento y de pronto todo lo adormilada que habia estado, se desperto del todo.

—¿ Que dijiste ? —dijo mientras lo miraba atonita y solo sentia el palpitar rapido de su corazon porque ella y solo ella, sabia las veces que habia tenido fantasias romanticas con el con ese misterioso joven atractivo que con su elegante traje siempre aparecia en sus sueños. Rafael le gustaba y mucho y como lo veia fisicamente como si fuera un principe que no era de este mundo ni mucho menos para alguien como ella, enseguida penso en rechazarlo.

—Brisa... —dijo al mirar hacia adelante mientras movia la cabeza de lado. No queria volver a repetirlo no con Mebahiad serca y con Dios mismo viendolo y escuchandolo en vivo y en directo. 




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