Otra Vez

4

El vuelo no fue tan malo después de todo, especialmente porque Jeremy estaba a mi lado.

JEREMY QUE AHORA SÉ ERA ANDREE.

Bueno, aún es Andreé. Su segundo nombre es Andreé. — ¿Estas bromeando? —Estoy segura que estoy gritando feliz—, ¿Andreé?

Jeremy ríe. —Te tardaste demasiado en darte cuenta, si no te digo jamás lo descubres.

Le doy un golpe en el brazo y ahora más que antes quiero abrazarlo. No puedo creer que al fin me reencontré con mi amigo de la secundaria, mi verdadero amigo.

— ¡Andreé! —Chillo alegre—, no tienes idea cuanto quise volver a verte. Te busque después en Facebook y en Instagram pero no sabía tu apellido y no encontré a ningún Andreé que se pareciera a ti.

Me da dos palmadas con su mano libre, no tan fuertes como el golpe que yo le di. —Pues me da gusto verte de nuevo, Dolly.

Hago una especie de puchero, como cara de gatito o algo así. — ¡Es que no lo puedo creer! —Estoy tan emocionada—, ¿Cómo querías que te reconociera si has cambiado completamente? Estás más alto, ya no tienes tus rizos y te ves tan… adulto. Te ves genial, no puedo creerlo.

Jeremy se sonroja y ahora comienzo a ver sus rasgos que antes no podía relacionar completamente con nadie como sus pecas diminutas, sus ojos de color miel, sus pestañas largas.

Él me señala. —Tú también has cambiado, ya no llevas el cabello ondulado.

Es cierto, desde hace años suelo alisármelo todo el tiempo, a veces con tratamientos o simplemente con la alisadora de cabello. Me gustaban mis rizos pero supongo que me queda mejor el cabello de esta forma y lo llevo más corto, un poco más arriba de la mitad de mi espalda.

Toco mi rostro. —Sí, gracias a Dios he cambiado.

Niega. —Pero yo sí te reconocí, tienes los mismos ojos de siempre, ojos grandes y como de cachorro.

Suelto una carcajada ruidosa y varias personas voltean a verme, que se aguanten, me acabo de encontrar con alguien que jamás pensé volver a ver.

Toco su brazo con la punta de mi dedo índice. — ¿Qué pasó con mi amigo flaco de cabello rizado que le cubría los ojos?

Ve la parte donde lo piqué con mi dedo sonriendo. —Pues me corté el cabello y comencé a levantar pesas.

Sigo sin creérmelo. —Esto es icónico, ¿Cuáles eran las probabilidades que nos encontráramos en camino a la gran reunión de ex alumnos? Bueno, quizás si lo pongo de esa forma si había bastante probabilidad pero, te prometo que iba a conducir hasta allá, si hubiera hecho eso jamás te hubiera visto de nuevo —hago mi cabello hacia atrás mientras tomo aire—, porque me dijiste que no sabías si ibas a ir, ¿verdad?

Asiente dirigiendo su mirada hacia mí. —Así es, no creo ir.

Me quejo. —Es una lástima, sería genial estar con mi antiguo amigo mientras voy a la reunión.

Jeremy aprieta suavemente mi meñique. —Pero estamos aquí ahora, ¿no?

Afirmo con un gesto. —Es cierto.

Jeremy es bastante interesante. Aparte de saber cinco idiomas, sabe tocar varios instrumentos y les da clases privadas a los hijos de los adinerados. Sabe tocar piano, guitarra acústica y saxofón. Recuerdo que en la escuela me había hablado sobre como sabía tocar guitarra y que estaba en clases de piano. Después de la escuela estudió en una academia de música y aprendió el saxofón.

El resto del vuelo me olvidé que estaba flotando entre las nubes literalmente mientras nos poníamos al día sobre las cosas que nos han pasado. Le conté sobre mi trabajo y él me dijo que tuvo una gatita pero se escapó hace dos meses. No hablamos de cosas muy personales así que no se si tiene novia o está casado o algo, tampoco él me preguntó si yo estaba soltera o casada.

Así éramos en la escuela, nuestra amistad era profunda pero no conocíamos mucho del otro, no realmente. Prueba de ellos es que yo no sabía su apellido y él tampoco el mío, datos básicos pero que a nosotros no nos impidió tener una amistad real.

—Bueno, fue interesante volver a verte —afirmo una vez en el aeropuerto.

Jeremy asiente sin mucho entusiasmo. — ¿Te espera alguien aquí? ¿No tienes hambre?

La verdad si tengo hambre pero debería cuidar mi dieta. A pesar que mi metabolismo cambió y ahora puedo comer lo que sea y sigo pensando lo mismo, no quiero verme mal a la hora que Jake me vea. Yo sé que es patético pero al final, fue y sigue siendo mi primer amor. Todos queremos vernos bien para ese gran reencuentro.

Además Jake es principalmente el motivo por el cual tomé un avión para regresar a esta ciudad que hace años me prometí no volver a pisar. Tengo motivos para esa promesa.

—O tal vez solo debería irme… —Jeremy agrega pues me he quedado en silencio.

No quiero que se vaya. De verdad me emociona volver a verlo, a Andreé que ahora le queda mejor que le llame Jeremy. Desde que mi cerebro conectó los puntos y me di cuenta que él es Andreé, dejé de verlo como el europeo guapo y una gran nostalgia abrazó mi corazón. No es que ya no piense que se mira atractivo, eso no se lo quita nadie pero ahora es diferente, es un cariño especial.

Sacudo mi cabeza. —No, digo, si quieres vamos a comer. Yo invito, por lo de la piscina —juego.

Sin duda le debo una, o varias.

Suelta una risa. —Ahora si te acuerdas.

Caminamos para la salida y por algún extraño motivo siento que a mi meñique le falta algo, su meñique. Es tonto pero realmente me hizo sentir segura y pienso en lo desagradable que va a ser volver sola y tener que regresar a mis técnicas para alejar el pánico de volar.

Ambos terminamos con todo lo del aeropuerto y salimos. Ninguno trajo maletas muy pesadas, yo compraré mi vestido aquí, no tenía ganas de cuidar que no se arrugara y todo eso. Lo ordené por internet de una tienda que conozco bastante bien pues tienen una sucursal en la que ahora es mi ciudad y una en esta. Ya sé cuáles son mis tallas ahí perfectamente, les escribí diciendo que iría a recogerlo en un día en específico, ósea hoy, y lo pagué por adelantado.  




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