Los Brand son una familia normal.
Ambos padres de Jeremy son de ese color de piel tan blanco que con el calor comienzan a enrojecerse. El padre de Jeremy es rubio pero su madre tiene el cabello oscuro, como él. Son altos y parecen supermodelos retirados. Que buena genética, con razón Jeremy tiene esa cara.
Ay no, ¿Por qué pensé eso? Qué bueno que nadie puede leer mis pensamientos.
Abren sus ojos al verme pero ambos sonríen automáticamente — ¡Bienvenida! —saludan al mismo tiempo, sonriendo ampliamente.
Jeremy ya les había avisado de mi visita y me contó que estaban emocionados por conocerme pero no pensé que estarían tan emocionados. Aunque, en cierta forma, lo comprendo. Si es cierto que no ha tenido novia, supongo que para sus padres es como algún tipo de alivio. O algo así.
— ¡Bienvenida Dolly! Jeremy nos avisó sobre tu visita, por favor siéntete como en casa. —Sé que lo dice por cordialidad pero si me sintiere como en casa, sería una locura.
Jeremy suspira y me da una mirada rápida. —Dolly y yo nos conocimos en la escuela, nos acabamos de reencontrar.
Su padre sonríe. —Asombroso, nada como los amigos de la juventud.
Sonrío tratando de comportarme. Su casa es grande, bastante. Tienen muebles de caoba, pisos resplandecientes y unas escaleras enormes que dirigen a la segunda planta. No tenía idea que Jeremy era parte del lado adinerado de este lugar, siempre me pareció bastante común. Su hermano Andy también, ninguno parecía un niño rico presumido.
La madre de Jeremy me toma del brazo y me pide que la siga, me mostrará la habitación donde dormiré. Subimos las escaleras y siento un olor fresco, como a casa demasiada limpia. Ella me lleva hasta el fondo de la segunda planta, a una habitación que sin duda parece cuarto de hotel. Tiene una alfombra negra y paredes blancas. Los muebles son en tonalidad gris y blancos. La cama es tamaño KING y se ve demasiada cómoda.
—Aquí estarás cómoda —sonríe—, es tan agradable saber que nuestro Jeremy tiene una amiga.
Le doy una sonrisa y no la corrijo diciéndole que no somos amigos, somos apenas conocidos aunque supongo que en algún punto de nuestras vidas si fuimos amigos.
—Ponte cómoda, ahí está el baño —señala una puerta al lado—, cuando estés lista baja. He preparado unas crepas de vegetales con crema de hongos, te encantará.
Suena delicioso. —Muchas gracias por todo, son muy amables.
Ella me toma de las manos. —Cariño, si a Jeremy le agradas es porque eres especial. Ese chico no es fácil, pero tiene un gran corazón.
Se nota que su madre está emocionada con esta situación. Antes, en la escuela, sé que Jeremy no era muy social al igual que yo pero no pensé que aun fuera una persona apartada de los demás.
Tendrá sus razones.
Su madre se va y yo doy un paseo por toda la habitación, asegurándome de no dañar nada. Me siento en la cama y se hunde un poco. Se siente tan bien y huele a limpio. Me gusta demasiado estar aquí.
Voy al baño y por supuesto que tiene dos lavabos. La ducha es amplia, creo que podría meter un sofá ahí adentro. Las paredes son de un color cobrizo y hay varios focos.
Me lavo las manos y acomodo un poco mi cabello. Salgo de la habitación y me topo con Jeremy quien está saliendo de la puerta que está a un lado de mi habitación, supongo que ahí está su habitación.
— ¿Qué tal te parece? —Pregunta y ahora se ha cambiado de atuendo.
Lleva unos pantalones deportivos grises, una camiseta de manga corta y parece un poco más relajado con su aspecto. El Jeremy que conocí en el avión tenía un aspecto semi-formal, este parece el protagonista de una película titulada “el chico de al lado”
—Te pareces a Dave Franco —suelto de la nada. Todo este tiempo he pensado que él tiene una cara familiar y supuse que era porque pues, es Andreé pero ahora que lo veo bien, se parece mucho a ese actor.
Levanta su ceja. — ¿Qué?
Señalo su cara. —Creo que eres más alto que él pero te pareces bastante, ¿Te lo han dicho?
Niega con una sonrisa. Si se parecen excepto que su cabello es más largo y su nariz es diferente. No sé porque estoy pensando en esto. No sé por qué lo comparé con un actor que me gusta… em, si, esto es incómodo.
—Tú te pareces a Vanessa Hudgens. —Sonríe y sé que no lo dice enserio.
Ruedo los ojos. — ¿Aun recuerdas que me gustaba escuchar canciones de High School Musical?
Da un paso hacia mí. —Pues llorabas con ellas, ¿Cómo olvidar eso?
Suspiro y niego. —Ya no lloro con canciones de Disney Channel, ahora lo hago con canciones de Taylor Swift y Miley Cyrus —levanto mi dedo índice—, además las canciones que Gabriela cantaba para Troy eran demasiado dramáticas pero muy sentimentales, ¿Cómo no lloraría con esas canciones?
—Lo sé, los musicales de baloncesto y dilemas escolares son tan tristes —Hace una cara divertida. — Además, Miley y Taylor… ¿Ellas no trabajaban en Disney? Básicamente sigues llorando con canciones Disney.
Me encojo de hombros. —No recuerdo, envejecer te hace perder la memoria.
Jeremy suelta una risa y cruza sus brazos. —Eres más joven que yo.
Niego. —Por unos meses nada más, seis meses.
Entrecierra los ojos. — ¿Recuerdas mi cumpleaños?
Bufo y asiento orgullosa. —Claro que sí, recuerdo que me molesté porque tu cumpleaños iba a ser después de que yo saliera de la escuela, no iba a poder darte nada de regalo.
Jeremy sonríe de lado, da un paso hacia mí y con una mano rasca su barbilla. — ¿Qué me ibas a regalar?
Lo imito, finjo tener una barba. —Pues pensaba regalarte un CD de Queen aunque seguro ya tenías alguno.
Jeremy sonríe, baja los brazos. —En ese entonces no tenía ninguno.
Asiento, ojala hubiera podido celebrar su cumpleaños con él. Mi cumpleaños es el 29 de Diciembre, durante vacaciones de invierno. Nunca pude celebrar ningún cumpleaños en la escuela y nunca me felicitaron en la escuela con globos y regalos como lo hacían con otros compañeros. Me siento un tanto nostálgica pensando en lo que hubiera sido si en lugar de alejarnos, él y yo hubiéramos seguido con nuestra amistad. Me hubiera gustado celebrar mi cumpleaños con él y celebrar los suyos.