JEREMY
No sé porque pero ahora mismo estoy conduciendo de vuelta al hotel con un traje que ya tenía y por suerte, estaba planchado y listo para ser usado, peinado demasiado formal para mi gusto y con una invitación que pensaba tirar a la basura.
Después de todo, si voy a ir a esa tonta reunión, ¡Ah! Y mi hermano también viene conmigo.
Recibí una llamada de Dolly y su voz se escuchaba nerviosa, incluso temerosa. Sabía que ir a esa cosa no era una buena idea, no después de todo lo que le hicieron pero ella estaba empeñada en ir. Demasiada necia, diría yo.
A este punto es evidente que Dolly es más que una vieja amiga, es la chica que me enamoró en la escuela. Es la chica que pensé jamás volver a ver y ahora es la chica que me necesita.
La cuestión es, soy una persona amable pero no demasiado amable. Normalmente no haría algo como esto por cualquier persona pero no dejaré a Dolly lidiando con algo que la pueda dañar, si antes no pude hacer nada por ella, ahora sí que puedo. Desde ahora, hasta el momento que ella me permita, la protegeré.
Llegué a casa corriendo y mi hermano estaba en la sala de estar vestido con un atuendo un poco menos formal de lo que se supone que debería llevar a la reunión de ex alumnos pero igualmente, cuando me ve con las cejas levantadas, le pregunto: — ¿Quieres venir a esa reunión?
Andy suelta una risa. — ¿Vas a ir? Pensé que esas cosas no eran de tu estilo.
Le hago una seña para que me siga hasta mi habitación pues no quiero perder tiempo. Busco el traje que guardo aquí y comienzo a desvestirme rápido para colocármelo.
— ¿Entonces si vas a ir? —me pregunta sentándose en mi cama.
Comienzo a arreglarme el cabello frente al espejo. —Dolly… no sé, creo que no debió ir sola.
Andy se coloca a mi lado frente al espejo y me mira a través del reflejo. —Vaya, aun te gusta esa chica.
Le doy una mirada molesta. —Andy, ella pasó por muchas cosas malas en la secundaria, no sé qué puedan decirle ahí. Sé que ya no somos niños de secundaría pero a veces las personas no cambian y pueden seguir siendo crueles —lo doy una palmada en el brazo—, ¿Vienes o no?
Hace un ademan. —Claro, no tengo nada que hacer.
Me doy un último vistazo en el espejo y tomo todo lo necesario para salir. Papá y mamá están en su habitación y el sonido de una película se escucha lejanamente. Bajamos las escales y caminamos con prisa al auto. Estando adentro, con mi hermano en el asiento del copiloto, manejo por debajo del límite de velocidad pero más rápido que lo normal.
— ¿Aun sientes algo por ella? —pregunta Andy.
Suspiro. —Creo que sí, pensé que la había olvidado pero mírame, corriendo para ir a su lado.
Andy suelta una carcajada. —Hermano, no tienes idea de lo feliz que me hace verte así —suelta—, todo este tiempo tú la has pasado solo, tu único contacto con los seres humanos son tus alumnos y tu familia. Ve y conquístala, cazador.
Bufo al escuchar la palabra “cazador” —Andy, no iré a conquistarla. Éramos amigos, y quiero volver a ser su amigo primero. No quiero presionarla a nada que no quiera.
Andy hace el asiento hacia atrás y se acomoda. —Mira Jeremy, eres adorable —se burla—, entiendo que la pasaste mal antes pero Dolly fue la persona que vio detrás de tus muros, ¿No? Ella parece ser una buena chica, es agradable y no te enojes por lo que diré pero sí que es hermosa.
Expulso aire por la boca. —Andy…
Él solo ríe. —Hermano, no te la quitaré. Es toda tuya, no le gusto de todas formas.
Frunzo el ceño y sigo con la mirada al frente. — ¿Cómo sabes si le gustas o no?
Andy se reincorpora en su asiento. Mi hermano siempre ha sido así desde que era pequeño, no se puede quedar quieto. Tiene la tendencia a moverse sin parar. Hubo un tiempo en Alemania en que dormíamos en la misma cama, él era más pequeño que yo pero me pateaba toda la noche, me daba manotazos y terminaba con los pies en mi cara. Por suerte solo fueron unos meses.
—Jeremy, mi inocente y puro hermano —empieza diciendo—, tengo experiencia con las mujeres y sé cuándo una chica te quiere como su amigo, su romance temporal y como para algo permanente —afirma.
No debería preguntar pero igualmente lo hago. — ¿Y cómo analizarías la situación de Dolly conmigo?
Él suspira. —Pues aún no lo sé —admite—, digo, no los he visto interactuar mucho. Por lo que vi, le agradas y confía en ti —él se mueve al frente para verme mejor—, ¿Cómo eran ustedes en la escuela? Ósea, si recuerdo que me hablaste de las veces que charlaban y todo eso pero, ¿Qué te conquistó de ella?
Automáticamente sonrío. —Jamás he conocido a alguien como ella —afirmo sintiendo mi corazón acelerado—, Dolly nunca me juzgó por nada, ella me escuchaba cuando le hablaba de mis pasatiempos —lo recuerdo tan claramente. Todas esas conversaciones que no fueron suficiente—, me hacía preguntas y se interesó por mí de una forma que nadie más ha hecho. Además, era bonita.
Andy vuelve a recostarse en el asiento. —La recuerdo, no era fea pero… —le doy una mirada severa, él levanta las manos—, bien, me corrijo. Era bonita pero, enserio, está tan guapa ahora. ¿Cómo es que es la misma chica?
Sonrío. —Supongo que eso mismo dirán de mí —me encojo de hombros—, ella nunca se fijó en mi físico. Tampoco le importó mi acento, solo me aceptó tal y como era.
— ¿Y le gustabas? —pregunta.
Me quedo en silencio unos segundos y luego, contesto algo que sigue rompiendo mi corazón: —No, a ella le gustaba Jake.
Andy suspira. — ¿Quién no estaba enamorada de él? —Suelta una risa—, me caía bien pero, no después de lo que me dijiste. Ojala me lo hubieras dicho antes.
Niego. —Andy, ¿Qué podías hacer? —Me detengo en una luz roja y lo veo—, tú eres mi hermano menor, me alegra que no te involucró en nada. A pesar que yo no me llevaba bien con ellos, me hacía sentir aliviado que tu fueras popular.