JEREMY
Dolly se quedó dormida a mitad de la película. Me di cuenta casi al instante que sucedió pero no la desperté. Me gustaba tenerla tan cerca, me gustaba sentir su cabello tocando mi brazo.
Su respiración era calmada y en sus mejillas había un par de caminos dibujados por las lágrimas secos.
Retiro un mechón de su cabello que caía sobre su cara, me quedo observando su rostro y pienso en cuan hermosa es. Ojala no se sintiera tan rota por culpa del tonto de Jake. Ojala ella pudiera darse cuenta de lo valiosa, hermosa y única que es.
Nunca he besado a nadie pero la primera vez que tuve ganas de hacerlo fue en la secundaria, quería besarla. La forma en que reía, en que su cabello ondulado se movía con el viento y como sonreía al ver una mariposa pasar frente a nosotros. Quería que fuera mi primer beso, y también, mi último beso.
Es cierto, Dolly no encajaba en los estándares de belleza antes. Ella no era como las otras chicas que eran porristas o cualquier que fuera considerada “atractiva” Dolly era básicamente una más del montón pero no para mí, nunca lo ha sido.
Ella no me cree pero en mis ojos ella siempre fue bonita, la más bonita y no solo por sus ojos, su cabello o su sonrisa sino por su corazón. Dolly era de corazón sensible y noble, siempre dispuesta a ayudar y nunca a quejarse. Dolly no juzgaba, ella te comprendía.
¿Cómo no enamorarse de Dolly?
—Te amo —susurro porque sé que no puede escucharme—, te he amado desde que tenía diecisiete años.
Ella respira pacíficamente, descansando de todos los sentimientos negativos que ha estado cargando desde que se enteró de la boda de Jake.
Termino de ver la película con Dolly recostada en mi brazo, casi al final de esta, Dolly estira sus brazos y me abraza. Su acción me toma por sorpresa y doy un pequeño salto. Giro para ver si está despierta pero sigue relajada con los ojos cerrados.
Bajo la mirada a su brazo rodeándome y sonrío. Seguramente piensa que soy una almohada o en el peor escenario, está soñando con Jake y se imagina que lo está abrazando. No importa, me siento feliz ahora mismo.
Cuando la película termina y la pantalla se oscurece, sé que ha llegado el momento de despertarla pero no quiero hacerlo. Necesito extender este momento tanto como pueda. Quiero permanecer así por más tiempo creyendo que por un momento, somos reales. Ella y yo sentimos lo mismo y que esto es más que un momento entre dos amigos que comparten un pasado no tan agradable.
Llevo mi mano hasta su mano y dibujo líneas cotas sobre sus dedos. Sus dedos son largos, del tipo de dedos que te dan una ventaja cuando tocas piano.
—Dolly —susurro.
Ella no se mueve, no reacciona. Mi corazón sigue latiendo más rápido que de costumbre. Antes de nuestro reencuentro, durante la secundaría, Dolly me abrazó tres veces. Las recuerdo muy bien porque cada vez que sucedió, fue bastante significante.
—Dolly —le doy unas palmadas sobre su brazo.
Ella aprieta los ojos y niega. Vuelvo a decir su nombre un par de veces hasta que ella finalmente comienza a despertar. Abre los ojos lento, tratando de enfocar su mirada claramente. Luego se da cuenta de la posición en que estamos.
Se separa rápido y pestañea repetitivamente. —Perdón… no quería…
Bromeo para que se relaje. — ¿Estas soñando con Zac Efron?
Ella sonríe. —Ojala. —Acomoda su cabello—, estaba soñando con una granja llenas de pavos enormes. No sé porque, tal vez tengo hambre.
Hago una mueca. —No hables de comer animales frente a mí —solo ella soñaría con pavos.
Suelta una carcajada. —Lo siento amigo vegano, olvido tus creencias.
Nos levantamos y le ayudo a limpiar las migas que cayeron de las galletas. Apagamos la televisión y Dolly se me queda viendo como si esperara algo de mí.
— ¿Qué pasa? —estiro mis brazo.
Entrecierra los ojos y se acerca a mí. —Nada, solo pienso en algo —me señala y da otro paso hacia mí—, pienso que ocultas algo.
— ¿Oculto algo? — ¿Cómo el hecho que estoy enamorado de ti desde hace años?
¿Será posible que me haya escuchado cuando le dije que la amo?
Ella asiente y da otro paso hacia mí. —En la escuela te compraba chocolates y helados, esos tenían leche. Se supone que los veganos no comen leche o cosas con leche o lo que sea.
Ruedo los ojos sonriendo aliviado que no haya descubierto mi verdadero secreto. — ¿Ahora te das cuenta? —Paso los dedos por mi cabello—, es cierto. La verdad durante esos días era un ochenta por ciento vegano porque ocasionalmente sí comía cosas con lácteos y eso pero no comía carne.
Ella sigue con esa expresión, como si tratara de descubrir un misterio. — ¿Por qué no ibas a los viajes escolares? No recuerdo haberte visto antes, bueno solo en aquel donde nos llevaron a un parque ecológico o algo así.
Me encojo de hombros. —No me gustaban, además, prefería quedarme en casa.
Ella niega insatisfecha con mi respuesta. —Tampoco estabas en ningún club, en ningún equipo y no participabas en concursos. Recuerdo a tu hermano pero no a ti.
—Es común que Andy llame la atención —lo es. Andy siempre ha sido la persona que no tiene miedo del qué dirán. Andy es atrevido, no le tiene miedo a nada y hace lo que se le antoja—. De lo otro, no estaba interesado particularmente en nada de eso.
Dolly no se ve conforme, ella sigue viéndome de esa forma.
— ¿Por qué de pronto preguntas? —cuestiono.
Ella deja caer los brazos. —Solo estaba pensando como tú y yo pudimos habernos conocido antes. Tal vez si nos hubiéramos vuelto amigos antes no hubieran sucedido la mitad de las cosas que me pasaron.
Asiento, ahora lo entiendo. Yo también lo he pensado y me he arrepentido de no haberla conocido antes, tal vez todo sería diferente. —Puede que sí o puede que no, no creo que yo hiciera mucha diferencia —admito honestamente.