Está lloviendo.
Los días lluviosos siempre me traen recuerdos y en estos momentos, no son los mejores. Sin embargo, estoy muy ocupada con el trabajo por lo que no tengo tiempo de pensar en lo que siempre pienso cuando el clima está así.
— ¿Cómo vas con todo lo de la boda? —Kathy pregunta mientras teclea algo rápidamente, sin despegar la mirada de la pantalla.
Estiro mis brazos. —Pues más o menos, no sé… la hija de Lauren es bastante indecisa. Un día me pide una cosa y luego ya no la quiere.
Soy una persona paciente pero cuando se trata de Allison no lo soy tanto, he intentado recordarme que no es su culpa haberse enamorado de Jake, ¿Quién no lo haría? Pero eso no lo hace más fácil en absoluto.
Kathy sonríe. —Debe ser bueno ser rica —casi no parpadea cuando está trabajando en la computadora—, si yo tuviera el dinero que tienen sus padres también querría de todo en mi boda.
Ruedo los ojos pero no por Kathy, sino por Allison. —Como sea, me pidió que me coordinara con su organizador de bodas o algo así. No sé, debería aprender a escribir correos electrónicos, usa muchas abreviaciones y se tarda demasiado en responder mis preguntas —Esta actitud que tengo de malhumorada es por estar obligada a pensar constantemente en la boda de la persona que yo soñaba con casarme.
— ¿Si tiene planificador de bodas para que te necesita? —buena pregunta, Kathy.
Me encojo de hombros. —Creo que la intención de Lauren es que yo controle a su hija. Creo que nadie puede organizar las ideas que Allison tiene así que necesita un filtro para que yo le comunique mejor todo al organizador — ¿Acaso a Jake le gusta estar con una persona tan indecisa?
—Oh, creo que entiendo —responde.
Suspiro y cierro el folder con las hojas que estaba leyendo, uno que no tiene nada que ver con la boda. —Lo único bueno de todo esto es que tengo más tiempo libre, Lauren me deja salir antes o me da más tiempo durante el almuerzo para que pueda hablar con todos los involucrados.
Ella me da una mirada que duró menos de un segundo. — ¿Qué pasa con Lauren? Necesita ayuda, ¿No?
La boda es en cuatro meses y ha estado consumiendo mi tiempo desde hace tres semanas. Allison sí había pensado un par de cosas antes como los colores que quiere para la decoración, la comida y la música pero fuera de eso, no tiene nada claro. Al principio me dijo que quería que su boda fuera en un jardín pero al siguiente día se arrepintió y me pidió que buscara reservar el salón de lujo del hotel Homeland, uno de los hoteles más caros de la ciudad. Lo hice, me llamó y me pidió perdón como cuarenta veces luego de rogarme que arreglara todo para que sí fuera en un jardín alquilado a las afueras de la ciudad. Uno enorme, bien cuidado y excesivamente caro. Tuve que hacerlo con mucha vergüenza y molestia.
Eso es una de las tantas situaciones complicadas que me ha hecho pasar por lo que no tengo nada de tiempo para dedicarme a mi verdadero trabajo. Lauren me sugirió buscar otro asistente temporal y le agradecí, ella me explicó que hablará con algunos colegas para que le recomienden a alguien.
Hoy llegará la asistente sustituta.
Kathy escucha mi resumen de los últimos acontecimientos y afirma que es una gran idea tener a otra persona que me ayude. Sigo sin comprender porque Lauren me designó a mí para hacer todo esto cuando le pudo haber pagado a otra persona para que ayudara a su hija indecisa y algo berrinchuda, bastante consentida también.
Bien Dolly, tienes que dejar tus celos.
— ¿Y qué ha pasado con el guapo europeo? —pregunta de pronto, cambiando de tema.
Suelto una risa. — ¿De qué hablas?
Ella bufa. —Vamos, Dolly —me guiña un ojo girando el rostro hacia mi dirección—, es obvio que le gustas. La vez pasada que vino a dejarte y nos encontramos en el estacionamiento no dejaba de sonreír estando a tu lado.
Ruedo los ojos. —Somos amigos, Kath, muy buenos amigos.
Niega. —Los amigos no se ven de esa forma — ¿Qué forma?
Jeremy no me ve de ninguna forma, son ideas de ella. —De verdad, no pasa nada entre nosotros. Nos conocimos en la secundaria y ambos la pasamos bien, eso es todo. Somos muy cercanos ahora porque…
Ella me interrumpe: —Porque es tu alma gemela.
—No —la corrijo. Kathy sigue empeñada en creer que Jeremy y yo estamos destinados a estar juntos—, porque estamos en sintonía. Él es bastante agradable y ya.
Ella niega apretando los labios. —Eres afortunada de conectar tan bien con alguien tan guapo, ¿Y lo rechazas? —Se pasa la mano por el cabello para peinarlo un poco—. Quisiera tener tu suerte.
— ¡No lo rechazo! —Me defiendo bajando los hombros—. ¿Cómo puedo rechazar a alguien que no quiere nada conmigo?
Ella sonríe de una forma picara. — ¿Cómo sabes que no quiere nada contigo? ¿Le has preguntado?
—No porque no es necesario —me recuesto con los codos sobre el escritorio—, si le pregunto sería raro. Estamos bien así, además él me ha dicho que no está buscando una novia.
— ¿Novio? —levanta la ceja, curiosa.
Niego de nuevo. —No, no es eso —alguien llama a la puerta y me pongo de pie para ir a abrirla, mientras voy le respondo: —Solo está ocupado con su vida.
—Pero tiene tiempo para ti —lo dice sonriendo, ella está satisfecha con su afirmación.
Antes de responderle, abro la puerta y me encuentro con un chico alto, muy alto vestido con un traje azul marino, una sonrisa amplia presumiendo sus dientes blancos y el cabello corto. Su piel es un tanto oscura, y tiene rasgos asiáticos. Es bastante guapo.
¿Qué hace un hombre así de guapo aquí? Se ve muy joven como para ser uno de los típicos clientes de Lauren, ellos siempre están canosos y les falta cabello en la cabeza.
— ¿Puedo ayudarte? —pregunto amablemente.
Él sonríe y extiende su mano hacía mí, esperando que la estreche. —Buenos días, soy Joshua Pascual. Vengo como asistente temporal de la abogada Lauren…