Otra Vez

45

Jake y yo nos reunimos una última vez antes de su boda.

Estábamos terminando los detalles finales y practicando la ceremonia en mi apartamento. Luego de terminar, me preguntó si quería ordenar una pizza, le respondí que sí.

No me he visto con Jeremy por casi un mes. Sé que salió con Hannah, que sigue siendo vegano y que el fin de semana próximo, el de la boda, él estará en casa de sus padres. Jake lo invitó a la boda pero esa fue su respuesta.

Sé que debería contactarlo pero  no puedo.

No quiero que me hable de Hannah, de sus citas románticas o de su primer beso. No quiero que mi corazón se vuelva a romper. Aún estoy en la zona segura, en donde hay dolor pero como cuando te golpeas en una esquina de un mueble, es doloroso pero se te pasa rápido. Si me involucro más con Jeremy ya no será así, será como si un camión me pasara encima.

Ya no quiero vivir eso dos veces.

Mientras esperamos por la pizza, tomo valor y le pregunto a Jake algo que ha rondado mi cabeza desde que lo dijo, pero ahora necesito ir más profundo: — ¿Yo te gustaba en la escuela?

Jake me mira con los ojos sorprendidos y luego asiente la cabeza. —Sí, ya te lo había dicho —suelta una risa corta.

Resoplo incrédula. — ¿Por qué nunca dijiste nada?

Se encoje de hombros —Eras diferente, me tratabas ben y no quería que eso acabara —aclara su garganta—, me gustaba que fueras la única chica que no babeaba por mí, yo podía ir contigo y hablarte de temas reales no solo coqueteo.

Suelto aire, aire que he retenido por años. —Tú me gustabas Jake —admito, después de todo este tiempo. Finalmente se lo digo, aunque no se siente como lo imaginaba—, en realidad, estaba enamorada de ti. Mucho.

Jake me mira y no sabe que hacer o decir, luego de un rato asiente y me sonríe. —Es todo un honor para mí saber que te gustaba.

Niego sin poder creerlo — ¿Sabes cuánto me lamenté no haberte respondido el último mensaje? Una vez que escribiste que tú me querías.

—Esa fue mi confesión, Dolls. Me dije a mi mismo que si me contestabas algo, te diría lo que sentía por ti —confiesa.

—Vaya —suspiro—, no puedo creerlo. Todo este tiempo… digo, sé que estas con Allison y te prometo que estoy muy feliz por ti pero… ¿Alguna vez te preguntaste que hubiera pasado si me lo hubieras dicho? ¿Si yo te lo hubiera dicho?

Jake estira su mano y toma la mía. —Lo hice, por supuesto —asegura viendo hacia la esquina, con la mirada perdida—, habían días donde me recordaba de ti. Pensaba en nuestros pequeños momentos, las veces que te abrazaba o, un día que te pregunté si yo te gustaba… pensaba en ti y sabía que contigo las cosas serían diferentes, tendría a una persona que me haría sentir en paz, seguro.

No pude evitarlo, una lágrima se escapó de mi ojo. Retire el rostro para que Jake no me viera pero se dio cuenta. —No, disculpa. Te prometo que no quiero estar contigo —bromeo—, no te ofendas. Es solo que… se siente como un cierre, uno que la chica de diecisiete años necesitaba.

Jake me toma entre sus brazos y me abraza. —Te quiero Dolls. Siempre fuiste especial para mí, fuiste una persona que jamás olvidaré.

Qué raro, escuchar eso haría que me sintiera mal conmigo misma, que me odiara por no haberle contestado pero no lo hago. Por algún motivo siento que, aun si él me hubiera dicho que yo también le gustaba, no creo que hubiéramos realmente terminado como él con Allison.

Tal vez es porque, a pesar que Jake es genial, no es necesariamente alguien que encaja con la vida que llevo ahora, con la persona que soy ahora mismo. Mi vida, mis errores y mis arrepentimientos me han transformado en alguien completamente distinta a la chica que él alguna vez conoció.

Mientras tanto, Jeremy me aceptó desde siempre. Desde que era invisible, desde que ya no me veía como antes, incluso me aceptó cuando se dio cuenta que patéticamente aún me gustaba mi amor platónico de la secundaria. En cada fase, él estuvo ahí.

Mi corazón, cada vez que pienso en Jeremy, actúa diferente.

Pero aún quedan algunas cosas por resolver.

Nos separamos y soltamos unas risas nerviosas. —Tengo dos preguntas más —le digo—, ¿Cómo conocías a Janey Furson?

Sus ojos se abren de nuevo y se queda en silencio, baja los hombros y me explica: —Mira, esto… es solo entre tú y yo, sé que no dirás nada —traga saliva—, antes de mudarme a tu ciudad, estaba en una cercana. Ahí estudiaba con Janey y sus dos hermanos —Jake cierra los ojos y niega—, la cuestión es… el hermano mayor de Janey tenía nuestra edad y… —rasca su barbilla.

Jake se ve raro, como si estuviera indefenso. Jamás lo he visto así, como un cachorro pequeño en medio de una carretera concurrida. No entiendo que está sucediendo, ¿Qué puede ser tan malo para que él se sienta así?

—Y durante esos años yo estaba confundido, no sabía porque sentía… me gustaban las chicas y… también algunos chicos.

Oh.

Jake continúa con la mirada hacia abajo —Su hermano y yo teníamos una relación rara, éramos amigos pero… en ocasiones… nos besábamos.

Nunca imaginé que a Jake le gustaran los hombres. No digo que esté mal, es solo que siempre estuvo rodeado de mujeres y no parecía actuar de la misma forma con los hombres. Con ellos era bromista, amigable y nada más. No como con las chicas.

—Janey nos vio y… eso. Luego yo me mudé, lo que no sabía es que la familia Furson también se había mudado, fue una rara coincidencia. Su hermano se quedó con sus abuelos pues él era gay y creo que sus padres ya no lo querían en su casa.

—Entonces tu…

Asiente. —Soy bisexual.

Un silencio nos rodea. Eso no cambia nada sobre Jake, no lo hace peor persona o mejor. Es solo quien él es. Es guapo, alto, de ojos lindos y bisexual. Fin.

—Genial —digo con una sonrisa—, no tiene nada de malo, Jake. ¿Lo sabes, no?

Hace una mueca —Supongo que tengo la suerte que me gustan más las mujeres que los hombres… además, nunca me he podido ver en una relación romántica con un hombre además de Steven.




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