Comenzó el primer partido. Mientras tanto, en el Liceo…
- Así que Uriel regresó y se comportó como un alumno normal – decía Arthur.
- Sí, en estos momentos está jugando futbol. Estaba pensando en que tal vez está de parte de esos aprendices – comentaba Alan.
- ¿Cuándo sabremos quiénes son los aprendices? – preguntó Estela.
- No es necesario que lo sepan. Yo mismo me encargaré de eliminarlos.
- Pero… ¿Cómo? Casi perdías contra Uriel.
Arthur se molestó con lo que decía la chica. Aunque en parte tenía razón, si tuvo problemas para enfrentarse a uno, tal vez enfrentarse a los cuatro sería peor. Tuvo que pensar en un plan. Por otro lado, Melody identificó las armas que estaban en el lugar…
- ¡No puedo creerlo! Ahora entiendo todo… los jóvenes que burlaron la seguridad y se llevaron mis armas también tienen esos poderes. ¿Cómo es posible que ahora estemos cooperando con ellos, Nancy?
- Melody… por favor. Piensa un poco, ya vimos que estos tipos pueden hacer lo que sea. Derrotaron a tus expertos guardaespaldas y parece que modificaron las armas – decía al tener una en sus manos – Son poderosos y nos están ofreciendo la oportunidad de estar de su lado. De ganar.
- Si mi padre se entera de esto, me matará. ¡Qué bueno que hizo ese viaje a Italia!
- Podemos ser líderes de esta ciudad. Arthur tiene un plan muy elaborado que lo llevará a la cima.
- ¿Sabes que es lo peor? Que estás coqueteando con él. Aunque diga que es más grande, se ve de 16.
- Y yo me veo joven. Nadie nota la diferencia.
- Eres más alta, sí hay diferencia. ¿De verdad te vas a involucrar con él?
- Me ofrece un pago a cambio de mi ayuda y también me consiente. Puedo convertirme en la reina para cuando esto tenga éxito. Melody, tú también saldrás beneficiada por ser mi mejor amiga. No te preocupes.
- Supongo que no tengo otra opción.
En ese momento, Arthur salió de la oficina, en compañía de Alan y Estela.
- Chicas, tengo una misión para ustedes.
Terminó el partido y el marcador fue 1-0 a favor de Excel School. A los chicos les había costado ganar. Estaban cansados y cada uno tomó su rumbo.
- Violeta, quiero hablar contigo – dijo Emilio.
- Espera… - la chica estaba en el teléfono – Tengo que colgar, debo atender algo – colgó.
- Dime porque faltaste al Liceo cuando fue el Concurso de Arte.
- ¿Qué? ¿Tanta seriedad por eso? Solo me quedé porque lo dijo Candy.
- ¿Solo por eso?
- Oye… creo que sí debemos hablar. Ya no quiero seguir contigo, porque me siento presionada… tenemos mucho que hacer con la escuela y el Liceo.
- ¿Estás terminando conmigo solo por eso? Violeta, yo te amo.
- Sé que es difícil, pero… es lo mejor para nosotros. Debemos ser libres, ¿ok? Que cada uno tenga su espacio.
- No… yo no quiero que termines conmigo.
- Lo siento. Yo tampoco quiero, pero es mejor. Tengo que irme. Voy a visitar a Sarah. Y felicidades por ganar tu partido.
La chica se fue, sin hacer caso a Emilio, que se sentía muy mal por el rompimiento.
En la noche…
- Pensé que perderíamos ese partido… estaba a punto de rendirme y de decirle a Emilio que me sacara del equipo – decía Dany.
- ¿De repente eres pesimista? – preguntó Francis.
- Lo bueno es que ganamos, así justificaremos la falta que tuvimos con Mayra – dijo Joshua.
Estaban reunidos en una cafetería, celebrando el primer triunfo.
- Oigan, si estamos reunidos, debemos planear algo ya. El tiempo pasa y Karie no ha traído el arma – Sharon cambió el tema.
- Es verdad – apoyó Melany – Ya hay que acabar con esto, es angustiante estar así todo el tiempo.
- Teníamos planeado atrapar a Kevin y hacerle preguntas, ¿no es así? – dijo Joshua.
- ¿Y por qué no lo han hecho?
- Pero para eso ya tenemos a Sherly.
- No es lo mismo, Dany – dijo Sharon – Parece que Kevin tiene un rango más alto.
Editado: 01.10.2019