Estaba sola en contra de Sarah y Violeta. Las dos querían molestarla ya que no tendrían ninguna otra oportunidad de hacerlo…
- ¡Déjenme en paz! – Sherly trataba de soltarse - ¡Al menos no sean tan cobardes!
Pudo zafarse de Violeta en el forcejeo y empujó a Sarah para liberar su cabello.
- Así que eres ruda.
- Fue parte del Liceo – dijo Violeta – Debe saber defenderse. Yo también sé cómo defenderme – fue hacia ella nuevamente para sostenerle las manos.
Sherly estaba a punto de soltar una patada, pero Sarah adivinó el siguiente movimiento y volvió a jalar su cabello. Esta vez, con la fuerza en que lo hizo, la obligó a hincarse en el suelo.
- ¡Discúlpate conmigo! Solo así te soltaremos – ordenó Sarah.
La joven no podía liberarse esta vez, ahora sí la tenían con más fuerza, comenzó a llorar de impotencia.
- No creas que por hacerte la mártir te vamos a dejar – murmuró Violeta.
- Ya te lo dije. Discúlpate conmigo, ¡ahora!
No tenía por qué hacerlo. Solo se lamentaba por no poder defenderse de esas dos y también le dolía el saber que Kenneth había invitado a Sarah a ese partido. Ya no podía más. Violeta y Sarah solo se reían al verla así.
- Sarah, deja a mi novia en paz.
La expresión en sus rostros se congeló por un instante al escuchar una voz conocida. Violeta soltó a Sherly inmediatamente y retrocedió. Sarah se molestó al escuchar ‘mi novia’ y se desquitó al hacer que la chica, que trataba de levantarse, cayera al suelo. Kenneth se acercó a ella y la abofeteó al ver lo que había hecho. Violeta quedó boquiabierta.
- ¿Cómo te atreves…? – preguntó Sarah al tocarse la mejilla lastimada. Nunca imaginó que él la golpearía.
No le respondió, no se lo merecía. Le dio la mano a Sherly para ayudarla a levantarse. La chica estaba triste, seguía llorando y de alguna manera no quería estar cerca de él en ese momento. Sin embargo, él la sostuvo fuertemente y la abrazó en señal de apoyo. Sarah comenzó a llenarse de ira.
- Vámonos de aquí – aconsejó Violeta.
La tomó del brazo y se la llevó. Iban alejándose…
- ¡Ahora sí lo vamos a hacer! – sentenció.
- ¿Eres capaz de tanto? – su amiga estaba sorprendida – Es demasiado fuerte provocar un accidente.
- ¡Lo haremos! ¡Él se lo buscó!
Sarah estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para vengarse.
El partido comenzó. El equipo estaba teniendo problemas con todo lo que pasaba entre ellos. No se entendían bien cuando hacían los pases y tenían desequilibrado todo el juego. Los rivales visitantes notaron esto y aprovecharon para anotar su primer gol. Iban perdiendo 0 – 1
Mientras el partido se llevaba a cabo, Nancy y Melody tenían que cumplir con su segunda misión. Llegaron al Centro Entertainment y caminaron a la cafetería. Las mujeres entraron y fueron atendidas por Sandra, su víctima. Todo iba bien, hasta que Melody tuvo que comenzar a hacer su papel correspondiente.
- No me siento muy bien… - comenzó a tocarse el vientre - …creo que me voy a desmayar.
Sandra, que estaba recogiendo los platos, se acercó, preocupada…
- ¡Melody! No te preocupes, te llevaré al hospital ahora mismo – dijo Nancy en voz alta, para llamar más la atención.
- ¿Todo bien? ¿Qué pasa?
- Mi amiga está embarazada y siempre le pasa esto – respondió Nancy – Su embarazo es peligroso.
Trataba de levantarla, pero Melody hacía como si quisiera desmayarse, dificultando la ayuda que recibía.
- Te ayudo a sostenerla – Sandra se ofreció inmediatamente y tomó el brazo que le quedaba libre – Puedo acompañarte al hospital más cercano.
- No, no lo hagas. Podrías tener problemas si te sales de tu trabajo – dijo Nancy – Muchas gracias, yo puedo sola.
- Te ayudaré. No tengo problemas con mi trabajo, ya casi se termina mi turno – insistió, lo cual hizo que ambas chicas estuvieran felices por dentro.
Al final de cuentas no resultaba tan difícil engañar a Sandra. Salieron de la cafetería y luego del Centro Entertainment.
Editado: 01.10.2019