—No hay error, Tony. —suspira la figura holográfica de Bruce, volteando el rostro para verlo— Norman tiene razón. Está comiéndose a Peter.
Tony aprieta sus ojos sintiendo como esas palabras le abren la carne. Quiere sujetar aquellas pantallas y destrozarlas; más, quiere cogerlas entre sus manos y desintegrarlas a puñetazos.
¿Hacerlo salvaría a Peter? No, pero evitaría que él se consuma en su furia.
—¿Estás seguro que no quieres que me tome ese avión? —le ofrece con pesar, volviendo a intentar en vano tocarlo.
Tony agita la cabeza. Sabe que nada cambiará con eso, quizá solo empeore las cosas.
Mira sobre su hombro. La puerta está abierta y una de las pantallas suplementarias tenía una transmisión en vivo de Peter, no parece haber peligro. Pero la relatividad de la palabra seguridad y calma ya ni significa lo mismo para él.
Niega más resuelto, desechando lo mucho que le vendría bien el apoyo extra. Definitivamente, no podía permitir que la cosa empeorara. O pisaba sobre seguro o se quedaba dónde estaba.
Es decir, no quería ni pensarlo, aparentemente, cada que Tony daba por sentado que el límite había llegado, que difícilmente la mierda podía subir más… ¡Error! Más venía, más aparecía, peor iba. No, él ya no iba a creer que la cosa no podía joderse más, ya no le entraba un puñetero pensamiento positivo más en el cuerpo.
Estaba encerrado en la Base. Solos, Peter y él. Todo el mundo exterior tenía el acceso completamente restringido. Ellos dos contra Venom, ellos dos intentando entender qué pretendía.
—No es que no quiera tenerte aquí para poder patear tu trasero para aligerar el ambiente… —dijo haciendo una mueca—, pero no creo que Venom…
La figura junto a él le palmeó el brazo y pese a que lo atravesó desintegrandose, lo sintió. Agradecido, le sonrió con pesar.
—Descuida. Tampoco me parece oportuno que Peter y yo nos encerremos en una misma habitación.
Obviamente no. Es que si Rhodes casi termina muerto, cabe esperarse que Hulk desatara una catástrofe nivel los Vengadores. Y teniendo en cuenta que Tony no tenía idea de por dónde empezar a buscar a Vis y que ese título ya era una mentira… Era ese el tipo exacto de basura que no podía permitir que pase.
—Pero pareces muy solo, amigo. —añade y Tony sonríe cansado, con algo de afecto mirando el holograma— No tienes que hacerlo todo tú, ¿sabes?. Llámalo, dile que venga, que vea esto con sus propios ojos. No va a ser peor porque se lo cuentes, porque le permitas entender qué está pasando.
—No. —tajó fríamente, incapaz de llamar a Peter y decirle que ahora Venom no solo intentaba matarlo desde el exterior, ya lo estaba haciendo desde el interior— Solo necesito hallar la forma… —niega, no lo entendería. Nadie lo hacía.
—¿Y te parece que Peter no tiene derecho a decir nada…?
Peter. Peter. Tamaño problema tenían ahí.
«Señor Stark, algo malo pasa. Venom no me habla» le había dicho hace días al desperta. Bajó corriendo por el desayuno y Tony se quedó quieto con la taza de café y una pastilla de hierro en la mano.
Parecía descansado, no tenía ojeras pero en contraparte, lucía destrozado. Nervioso a más no poder, agitado y aterrado.
No había llegado a fruncir el ceño pensando que eso no era necesariamente una mala cosa cuando uno de los tentáculos salió del interior de Peter y lo arrojó a lo largo de la sala.
Su armadura ya lo había rodeado y volado en su dirección cuando lo oyó gemir adolorido al impactar contra la pared que se agrietó hasta el techo. No cayó al piso, cayó en sus brazos y pese a que Tony se preparó para una pelea. Peter y él se quedaron estáticos a la espera de algo que no pasó.
Venom no volvió a atacar y eventualmente él soltó a Peter. Lo arrastró al laboratorio, lo hizo hacer un millar de pruebas. Rhodes llegó y empezó a ayudarle cuando volvió a pasar.
Temía que volviera a atacar al chico, temía que intentará lastimarlo y sólo no poder impedirlo. Llamó al mejor y más fiel soldado que conocía, el único que sin importar qué, jamás atacaría va traición a Peter.
Esa vez Venom no solo arrojó el cuerpo de Peter como si no fuera más que una muñeca de trapo de arriba a bajo, no solo lo sacudió en el aire y lo hizo doblarse de una forma que los dejó a ambos con los huevos y el corazón en la garganta. Cuando ellos dejaron de querer acercarse al chico, Venom dejó de jugar con Peter y absorbió a Rhodes, le envolvió la armadura y por más que Tony destruyó la mitad del gimnasio de Steve, no logró impedir que Venom cerrará las fauces sobre el cráneo de su amigo.
Peter gritaba y peleaba desesperado por liberarse de las ataduras del simbionte, le gruñía órdenes y súplicas de rodillas en el suelo con tentáculos cerrándose sobre su boca y garganta. Tony rugía lleno de impotencia igual de atrapado que Rhodes. El único que parecía aceptar con altura la muerte fue Rhodes, no peleó, sólo se siguió intentando zafar, sin armar un caos o empeorar las cosas sumando sus gritos a los recuerdos tormentosos que los perseguirían hasta el día de su muerte.
«Nadie.Solos. Peter mío» sentenció y escupió a Rhodes. Lo soltó tan lejos que atravesó volando la mitad del predio. Tony necesitó un segundo para enderezarse cuando Venom volvió a recluirse en el interior de Peter. Selló con esa orden la Sede. Rhodes intentó tirar las puertas abajo, Happy lo llamó pidiéndole que recapacitara. Tony solo negó sosteniendo el cuerpo desmayado de Peter contra su pecho.
Le aferró aterrado, lleno de duro, realista y frío miedo. Nada de eufemismos, eso merecía ser llamado con todas las letras: miedo. Eso sintió mientras su corazón se calma. Miedo de cómo la vida de Peter se le escapaba de las manos y no podía hacer nada.
Poco hablaron luego de eso. Tony se metió esa noche en el cuarto de Peter y le informó que iba a activar plenamente el sistema de seguridad e iba a mantenerlo siempre vigilado. Ni siquiera alzó el rostro para discutir.
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Editado: 13.07.2021