Our (fanfic Starker)

Final.

—¿Qué esperas, Peter? Ve por él.

La voz se pierde entre los recovecos de su mente y Peter a duras penas puede mantener la cabeza alzada. Un rugido instintivo y primitivo se abre paso por su cuerpo. El odio y el miedo bailan haciendo que este se tambalee errante.

Antes de que pueda decir nada, antes de que lograra alzar otra vez sus manos y se pueda obligar a correr en su búsqueda, el rugido herido de Tony vuelve a sonar frenando su corazón. Peter siente como su pecho se aprieta y cómo su mente se despedaza bajo el sonido que se hace más agudo, más frágil. Los soldados caídos frente a él lo esperan agazapados, enderezándose como muertos vivientes, mirándolo a la espera de que vuelva a moverse y por unos instantes, se pregunta si podrá hacerlo.

Sus rodillas frágiles tiemblan y una sarta de imágenes desagradables empiezan a desplegarse por su interior haciendo que la bilis se cuele hasta su boca. El miedo crece y la urgencia lo paraliza. Ve el rostro de Tony deformado, ve el dolor abrillantar su mirada y, por más que quiera ponerse a gritar y destrozar todo, solo puede mantenerse allí quieto, congelado y muerto de miedo, con terror de lo que sus ojos encontraran una vez que dé con él.

El grito crece, Peter sabe que el dolor solo empeora una vez que se sede a la desesperación, pero es imposible frenar cuando lo único que eres capaz de sentir es dolor y más dolor. Sus manos se aprietan en dos fuertes puños y lucha contra el recuerdo de sentir como sus dientes se resquebrajan una vez que la electricidad te vuelve loco.

Parece que nuestro héroe necesita un mejor incentivo para venir por ti. —dice la voz aburrida de Marcell, una vez que le grito roto se corta de forma abrupta.

Peter mira al techo y busca furioso los altavoces. Su respiración entrecortada le acaricia el rostro cuando la máscara se ciñe más a este. Venom en su mente se remueve haciendo que le den espasmos que poco a poco empieza a dejar de controlar. Lo siente alterado y listo para aquello, pero a Peter le gustaría tener un par más de certezas antes que dejarlo ir a lo loco. Más que nunca es consiente que cada paso que dé está atado irremediablemente al dolor que va a tener que soportar Tony.

Hay que matarlos. —el susurro mezquino le hace cosquillas en la punta de la oreja cuando Venom habla desde dentro de la máscara.  

—Sí, eso lo sé. —le espeta con poca paciencia y un agudo malestar interior— Pero me gustaría no perder más tiempo del realmente necesario.

Obligándose a empujar en el fondo de su mente los dolorosos y aterradores recuerdos de su propio cautiverio, Peter analiza la situación. Que no lo van a dejar pasar hasta que no los mate parece ser, en verdad, una opción más que probable. La sala está demasiado oscura, incluso para él, pero puede ver los seis puntos rojos fijos en su pecho. No son demasiados, pero no le caben dudas de que son más que suficientes para hacerle perder el tiempo. Algo que a Marcell le encantaría.

Pasa saliva y mira a los soldados. No puede quedarse luchando, no puede porque Tony no tiene el tiempo para que él ande jugando al héroe, pero matar… matar de aquella manera... Y no es solo la aversión a hacerlo en ese momento, es la certeza de que hay más. Tiene que haberlo, porque sería muy  fácil solo liquidar a esos seis y sabe que Marcell no se la hará fácil. Aún perdura en su piel el lacerante efecto de los ácidos sobre la carne abierta. No, fácil jamás lo será.

No sabe que le espera, pero puede hacerse una idea. Una terrible y dolorosa idea.

«¿Venom? ¿Puedes… puedes...?», sus pensamientos se confunden un poco, pues ni siquiera se le ocurre que maldita mierda le pide. Mejor dicho, le da pavor consigo mismo pensarlo. «Necesitamos un plan» musita en un susurro mental que a todas luces capta su indecisión ya que Dios sabe que no tiene idea de qué quiere decir con eso «Necesitamos hallarlo primero que todo» añade con algo de culpa al no poder poner en palabras lo más drástico y urgente: el cómo o mejor dicho, a qué costo.

Venom le deja saber que es un idiota con una corriente exasperada que lo colma, pero aparentemente estar en las puertas de la muralla enemiga lo tiene de un humor benevolente, pues en lugar de poner en palabras la obviedad a la que aún se siente renuente a decir, simplemente le da lo que pide. Peter no dice nada y solo lo acepta en silencio que los segundos que lo separan del barranco se acortan con cada una de sus respiraciones.

Su mente se divide en ver a los hombres frente, en evaluar la tétrica y certera opción de cómo acabar con todos ellos en pocos segundos para poder avanzar y la respiración agitada de Tony que por los altavoces se escucha clara como si lo tuviera al lado. Intenta no recrearse mucho en la imagen de Tony, en verdad lo intenta; porque esta lo llena de una sensación de vértigo y odio. No quiere ni pensar en cómo se las ingeniaron para tenderle una trampa ni por qué no ha  tenido noticias de Happy desde que llegó. La idea se le antoja lacerante y poco oportuna. Muy poco oportuna, porque cada vez que su mente descarrila para ese lado, la furia lo golpea y alimenta la fuerza con la que Venom empieza a crecer en su interior.  

Un fuerte escalofrío le recorre la espalda y su mirada se fija de pronto en un punto tras los soldados. Suspira agradecido y su mirada se afina sola una vez que halla el objetivo que Venom marca para él como la sagrada luz al final del túnel.  El tiempo se siente distinto ahora que al fin puede enfocar su atención en la puerta (que mientras se defendía de los ataques no había alcanzado a ver). Una sonrisa furiosa se prende de sus labios.




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