Our Imperfect Life.

"Puedes contar conmigo"

Russell

No era fácil lo que había admitido, aun no sabía como manejarlo. Marianne fue la primer persona en saberlo y aunque confiaba en que no diría nada, tenía cierto temor por cómo lo habría tomado.

No sabía tampoco si decirlo a alguien más. No sabía nada del mundo al que acababa de entrar.

Nunca fui un "chico normal" pero aun así era popular y atraía a muchas chicas. Creí que eso estaba bien. Pero siempre las alejaba, Marianne no era mi primer novia, pero sí fue la que intento algo más que besos y salidas.

Necesitaba ayuda para terminar de aceptarlo, llamé a un amigo que hacia mucho no contactaba. Zoel.

Zoel es un amigo al que por casualidad conocí en uno de los eventos de mis padres cuando eramos niños,  ambos teníamos algo en común, odiábamos asistir a esos eventos.

Con el tiempo nos acercamos más y terminamos siendo mejores amigos, hasta que comencé mi relación con Marianne.

Me distancie de él, y él de mí, pero sabía que podía contar con él.

Tomé mi teléfono y lo llame, como era de esperarse atendió, lo vería mañana, y por mi bien, esperaba que él fuera el mismo.

[*]

A la mañana siguiente me levanté temprano, ayude a mis padres a arreglar y compre unas cosas para cuándo salieran, partían mañana en la mañana.

Ellos decían que no durarían mucho tiempo fuera, pero sabía que no era así, nunca era así, siempre llamaban el último día diciendo que se complico algo.

Al terminar subí a bañarme y arreglarme, vería a Zoel en su cafetería favorita.

Cuando llegué me recibió con una de sus características sonrisas.

-Realmente es un milagro que me pidas verte.

-Lo miso digo.

-Cállate, tú me abandonaste -dijo en un fingido tono de reclamo.- Pero a qué debo semejante honor.

Mi rostro cambio, de una sonrisa a mi máxima seriedad. No quería decirlo, pero necesitaba hacerlo, sólo que no sabía como.

Zoel también se mostró serio al ver mi cambio.

-Terminé con mi novia, pero a la vez no.

-¿Qué?

Su cara era un total desconcierto.

-Zoel, necesito ayuda, descubrí algo, pero no sé como solucionarlo, no sé como hablarlo.

-¿Qué ocurrió?

-Me atraen los chicos.

Podría jurar que esperaba todo menos eso.

-¿O sea que eres gay?

-Sí.

-¿O sea que te gustan los chicos?

-Sí.

-¿Seguro?

-Sí.

-¿Súper seguro?

-Sí.

Comenzaba a irritarme.

-¿Y me citaste porque te gusto y me darás tu declaración de amor?

-¡Que sí joder!.. No, espera ¿qué? Nooo, joder, no.

Río a carcajadas.

-Deberías ver tu cara -dijo entre risas- ay Russell, eres tan divertido.

Lo mire molesto, sí, él era el mismo.

-Intento ser serio joder.

-Yo no, ya en serio, no me esperaba esto, te espera mucho bullying de mi parte.

-Jo-de-te.

La mesera trajo nuestro pedido, el pidió un café, una creppa y huevo con chilaquiles verdes, yo me limité a un café y una creppa.

-Me alaga que me hayas contado, es una pena que no me confieses tu amor. O sea, lo entendería, soy perfecto.

-Jodete.

-Oh vamos, me amas.

-No.

-Claro que sí -jaló mis mejillas.

Me tenté.

-Si me confiesas que eres gay, te declaro mi amor.

Me miro serio, luego río.

-Soy hetero, pero por ti mi amor hago una excepción.

-Por eso te amo idiota.

-Ya en serio -dijo antes de llevar el tenedor a su boca con un manojo de chilaquiles- me alaga que me confíes esto. ¿Ya lo saben tus padres?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.