Narrador omnisciente
No todos los padres tiene el instinto paternal algunos son personas sin mucha personalidad que ignoran a sus hijos completamente, otros pocos los abandonan a su suerte o con algún familiar y existen aquellos que podríamos llamar monstruos que viven para lastimar y herir a sus hijos.
Camilo Beepat era un hombre que en la actualidad tenia 58 años que no podía tener hijos fácilmente y no penso mejor idea que casarse con una joven de 18 años cuando el tenia más de 35, ya que su primera esposa no le dio hijos, el básicamente compro la hermana menor de un amigo por algo de dinero y consiguió una esposa joven fértil y sumisa que habia sido criada bajo el yugo de hombres machistas y misóginos.
Con ayuda médica en menos de dos años ya tenian una hermosa hija, estaba dispuesto a tener más, pero al no esperar la recuperación adecuada y recomendada por el médico debido a su gran lívido tres dias después del nacimiento de su hija la joven con apenas 20 años fue forzada por su esposo a cumplir con sus deberes maritales, Violeta entro en una profunda depresión debido aquello, tuvo varios problemas de salud y jamás volvió a ver su periodo quedando estéril, Camilo con unos 40 años no perdió el tiempo y se buscó otra esposa aun más joven pero esta tampoco quedo embarazada, lo intento varias veces hasta que a sus 45 años se rindió y se dedicó a su unica hija la cual era idéntica a el, el anhelo de tener un hijo varón que siguiera sus pasos y fuera su heredero no sucedió.
Violeta solamente vivía para su hija y cuando se le antojaba a su esposo era su descarga de estrés, nunca fue valiente para irse, ya que no podría llevarse a su pequeña, no contaba con el apoyo de su escasa familia o recursos económicos de nadie.
Camila era tratada con amor por sus padres aunque mientras iba creciendo notaba que su madre no recibía afecto, siempre fue muy despierta asi que a sus 10 años le pregunto a su mamá porque estaba con alguien que no queria y ella no le respondió.
Era observadora y muy inteligente asi que percibía que algo sucedía y se puso más activa para comprender lo que realmente pasaba a su alrededor.
Lo poco qué sabia de las relaciones y el amor no eran como el ejemplo que veia en casa y deseaba que su madre fuera feliz.
Camila era de baja estatura para su edad, pero tenia un rostro precioso, ojos verdes y cabello rubio, su padre la metió al mundo comercial a los 14 años asegurando que la estaba criando para ser una buena esposa, lo que el jamás se imaginó era que Violeta estaba haciendo el trabajo contrario tras sus espaldas.
Mientras ella pudiera jamás permitiría que su hija viviera el mismo infierno que ella habia tenido que aguantar por tanto tiempo, cada que podía le explicaba su valor y que jamás podría dejarse usar por ningún hombre.
—Hija, te presento a mi socio y amigo Douglas Moreira, este es su hijo tiene 20 años y ya va a la universidad vio tu foto en mi escritorio hace unas semanas y tenia muchos deseos de conocerte—dijo Camilo mirando a su hija con orgullo tenia 16 años y era la chica más hermosa que hubiera visto en su vida tenia lo mejor de él y su esposa.
Cabello rubio natural muy largo y sedoso, ojos claros, un rostro hermosos, un cuerpo curvilíneo, una sonrisa encantadora y lo mas importante según él sabia como entender un hombre y la casa.
—Un placer mi nombre es Camila—respondió con amabilidad.
—El placer es todo mio Camila, soy Donovan desde que te vi en fotos me deslumbraste, pero sin duda ahora mucho más—musito y Camila se sonrojó, sabia que su padre la estaba exponiendo como un pedazo de carne, pero no tenia muchas opciones.
—¿Señor Camilo me permite pasear con su hija?—pidió con una gran sonrisa dibujada en su rostro y este asintió, Camila puso los ojos en blanco internamente y fue con el chico el cual no era del todo desagradable.
Los paseos se volvieron una rutina una vez al mes cuando el joven iba a visitarla a su casa, su madre le advertía que tuviera cuidado que solo estaban haciendo que se acostumbrará a él para hacerle lo mismo que a ella aunque al menos este era un chico joven y guapo y no un viejo como fue su caso.
—Hija sé que tu podrás identificar mejor que yo la situacion, ya que te he contado y explicado lo que nadie hizo conmigo—fueron las palabras de su madre cuando fue de paseo con el chico.
Paso un poco más de un año cuando su padre la llamo a su despacho donde ya estaban los Vergara sentados y el más joven con un ramo de rosas rojas en sus manos.
—Hola bella, te traje este obsequio—musito Donovan entregándole el ramo.
—Hija estuve hablando con mi amigo y hemos llegado a la conclusión que, ya que ustedes tienen una relacion y su hijo necesita una esposa se casaran una semana después de tu cumpleaños—Camilo la miro para intimidarla asi que Camila llena de nervios se vio asintiendo.
No dijo nada y vio como el chico hablaba de lo que queria en su boda y que aprovecharía sus dias de soltería para disfrutar del placer femenino que les proporcionaban algunas chicas que no tenian material como esposa.
—Si aprovecha porque no quiero a mi hija en boca de nadie cuando sea tu esposa, claro que puedes tener tus amoríos, pero discretos y seguros, cero hijos fuera del matrimonio y mucho menos enfermedades—Camila estaba incrédula ante lo que decía su propio padre.
¡Eran unos malditos cochinos!
—No se preocupe señor Camilo siempre me cuido la unica que me sentirá a la natural será su hija virgen e inocente—Camila quiso vomitar, pero se contuvo mientras sus ojos brillaban a punto de llorar, su padre noto que estaba incómoda y le pidió retirarse, para evitar que lo avergonzará.
Nada era bueno para ella y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba a dos días de su cumpleaños y casi a una semana de su boda, lloraba cada tanto y su madre solo la consolaba, pues no sabia muy bien como ayudarla aunque estaba trazando un plan que esperaba le diera tiempo para huir o al menos esconderse.