Camila Beepat
Luego de que mi padre me diera el permiso hable con unas chicas que no eran realmente mis amigas, pero al menos nos hablábamos de vez en cuando las dos aceptaron acompañarme a algún bar, ya que yo no tenia ni idea de que hacer o donde ir a cambio yo pagaba las bebidas entradas y el transporte.
Me vestí lo mejor que pude, tenian un vestido que mi madre habia conseguido para mi gracias a la tía Flor, mi madre me ayudo a maquillarme y peinarme, me vi en el espejo y me sentía hermosa y sexi.
—Te vez hermosa hija y espero que disfrutes tu noche, haré que tu padre se acueste temprano asi que aprovecha y llega tarde cuando regreses no importa lo cansada o preocupada que este por lo que se viene quiero que leas la carta que te dejare en una mesita de noche, luego quiero que la sigas al pie de la letra sin importar nada ni nadie recuerda primero eres tu, segundo eres tu, tercero eres tu y después el resto ¿De acuerdo?—asentí ante su extraño pedido, luego me abrazo muy fuerte y beso mi cabeza.
—Asi lo haré, te amo mucha mami has sido la mejor, haré todo lo que me pidas si con eso me ayudas a liberarme de ese matrimonio—dije volviéndola abrazar.
—Yo te amo más que a la vida misma, eres lo más maravilloso que me paso en la vida lo unico bueno y siento en mi corazón qué serás muy feliz, solo lucha y nunca te rindas, pelea como una leona siempre incluso por mis futuros nietos—nos despedimos, yo emocionada por salir por primera vez y mi madre no sé muy bien por qué, pero la vi limpiarse algunas lágrimas.
Baje me despedí de papá y unos minutos después mis amigas llegaron en taxi me subí y nos fuimos, todas estaban emocionadas por la salida y los mucho que nos divertiremos.
—Conozco un bar muy buena allí tienen mucha seguridad y el ambiente está supergenial solo fui un par de veces, ya que no dejan entrar a todo el mundo y las entradas son costosas—explico la morena y asentí esperanzada que nos dejen entrar.
Llegamos y por fuera era magnífico, tuvimos suerte y a las 9:00 de la noche estábamos todas en la pista bailando y tomando algunas bebidas, mi madre me enseño un truco que consta de beber un trago en pequeñas porciones y luego mucha agua asi no me emborrachaba y la verdad es que funciono, ya que consumía poco alcohol.
No estoy segura de cuantas horas habían pasado desde que llegamos, pero me sentía tan libre que creí que incluso podría volar.
Sentí una mirada a mi espalda y pude observar a un chico muy guapo mirarme con ganas yo nunca he sabido coquetear, pero me encanta ver películas y series asi que intente copiarme de eso y al aparecer resulto porque el chico se acercó a bailar conmigo.
Un rato de baile sexual y un poco de toqueteo llevo a mi primer beso uno muy apasionado que me dejo temblando.
No me pregunto mi nombre ni yo el suyo simplemente dejamos que nuestros cuerpos se movieran al compás de la música, poco después la naturaleza, el alcohol y el ambiente hicieron el resto.
Mis amigas me guiñaron un ojo cuando me vieron bailar con semejante monumento de hombre ellas tampoco se quedaban atrás, ya que consiguieron fácilmente atención masculina.
—¿Quieres ir a un lugar mas privado?—cuestiono sentí dudas, pero esta quizas sea mi unica oportunidad de hacer algo como esto y total es mejor perder mi virginidad con un chico guapo y sexi que me gusta que con el misógino mujeriego e idiota con el cual mi padre quiere casarme por negocios o quien sabe qué diablos.
—¡Oye guapo! ¿Eres soltero?—fue la pregunta que primero salió de mis labios, pues jamás estaría con un hombre comprometido.
—Asi es no tengo pareja porque no me gustan las relaciones serias y tampoco hijos, pues los niños son un incordio—me respondió no sé si sea cierto, pero vi sinceridad en su mirada acompañada con unas ganas y promesas de hacer muchas cosas ricas.
—Yo tampoco quiero una relacion sería solo tener sexo con un desconocido antes que me tenga que casar con un idiota misógino—respondí sin darme cuenta de que decía la verdad a un completo desconocido; sin embargo, eso no me importo demasiado, ya que al final no estoy mintiendo y las posibilidades de verlo después de esto son muy pocas.
Me despedí de mis amigas pague una ronda de tragos más para ellas y les di un poco de dinero para que pagaran su taxi cuando decidieran irse a su casa.
Nos subimos a su auto el cual era un deportivo que podía adivinar era muy lujoso lo que deja claro que el chico tiene dinero, aparte de guapo y atractivo rico, un supercombo para quien lo atrapara.
—Tu auto es precioso, me encanta—musite sin filtro, el me sonrió coqueto.
—Si tengo dos más si quieres te dejo conducir alguno—respondió, pero negué no sé conducir, pues mi padre no penso necesario enseñarme y tampoco le he dicho que oficialmente hoy es mi cumpleaños número 18 asi que aun no sé conducir.
Llegamos a un edificio muy cerca de donde estábamos y subimos por el ascensor algunos pisos hasta ingresar al suyo con una contraseña.
Me di cuenta de que usa la misma para la entrada principal al edificio y para su departamento un código de letras y número bastante simple a mi parecer.
Desde que abrió la puerta me estampo contra la pared y comenzó a besarme trate de seguirle el ritmo, pero ambos estábamos un poco bebidos y muy calientes.
—Soy Camila—musite mientras atacaba mi cuello y sus manos recorrían mi cuerpo con muchas ganas de tomarme allí mismo.
—Mi nombre es Chris Junior...—no termino porque atrevidamente lleve mi mano a su ereccion. Era mi primera vez besando y tocando a un hombre pero queria disfrutarlo.
Empezamos a sacarnos la ropa mientras nos besábamos, yo estaba nerviosa, pues sería mi primera vez y no podría culpar al alcohol, ya que estoy muy consiente de todo lo que está sucediendo, estábamos sudados y nuestras manos exploraban todo a su paso.