¡ Oye guapo! ¿eres soltero?

8 Pistas

Narrador omnisciente

Tres hombres estaban buscando por todos lados a Camila sin éxito alguno, Douglas estaba enojado, pues no entendía como esa mocosa se le salió de las manos a su padre.

El señor Beepat tenia casa por cárcel y un grillete electrónico lo tenia constantemente vigilado tenia un perímetro que respetar asi que se veía algo restringido para buscar a su hija y eso lo enervaba muchísimo.

—Mis hombres la encontrarán es una niña que nunca salía de casa no tiene apoyo ni dinero mas que lo que valían sus aparatos electrónicos así que supongo que pronto volverá—expreso mirando a los hombres que le debía millones.

—Eso espero y la quiero virgen no pienso tomar una esposa usada por alguien más—musito Douglas, el asintió y los vio irse molestos.

...

Unos dias después supieron que ella estaba alquilando con el nombre de su madre y cuando llegaron al lugar no encontraron nada, les informaron que la chica se habia ido dos dias antes y no habia regresado.

Una pista más que no llevaba a nada, ya habia pasado 15 dias desde el funeral y no sabían donde más buscar, incluso la dieron por perdida pero desestimaron el caso ya qeu ella mandó evidencias de que estaba bien y se habia ido porque no deseaba estar cerca del asesino de su madre.

Mientras el señor Beepat y los Moreira buscaban como locos a Camila ella estaba en una hermosa habitacion sentado en una gran mecedora con dos pequeños de 19 dias en su regazo.

—No me parece justo que aun no tengan nombre si no se los pone su padre lo haré yo—preso ella viéndolos con gran amor.

—Estás en todo tu derecho, mi hijo se ha vuelto estúpido y no se pone en lo que debe con su hijo...

—Yo no quise ser una persona con derechos—musito avergonzada.

Abril se carcajeó, pues la chica le tenia un poco de miedo y era raro que fuera asi, pero entendía que en su pasado le habia enseñado que los de más poder tenian mayor rango.

Ellos no eran asi en absoluto pero debía mostrárselo con el ejemplo y acciones y no con palabras, todos estaban felcies con Camila, era respetuosa, cariñosa y educada, los bebes había dad un cambio del cielo a la tierra.

Los niños aun lloraban pero en menor cantidad, Camila habían creado una rutina que poco a poco iban tomando, los levantaba a las 7:00 de la mañana, le daba su biberón y les cambiaba el pañal los dejaba dormir un rato mientras ella tomaba una ducha y desayunaba, levantaba su habitacion y preparaba las cosas para los bebes, entre las 9:30 y las 10:00 de la mañana ya estaban despiertos tomaban otro biberón y ella los mimaba un poco antes de que estos pasearan por todo el salón y el balcón.

Almorzaba con ellos encima porque no dormían hasta las 1:00 o 2:00 de la tarde, no los dejaba dormir mucho, pues queria que durmieran más de noche, Chris por lo general se pasaba a verlos pero su visita no duraba más de cinco a diez minutos.

A las 6:30 empezaba la rutina nocturna, Les daba un baño, por separado unos masajitos y los alimentaba luego los arrullaba en la mecedora por algunso minutos hasta que caían rendidos entre 7:30 y 8:00 de la noche, por lo general en ese momento se dedicaba un poco a ella misma hasta que entre la 1:00 y las 2:00 de la madrugada despertaban a comer.

Chris ayudaba en este momento aunque ninguno decía nada, ella se percató que el no sentia aun amor de padre por ellos y aunque sentia que debía pasar tiempo con ellos para que la conexión llegara no era su lugar opinar.

—Le dire a Chris que tiene hasta el lunes para darme los nombres ya deberían estar registrados—musito la abogada metida en su papel.

—Estoy de acuerdo—Camila respondió mientras con destreza dejaba los bebes en su cuna, nadie entendía como a tan corta edad tenia la capacidad para atenderlos sin quejarse y sobre todo hacerlo tan bien.

—Seras una madre estupenda en el futuro—Camila miro los bebes y se sintió mal, ya los sentia como suyos y temía que la madre biológica se arrepintiera y regresara por ellos.

—Que digo ya lo eres, mis nietos te sienten y te creen su madre, gracias por amarlos y cuidarlos con tanto esmero, ellos te aman—le dijo abrazándola.

—Yo tambien los amo...

 

 




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