¡ Oye preciosa! ¡sé mi musa!

Extra 1

Un parto inesperado

Tanto Caleb como Lucía estaban esperando que sus bebes nacieran en la fecha probable que le había indicado el médico, no obstante, seis semanas antes, Lucía estaba comprando algunas cosas que aún le faltaban cuando empezó a sentir algunas contracciones sus cuñadas las cuales las acompañaban se dieron cuenta de que algo le molestaba, pero ella decidió no darle importancia.

—Son solo de prácticas, todo está bien, aunque necesito descansar —musitó sonriéndoles y siguieron sus compras, sin embargo, ellas notaron que seguía con dolor y decidieron terminar para irse a casa.

—Ya tenemos todos, vamos a casa, necesitas descansar —dijo Winter, ella lo aceptó y se retiraron.

Disimuladamente, una de las gemelas le avisó a su madre y a Caleb y estos ya estaban en casa esperándolas.

—Preciosa como te sientes...

—¡Dios! ¡Me duele! —gritó de dolor en cuanto salió del auto, intentó ir a la casa, pero fue detenida por el músico que la tomó en brazos y la regresó al auto.

—Creo que nuestros hijos serán tan rebeldes como tú y decidieron nacer antes. Vamos a la clínica — sentenció serio y ella no refutó gracias a la fuerte contracción que le atravesó la espalda y el vientre bajo.

En cuestión de minutos tuvieron en el centro médico donde, debido a su edad y ser dos bebes, decidieron hacer una cesaría.

Una hora más tarde Caleb tomaba la mano de su esposa, mientras ella era sometida a la cirugía, Lucia estaba nerviosa y no dejaba de pensar en el bienestar de sus pequeños y anhelaba todo resultara de maravilla y al final del día estuvieran felices celebrando la llegada de sus hijos.

Unos minutos después nació la pequeña Isabella, siendo esta la primogénita del famoso músico. Unos minutos después nació Iker gritando a todo pulmón, demostrando lo fuerte que sería.

Isabella sollozaba de forma lastimera. Caleb se acercó y la alzó, y en cuanto sus ojos color ámbar lo miraron, supo que esa niña sería su perdición.

—Desde hoy seré tu esclavo, me tienes completamente a tus pies, mi princesa hermosa, soy tuyo —dijo Caleb, completamente hechizado y enamorado de su hija.

Luego tomó a su hijo en brazos y vio el rostro de su esposa en él, lo cual lo hizo inmensamente feliz y dichoso, ahora eran una familia completa y se aseguraría de protegerlos a los tres y hacerlos inmensamente felices.

...

—Felicidades a ambos sus hijos estaban saludables y perfectos, a pesar de nacer unas semanas antes no necesitan oxígeno ni atencion especial, sin duda serán unos cabezotas—musito el pediatra luego de revisar ambos infantes, los cuales tenian tremendos pulmones.

—La niña es tu copia con mis ojos y el niño es mi copia con los tuyos, una mezcla simplemente perfecta—musito la mayor sintiéndose plena.

—Gracias, mi musa, por darme estos preciosos hijos, me siento el hombre más feliz del mundo...




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