Lunes
Okey, si de algo podemos estar seguros, es que el susodicho estudia en definitiva en el mismo sector que yo. ¿Qué cómo lo sé?, pues fácil: Mientras paseaba por el sector de Química de manera despreocupada de la vida, pude ver que él se encontraba sentado en el suelo, reunido con varias personas desconocidas para mí.
Tuve la tentación de pasar cerca de él y escuchar de lo que hablaban, pero sin duda eso me haría ver como una loca, y quizás como una chismosa, incluso pensar nuevamente esa idea me parecía absurda. En todo caso, él ni siquiera tenía la más mínima idea de mi existencia.
Habiendo resuelto una interrogante, aún quedaban varias más: ¿Cuál sería su carrera? Podría ser un estudiante de ingeniería, o de licenciatura. ¿Cómo se llamará? ¿Acaso tendría pareja?
Sin dudas, pensar en ello me hacía sentir preocupada de mi misma. ¿Acaso sería bueno para mi salud mental obsesionarme con algo así? Por supuesto que no, pero incluso sabiendo esto, no dejaba de rondar por mi mente la posibilidad de conocer a aquel chico, llegar a entablar alguna relación con él, e incluso, quizás, poder salir con él.
Un suspiro pesado salió de mí. ¿Por qué debía complicarme yo misma las cosas? Podía simplemente hacerme la desentendida y acercarme a él con alguna pregunta estúpida.
Quizás un: —Disculpa, ¿acaso sabes dónde se encuentran los laboratorios de química?
No, no, no, incluso él se reiría de mí por semejante chiste. ¿Una estudiante de Química de tercer semestre que no sabe dónde están los laboratorios? ¡Eso sería una completa vergüenza para mi gente!
Podría preguntarle la hora, eso sería más normal, pero sólo la idea de hablarle, me hacía temblar completamente. ¡Odiaba ser tan tímida, y que el fuese tan intimidante!
Toda idea quedaba completamente descartada de mi lista, ya que él se había levantado del suelo junto con el grupo, al parecer, ya le tocaba entrar a clases.
Bien Chris, calma tus hormonas.
Respiré tranquilamente cuando lo vi desaparecer de mi vista.