Jueves
Eran las ocho de la mañana, y las clases no comenzarían sino hasta las nueve. Me encontraba sentada plácidamente en el suelo, al lado de donde sería mi primera clase del día; el pasillo se encontraba levemente lleno de gente, los cuales iban y venían de manera apresurada.
Me dediqué a mirar a cada uno de ellos.
Ronny, quien acababa de llegar, se sentó junto a mí en el suelo. Sacó la libreta de su bolso en conjunto de la calculadora.
— ¿Has practicado para el examen de matemática de mañana? —Pregunta.
—Sí, un poco, tampoco es como que he dado mi vida en ello —Digo, y cuando termino, suspiro en el acto.
Matemática nunca fue lo mío y, ahora con dos grados de complicación más, me resultaba completamente inentendible.
—Debes ponerle un poco más de empeño, Chris. Que así nunca te graduarás.
No pude evitar rodar la mirada ante aquel comentario.
—Lo sé, pero simplemente mi cerebro no sirve para ello. Quizás hasta deba cambiar de carrera, no lo sé.
Ronny negó, de manera desaprobatoria.
—No sé qué haré contigo, Chris.
—Quererme, ¿qué más podrías hacer?
Una sonrisa no tardó en aparecer en su cara, y yo no pude evitar abrazarlo de manera efusiva.
—Sí, sí, basta de tanto cariño, que arruinas mi imagen de chico rudo.
Apenas terminó su frase, se dedicó a arreglar las arrugas en su camisa, para luego abrir su libreta en un complicado ejercicio de matemáticas, que seguro no entenderé a simple vista.
Otro suspiro salió de mí; con la cara apoyada en mi puño cerrado, simplemente retomé mi actividad de mirar a la gente pasar.
— ¿Sabes? —comencé. Ronny simplemente respondió con un "¿Hum?" —A veces simplemente me pregunto qué hago aquí.
Dejo de mirar a las personas, para mirarlo a él. Este levanta una ceja, en manera de cuestionamiento.
—Digo, no es como si esta fuese mi carrera por predilección. La escogí, porque era una forma de no tener que irme de casa, a un estado deferente.
— ¿Cómo a un estado líquido? —Intentó bromear, pero simplemente negué con la cabeza. —. Está bien, lo capto, no sirvo para esto de los chistes. Te entiendo, porque yo sí tuve que irme a un estado diferente para poder estudiar esta carrera.
Ronny cerró su libreta, entendiendo de una vez que conmigo aquí no podría estudiar tranquilamente.
—Supongo que debe ser genial estudiar algo que querías.
Esta se levanta de hombros. —Qué te puedo decir, simplemente hay días en los que me pregunto: ¿Qué demonios pensaba al escoger esta carrera?
—Pues, supongo que ya no nos queda de otra más que terminarla porque, si de algo estoy segura, es que: O salgo con un título, o salgo loca, pero de que salgo con algo, salgo.
Ronny rio ante mi comentario, mientras negaba.
—Estás loca.
—Estamos, querido, estamos.