¡ Oye tú! ¿elegiste?

Prólogo

Narrador omnisciente

Steven estaba mirando a través del ventanal de su oficina en la sede principal del complejo de hoteles familiares, para él era un halago que aunque no llevara la sangre, Walker lo consideraran uno para estar en ese puesto y aunque estaban divididos por secciones, ya que dos de sus primos ocupaban esos mismos puestos él era el encargado principal.

—Señor Palacios, su madre está en la línea 2 nuevamente, pues necesita hablar con usted con urgencia—dice su secretaria pero él hace un gesto que le hace entender que no responderá.

Camill su madre de corazón y la cual lo amo desde que lo tuvo en sus brazos a pesar de no llevar su sangre. Esta no paraba de insistir llamando primero en su movil y luego en el directo de la oficina.

—Ya hemos terminado por hoy, te puedes retirar, no quiero que nadie me moleste—sentencio con autoridad y frialdad.

Desde su boda fallida hacía ya varios meses, su personalidad cambio del cielo a la tierra ya no saluda a sus empleados ni fraternizaba con nadie, trabajaba, iba a bares a distraer su mente y aunque podía terminar en un hotel enredado con alguna escultural mujer, el recuerdo de Skayler, su olor, su calor y toda ella lo perseguía, de tal forma que no podía.

Se sentía dañado para otra mujer, no obstante no pensaba perdonarla, ella decía que no lo había engañado y su familia le insistía en que la escuchara, no obstante él no estaba dispuesta a ceder, era un hombre intachable y una infidelidad aunque fuera un desliz no estaba los posibles perdones de los cuales podría algún día otorgar.

Steven llegó a su piso y luego de colocar cada cosa en su lugar como el obsesivo con el orden que era tomo una ducha corta y se dejó caer en su cama.

Hacía justo 4 meses y 9 días que no veía a su tormento, desde que le pidió elegir entre el hijo que llevaba en su vientre y él, obviamente conociéndola como la conocía y sabiendo que era provida, jamás mataría a su propio bebe por mas que lo amara o se arrepintiera pro su desliz.

Sabía que había sido tonto pidiendo aquello pero en verdad la impotencia y las inseguridades lo agobiaron sobre manera. Su madre y hermana no paraban de pedirle que al menos escuchara a su ex, la cual aún mantenía contacto con ellas.

Steven quedó dormido a las 11 de la noche luego de ver algunos episodios de una serie y leer un poco su nuevo libro.

Despertó a la hora de siempre y fue a su gimnasio personal luego de hacer ejercicio por una hora y tomarse un licuado saludable tomo una ducha y fue directo a su oficina allí le esperaba un desayuno a la altura el cual ingirió solo y faltando algunos minutos para las ocho de la mañana estaba sentado tras su escritorio esperando la agenda del día.

—Gracias señorita y no quiero interrupciones—expreso una vez escucho todos sus pendientes y reuniones pautadas para la mañana y parte de la tarde.

Cerca de las 10:30 de la mañana su madre irrumpió en su oficina con cara de pocos amigos, dejándolo sorprendió y con su secretaria con el rostro afligido, pues sabia que podía ser despedida por no ser lo suficientemente ágil para impedir aquella entrada aparatosa.

—Señor yo…

—Puedes retirarte—musito con frialdad mientras observaba a su madre de pies a cabeza, era pequeña joven y bella, a sus 44 años  era realmente hermosa y su padre con sus varios años de más estaba muy enamorado de ella, lo que le causaba gran felicidad a él y sus hermanos.

—Te he llamado mas de 100 veces y no doy contigo, si hubiera pasado algo a tu padre o hermanos, tú ni enterado—exclamo con molestia.

—Tienes razón, madre lo siento pero como fuiste la unica que llamo no creí que fuera una...

—La familia de Skayler tuvo un accidente de avión en el cual todo murieron menos ella y su bebe pero ambos están en peligro de muerte, cuando está lucida solo dice tu nombre, los médicos no le dan muchas horas de vida, asi que vengo a  llevar tu trasero al hospital debes perdonarla para que se vaya en paz—Steven se quedó gélido escuchando aquello.

La noche anterior, al igual que casi todos los días, soñó con ella antes de que lo engañará y ahora quizas nunca la volvería a ver.

—Sé que es difícil para ti, pero…

—Vamos—fueron sus únicas palabras luego de pasar la impresión, Camill lo acompañó y en menos de lo esperado estaban entrando por las puertas del gran hospital general.

—Me alegro de que vinieras hermano, haces lo correcto—pronuncio su hermana Enora.

—¿Dónde está?—pregunto ignorando a su hermana menor.

Lo guiaron hasta el área de preparación y luego de ponerle la ropa adecuada le permitieron entrar hasta la zona restringida donde tenían a la joven embarazada.

—Aproveche que está despierta, pues sus momentos de lucidez son mínimos y dolorosos para ella—le comento la amable mujer.

—¿Y el bebe?—cuestiono dudoso.

—Aferrándose a la vida de manera impresionante, en mis mas de 20 años en esto jamás vi un bebe, aferrarse tanto a su madre y una mujer, aguantar tanto dolor para que su bebe no corra peligro—le respondió justo cuando abrió la puerta y lo dejó entrar donde estaba la rubia acostada con su rostro irreconocible por los golpes.

—Skayler…

—Osito viniste, sabía que no me abandonarías, no me queda mucho tiempo pero quiero pedirte que no abandones a mi bebe, te juro que no te engañe y sé que toda mi familia está muerta, ella no tiene la culpa de nada, por favor no la abandones—susurró cada palabra sintiendo un profundo dolor.

El corazon de Steven palpitaba con fuerza tenía toda una vida conociéndola y jamás imagino verla en esas condiciones tan deplorables, habia sobrevivido de puro milagro y su bebe también y allí estaba pensando en los demás antes que en ella

—Steven, yo te amo, te juro que te amo tanto o más que la primera vez…

—Yo también te amo caramelo y te prometo, no abandonar a tu bebe…




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