¡ Oye tú! ¿elegiste?

2 La graduación, viaje e inicio a clases

Skayler Madrid Fox

—Estoy muy nerviosa—le digo a mi hermana Katia y ella sonríe negando con diversión.

La diferencia de edad no ha sido un problema para que formemos nuestra relación, cuando yo nací Katia tenía 20 años. Ella es hija de mi madre cuando era adolescente, luego conoció a papá y se casaron, yo nací mientras mi hermana estaba en la universidad, asi que no estuvo conmigo los primeros años, aunque  también se debió a que vivíamos en otro país.

Cuando conocí a Steven y su familia recién habíamos llegado al país y ella se fue a vivir con nosotros. Mi hermana nunca se casó ni tuvo hijos, ahora tiene 38 años y yo justo hoy estoy cumpliendo 18 y a la vez es mi graduación lo cual me tiene nerviosa.

Mi novio vendrá a buscarme para ir a la fiesta, pues la recepción fue en la mañana y me siento nerviosa, los dos fuimos excelencia académica y eso hizo felices a nuestros padres aunque era algo muy esperado, ya que los dos somos muy dedicados y nuestra relación no ha influido negativamente en nuestras actividades extracurriculares como educativas.

 Steven y yo iremos a la misma universidad y eso me pone muy contenta, somos novios desde pequeños y tenemos la relación más bonita y duradera de todo el colegio o nuestro círculo de amigos.

—Te vez hermosa y lo pasarás muy bien, solo cuídate que aún no deseo ser tía—negué, pues eso no me preocupa Steven, es demasiado meticuloso para dejar que algo asi sucedieran sin estar plenamente planeado.

Desde que lo conocí es un pequeño robot mezclado con Christian Grey, lo amo y me he acostumbrado a ser muy ordenada cuando estoy a su alrededor.

Él cumplió los 18 hace unos meses y su padre le regalo un departamento el cual visitamos casi a diario y creo que será nuestro escape cuando no estemos en la universidad o clases.

—Bueno, si tienes razón, mi cuñado más fácil te deja caer al suelo que dejarte embarazada—rie por su comentario y yo ruedo los ojos riendo.

—No te burles, él es perfecto para mí y no lo cambiaria por nada del mundo, en unos años nos casaremos y tendremos preciosos bebes—expreso culminando con mi maquillaje.

—Lo sé, he vivido el amor a través de ustedes y me doy por bien servida al saber que existe, aunque a mí no me hubiera tocado—musita con un suspiro y me encantaría que aunque sea ya tan mayor pueda vivirlo.

 

Steven está tan atractivo como siempre y me encanta pasar cada momento posible a su lado y verlo, disfrutar un poco de su juventud, ser el hermano mayor lo tiene un poco paranoico y no quiere dar mal ejemplo a sus tres hermanos menores, dos adolescentes y una tierna niña que es muy tóxica cuando de sus hermanos se trata.

Su padre fue mi amor platónico en la niñez pero en cuanto me di cuenta de que Steven era su versión mejorada, mi enfoque cambio un poco, fue divertido y triste escuchar los celos que tenía por su padre gracias a mí.

 

—Te amo caramelo—sonrió, pues su voz está algo pastosa, hemos bailado con nuestros amigos por mucho rato y también hemos tomado bastante.

Le hago una señal a los guardas espalda de ambos y nos ayudan a ir hasta el departamento de mi chico donde pensamos pasar la noche.

En unos días nos iremos de vacaciones con su familia a uno de sus ranchos y luego viajaremos al campus para iniciar el proceso de ingreso a clases.

Luego de llegar  al departamento y pasar un momento unico y especial con muchos te amo de ambas partes, caímos rendidos y algo borrachos.

...

—Bienvenidos en este momento, mi esposo está con los niños, al igual que mi cuñado estaran para la cena—Luna y Cleo, las esposa de unos tíos de Steven, nos reciben y luego de mostrarnos nuestra habitación y dejarnos refrescar nos invitan a pasar al comedor para poder degustar los alimentos.

Ver a esa familia unida y haciendo bromas en lo mejor que hay en la vida, además que están los unos para los otros sin importar que, mi familia es mucho más cuadrada y cada uno está en lo suyo, sobre todo luego que mi abuela muriera hace unos años muchas cosas cambiaron.

Varios días mas tarde habíamos caminado por las veredas, montado a caballo, visitado el pueblo, visto los cultivos de girasoles que el señor Germán creo para su esposa Luna y muchas cosas más.

Estábamos terminando de almorzar una parrillada típica de domingo en la cual faltaban muy pocos miembros cuando mencionaron el lago.

 

—Chicos vayan al lago—musita mi suegra con emoción.

—Si ese lago ha sido testigo del amor en esta familia desde hace muchas décadas—musito Blue, una tía abuela de mi chico la cual es una abuelita encantadora y picara.

—No digas eso tía que me pones los pelos de punta—dice mi suegra y todos nos miran.

—¿Qué sucede?—cuestiono y Steven no deja ver ni la mas mínima muestra de nada.

—Es que muchos de los aquí presentes fueron engendrados en ese lago y…

—Bueno, ya es suficiente, vámonos, es momento de refrescarnos—dice Steven y todos ríen poniéndose de pie.

Sin duda entiendo por qué la abuelita dijo eso, este lugar se ve romántico y llama a uno querer amarse sin restricciones, los presentes no pierden tiempo en darse besos y mostrarse amor mientras disfrutan del agua fresca y la brisa, el sol es caliente pero no molestoso lo que conlleva que el momento se disfrute al máximo.

Cerca de tres horas después, ya ocultándose el sol, empezamos a alistarnos para regresar, Steven dice que los alcanzaremos en un momento y cuando los caballos se alejan me toma de la mano y me empieza a sacar el vestido.

—Es una tradición familiar hacer el amor en el lago cuando lo conocen por primera vez, dice que da buena suerte, asi que aprovechemos el tiempo—sentencia antes de besarme, yo gustosa acepto sus labios y caricia y en menos de cinco minutos danzamos al ritmo del agua y nuestros cuerpos se vuelven uno en una dulce y tierna melodía.




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