P E Ó N [ #2 - Los Gobernantes ]

Prólogo

Sentía dolor, tenía una herida abierta en mi brazo a la altura del hombro, además de la pierna.

Podía ver algo moviéndose entre las sombras que dejaban los edificios de las ciudades bajo la luz de la luna. Me estaban siguiendo.

No podía avanzar muy rápido, sentía cómo alguien estaba acortando la distancia conmigo.

Mi respiración estaba agitada, mi pulso estaba disparado. El cansancio se estaba acumulando en mis músculos, sentía que esto me gritaban que pararan, que me detuviera. No podía.

Estaba corriendo por el centro de la banqueta bajo la escasa luz de las lámparas de iluminación urbana.

Giré en un edificio cercano y corrí hacia la oscuridad de un callejón. Miraba hacia mi espalda a cada momento, tenía que asegurarme que no me estaban siguiendo.

Seguí avanzando hasta llegar al fondo del callejón, topándome con una sólida pared de ladrillos. Junto a esta, había unos botes de basura, los cuales usé para tratar de escalar el muro, pero, debido a mis heridas, era muy difícil subir.

Estaba atrapado.

En mi desesperación, volteé hacia todos lados. Una sombra de una persona invadió el callejón a mis espaldas. Lo sentía muy cerca a mi.

Tenia que pensar rápido.

Junto a mi había unas bolsas negras llenas de basura, así que, en un intento desesperado de sobrevivir, salté a ellas y dejé que me cubrieran.

Apestaba, pero era necesario soportarlo.

Podía sentir restos mecánicos y orgánicos entre las bolsas. ¿Qué hacían aquí?

Escuché pasos acercándose, podía ver la silueta de una persona a pocos metros de mí. Llevaba un cuchillo de más de treinta centímetros en su mano derecha, podia verlo gotear.

–¿Dónde estás? No te escondas, solo quiero jugar contigo por un momento. No me tengas miedo.

Su voz se escucha cercana. Era una mezcla entre un tono juguetón y sarcástico. No sabía qué podía esperar de eso.

–No te escondas, solo quiero jugar algo contigo.

No iba a salir por ningún motivo. Aprecio mi vida.

Sentía una punzada recorrer mi cuerpo. Las heridas estaban abiertas, y, si seguía en este lugar, se infectarían. Tengo que encontrar la manera de salir.

No puedo moverme.

–Oh, ¿así que quieres jugar a las escondidas? ¡A mi me encanta ese juego!

Comenzó a caminar hacia la pared al final del callejón, mientras arrastraba sus pies con cada paso que daba. Sentía un escalofrío por todo mi cuerpo.

La persona apareció a pocos metros de mi, vestía completamente negro, con una capucha sobre su cabeza, una especie de manto rasgado se agitaba con el viento.

El cuchillo en su mano aumentaba su aura tétrica.

–No me hagas buscarte, soy bueno para esconder, pero no para encontrar. ¿Lo sabes? No importa.

De pronto, su cabeza giró en dirección a mi. Pude ver un breve destello rojo en su rostro, a la altura de su ojo izquierdo.

Era una máscara.

Un asesino con máscara. ¿Dónde he visto eso antes?

*Plop* *plop*

Unas gotas comenzaron a caer en el lugar. Se escuchaba cómo golpeaban las bolsas de basura y los botes. La larga vestimenta del hombre comenzaba a mojarse.

–Esto no me gusta, el agua puede dañarme. Terminaré esto rápido.

Comenzó a caminar hacia mi, podía sentir su mirada desde el punto rojo en su máscara en forma de cráneo, cubierta por su capucha.

Se acercaba.

Contuve mi respiración cuento él llego a escasos metros de mi. Yo lo podía ver por una ranura entre bolsas. Él colocó su ojo justo en ese lugar.

No había duda, me había descubierto, él sabía dónde estaba.

Cerré los ojos por un momento, esperando mi final. Este nunca llegó.

Cuando volví a ver, no pude encontrar su sombra en el callejón. La lluvia hacía comenzado a caer torrencialmente. Si permanecía más tiempo en este lúgubre lugar, mis heridas se infectarían.

Traté de moverme, un intenso dolor recorrió mi cuerpo.

Resistí las ganas de gritar.

Me liberé de las bolsas y me puse de pie en medio de la lluvia, rápidamente lavé mis heridas antes de que se infectaran más. Eso me ayudaría a resistir por un rato, hasta llegar a la base.

Sentía mis piernas temblar, no podría caminar a gran velocidad. Casi me arrastraba por el lugar. Había charcos que se comenzaban a formar en el fragmentado suelo del sitio. Esto es una verdadera pesadilla.

–¿Por qué me está siguiendo?

Recuerdo que, hasta hace menos de una hora, estaba andando feliz por las calles, hasta que alguien comenzó a perseguirme, recibí un par de disparos, y tuve que correr por mi vida. Esto no es para nada divertido. Además, tener a alguien tras tu vida no es algo que te permita estar en paz.

–Tengo que irme de aquí.

De pronto, escuché un par de débiles pasos detrás de mi.

—¿Qué dem...?

No logré terminar mi frase, cuando un cuchillo afilado atravesó mi corazón desde mi espalda, sobresaliendo en mi pecho. Sentí como mi visión se volvió completamente negra, no sentía dolor. ¿Esto es la muerte?

Mi cuerpo azotó el suelo violentamente después de que el cuchillo fue sacado de mi cuerpo, la sangre comenzó a fluir de mi herida, al mismo tiempo que la lluvia se la llevaba por el callejón. Una mezcla de líquido transparente y rojo pintó todo el lugar, con mi cuerpo en el epicentro.

—Supongo que esto es la muerte.

Hay una persona parada a un lado de mi, cubierta con una capucha negra y una máscara con un brillo en los ojos. No había duda, era él. Era el que me había estado siguiendo todo este tiempo. Yo no podía oírlo, pero estaba seguro que hablaba, tenía algo que decirme.

–Parece que gané. ¡Te dije que era el mejor en las escondidas! –Estaba extasiado.

¿Qué le pasa a esta gente?

Con lo último de fuerza que me restaba, toqué un botón cerca de mi pecho, el cual comenzó a pitar de manera estridente, causando que el hombre se tapase los oídos.



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En el texto hay: combates, clases sociales, pasadostristes

Editado: 25.09.2020

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