Tras analizar toda la información, yo me retiré a mi habitación, no deseaba hablar con nadie por el resto de ese día.
Los planes de Central eran convertirme en un maldito robot que solo sigue sus órdenes sin rechistar, es algo que no puede aceptar.
Puede que haya muchas cosas que no recuerde, pero, después de leer esos documentos, siento que hay algo importante que estoy olvidando. Sé lo que pasó gracias a los datos recopilados por Kyle, pero, siento un vacío.
Estaba acostado en mi cama mientras veía cómo el día pasaba mientras miraba hacia el techo. Las sombras que la luz proyectaba sobre este eran difusas, tan solo unas manchas grices.
Simplemente, no puedo aceptar que todo esto pasó. No porque esté en la red, puedo estar de acuerdo. He hecho reportes en diversas ocasiones, y se pueden manipular fácilmente, por lo que no me confiaré de eso.
–Aaah –suspiré.
Podía escuchar las risas provenientes del jardín frontal, una de ellas pertenece a Kaly.
Siempre que pienso en ella, hay algo que me incomoda. Es sabido por todos que, al momento de activar la habilidad de clase, la marca brillará y aumentará la temperatura de la piel que la rodea, por lo que nunca había escuchado que dicha activación se notara en los ojos. Es algo que simplemente encuentro extraño.
–¿Acaso...?, no, no lo creo posible. Todo ese programa fue destruido, por lo que no debe quedar nada suelto.
Pensé en una pequeña conjetura, pero rechacé la idea después de recordar un par de cosas más.
–Ella es humana, ¿verdad?
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Después de todo lo que sucedió, dejé que Kay se fuera a la habitación sin decir nada. Supongo que necesita un poco de tiempo.
En el momento en que encontré a una chica en la habitación, me había enojado tanto que había perdido la cordura por unos momentos.
—¿Será que estoy celosa?
Sé que estuvo mal atacarla antes de preguntar, pero, ¿qué podía hacer? No soportaba la idea de que una segunda estubiese detrás de Kay.
—Si, definitívamente estoy celosa.
Dejé la sala y salí al patio frontal, donde Melissa estaba jugando con Kaly, el par de hermanal Blond se llevaba tan bien que me hacía querer tener una hermana.
–¡Mamá!
Kaly se percató de mi presencia y corrió hacía mi.
–Ten cuidado con los escalones, no te vayas a tropezar.
Sin importar cómo actúe en ciertas ocasiones, es solo una niña de diez años, aunque pueda parecer un poco anormal para su edad. No importa, me he convertido en su madre, por lo que la voy a querer como si en realidad fuese mi hija. Supongo que es un tema que tendré que hablar con Kay luego.
Kaly saltó a mis brazos y la atrapé. Ella estaba sonriente. La habiamos hecho salir junto con Melissa para que no escuchara la conversación que teníamos en la sala, no queríamos que se preocupara de más. Ella necesitaba crecer libremente, sin estar atada a nada.
Melissa estaba sentada en una silla de madera ubicada justo afuera de la mansión de los padres de Kay. Aun no logro saber cómo es que él compró algo así en un lugar tan remoto, y cómo es que Central o los Altos Mandos no lo han encontrado. Supongo que hay algo detrás de todo esto.
Mientras jugaba un poco con Kaly, otra persona llegó al lugar, esa chica llamada Amelie.
Ella simplemente se limitó a caminar un poco por el jardín, mientras se detenía a observar ciertos detalles en las flores que crecían por los alrededores. Bajé a Kaly de mis brazos y se la dejé encargada a Melissa temporalmente. Había algo que me molestaba en el actuar de esa chica, Amelie. No quiero siquiera mencionar su nombre.
–¡Hey tu! ¿Qué haces aquí?
Ella me ignoró y siguió observando un pequeño conjunto de rosas que crecían a pocos metros de mí. Parecía que buscaba algo.
Me enojé y caminé hacia ella.
–¿¡Me estás escuchando!?
–¿Sabes quién plantó estas flores y hace cuánto?
Ella contestó tranquila, parece que su actitud es completamente la contraria a la mia.
–¿Por qué habría de saberlo?
–Supongo que solo eres descuidada. Estas rosas las planté yo hace más de tres años, unos días antes de la boda.
–¿Qué tonterías estás diciendo? ¿Acaso todo ese tiempo encerrada te hizo alucinar?
Ella estaba tratando de agotar mi paciencia, no podía dejar que eso pasara. Si bien, no sé qué es lo que ha pasado en este lugar o en la vida de Kay hace tres años, hay algo en lo que estoy completamente segura, nunca estaría con una chica como ella.
–¿Para qué has venido?
–He venido a recuperar lo que es mío, no importa lo que tenga que hacer para lograrlo.
Ella se levantó de su posición, poniéndose al frente de mí. Podía ver que medía apenas un poco menos que yo, rápidamente repasé su cuerpo de pies a cabeza, para ver si tenía “ventaja” sobre ella. La chica pareció hacer lo mismo conmigo, era horrible ser vista por una persona tan desagradable.