Todo había pasado demasiado rápido como para procesarlo por sí mismo, sus recuerdos no eran más que escenas de una película de terror repitiéndose con violencia una y otra vez torturándole la consciencia. Intentando comprobarlo una vez más siguió deslizando reiteradamente su dedo por sobre el rastro de las lágrimas secas, que claramente seguían allí. En medio de la oscuridad avanzo hasta el salón y tomo en sus temblorosas manos el control remoto encendiendo la televisión que directamente lo enjuicio mostrando en las noticias la pila de cadáveres descuartizados siendo recogidos y empacados en bolsas para cadáveres. La sola escena frente a sus ojos le causo un escalofrío seguido de las ganas de vomitar, posteriormente recibió un sobresalto al escuchar el timbre, tenía miedo y estaba echo un ovillo; como pudo se arrastró hasta la cocina permaneciendo agachado y abrazando sus rodillas mientras lloraba de terror deseando que todo fuera una pesadilla. Era demasiado joven para ir a prisión, además él no era un asesino, por más que sus recuerdos dictaran lo contrario él era inocente ¡Inocente!
Todo pareció quedar en silencio por un momento a excepción de sus pensamientos que no dejaban de bombardearle, hasta que los pasos comenzaron a acercarse y el pulso de su corazón pareció acelerarse hasta casi explotar.
—Taehyung, sé que estás aqu…–
El sonido de un fuerte “crack” seguido del flujo de sangre saliendo a toda presión hizo eco en la habitación sumándole el pesado cuerpo casi inerte de su amigo cayendo al suelo.
¿Lo había matado? Jimin estaba en el suelo con el cuello roto y la yugular derramando todo su líquido vital fuera de su cuerpo, realmente estaba muerto y solo podía limitarse a mirar cómo se desangraba frente a sus enormes y saltones ojos inexpresivos. El olor a sangre le enloquecía, incluso si de su amigo se trataba quería devorarlo, llenar su boca con su jugosa carne y despedazarlo entre sus dientes, sin embargo cuando estuvo por acercarse, este comenzó a removerse en el suelo hasta incorporarse lentamente.
—Tsk… Eso dolió– Murmuro colocando su mano sobre la herida mientras se acercaba a pasos lentos hasta él.
Taehyung le miraba paralizado desde su posición.
—Descuida, sé que es difícil, pero todo va a estar bien– Con su mano acaricio aquello que se asemejaba a su mejilla dedicándole una cálida sonrisa
Lentamente sintió que recuperaba el control y su cuerpo volvía a la normalidad encontrándose a sí mismo desnudo tendido sobre el suelo y con los ojos cristalinos. ¿Era esto una pesadilla acaso?
Jimin no parecía sorprendido y al contrario se mostraba compasivo y preocupado sin si quiera haberse asustado por su forma monstruosa.
— ¿Tienes hambre?– cuestionó mirándole fijamente
Taehyung asintió suavemente.
Jimin sonrió y se quitó la chaqueta del uniforme arrojándola a un lado para comenzar a desabotonar su camisa lentamente hasta quedar con el torso desnudo, se acomodó en el suelo y espero que Taehyung se acercara para comer de su carne.
Ciertamente así se veía a los ojos de este, como un plato de carne jugoso servido en bandeja de plata frente a él. Sin perder la oportunidad se colocó a gatas sobre Jimin hasta sentarse sobre su cadera acercando su rostro hasta la curvatura de su cuello; el olor a sangre le llamaba. Jimin se estremeció ligeramente al sentir la nariz de Taehyung rozar con su cuello antes de deslizar su gélida lengua sobre su piel precediendo una fuerte mordida sobre su hombro. Era doloroso, sentir la carne siendo arrancada de su cuerpo y las fuertes mordidas de Taehyung, sin embargo este se veía como un pequeño tigrillo devorando su carne, tan salvaje y al mismo tiempo apacible, no podía sentir nada más que compasión.
—Duele… Come más despacio, por favor–Murmuro Jimin soltando varios jadeos y quejidos
Taehyung no respondió, estaba demasiado concentrado en comer hasta saciarse.
Finalmente y después de varios minutos Taehyung se separó de Jimin relamiendo sus labios manchados de sangre mientras observaba las heridas en el cuerpo ajeno, rápidamente habían cicatrizado y ni siquiera parecía haber sido mordido en primer lugar. ¿Qué clase de ser era Jimin? Quería preguntarle, pero aún estaba demasiado asustado y confundido como para asumir lo que realmente estaba sucediendo.
Jimin se incorporó ligeramente y con una amable sonrisa acaricio la cabeza de Taehyung extendiéndole la mano para que ambos se levantaran del suelo.
—Estas sucio, deberías darte un baño, yo limpiare este desastre– Comento Jimin una vez ambos estuvieron de pie.
Taehyung se quedó inmóvil frente a Jimin mirándolo fijamente y preguntándose por milésima vez si todo aquello era real. Jimin se limitó a hacer una seña para que se fuera de una vez.
Cuando salió del baño Jimin estaba en la cocina terminando de limpiar aquel baño de sangre que habían dejado con anterioridad, su pecho, cuello y brazos estaban manchados de sangre también.
—T-tú también deberías tomar un baño…–Murmuro suavemente
—Si no te molesta lo haré, ya termine aquí–Respondió con una sonrisa dejando el trapo sucio en el lavaplatos
Taehyung se limitó a asentir y Jimin se dirigió al baño dándole la espalda.
[…]
Era tarde de la noche o al menos eso le parecía ante la tremenda oscuridad que le invadía. Sus ojos parpadeaban intentando diferenciar los objetos que no eran más que sombras a su vista, todo a su alrededor asemejaba a un laberinto pues aquella casa era para el desconocida, si había ido allí dos veces era mucho, pues a decir verdad Jimin no lo invitaba a su casa y siempre se reunían en la suya. ¿Desde cuándo su casa era tan grande? Sintió que se había perdido con solo salir a buscar el baño.
Sus pasos frenaron en seco tras escuchar varios quejidos y jadeos, eran suplicas que asemejaban gritos dispersos en el aire. Fue así como las pequeñas luces de una habitación le atrajeron acercándose a contemplar la tortura que su amigo estaba recibiendo.