Pacto con el enemigo

Capítulo 24

El Bronco ruidoso, ahora un símbolo de su escape, los dejó en el aeropuerto con un estruendo. Damon, con sus gafas de sol y una gorra de béisbol, parecía un fugitivo, mientras Valeria, sorprendentemente relajada, se ajustaba el anillo de titanio en el dedo. Habían pasado dos días en la cabaña, y la desconexión del mundo había hecho maravillas. No hubo reuniones, no hubo estrategias, solo ellos, la chimenea y la promesa de un futuro.

"¿Lista para volver al 'orden'?" preguntó Damon, mientras él cargaba sus bolsas.

Valeria sonrió. "Listo para redefinir el 'orden' a nuestro modo. ¿La coartada del caos está lista?"

"Completamente. Nuestra 'reunión secreta' con un inversor excéntrico en un lugar remoto se ha filtrado. La prensa está ansiosa por saber cómo convencimos a un multimillonario recluido en el campo para que invirtiera en la fusión." Damon guiñó un ojo.

"Y tengo la prueba fotográfica de un oso que 'interrumpió' nuestra reunión."

Valeria rio. "Un oso. Eres incorregible. Pero ¿la prensa no querrá saber más detalles de la reunión?"

"Claro que sí. Y los tendremos. Detalles tan específicos que nadie cuestionará que tuvimos una reunión de negocios."

Al entrar en la terminal, el bullicio de los viajeros los envolvió. Pero, en lugar de la habitual sensación de presión, Valeria sintió una extraña calma. El mundo exterior, con sus expectativas y demandas, parecía lejano.

Su vuelo despegó una hora después, rumbo a Nueva York. En el trayecto, Damon y Valeria, ahora con el anillo de compromiso visible en el dedo de ella, fueron el centro de algunas miradas curiosas.

"Se corre la voz rápidamente, ¿eh?" susurró Valeria. "Me pregunto cuántos contratos se han sellado con un 'sí, quiero' tan rápido como la fusión."

"Ninguno tan bueno como el nuestro," respondió Damon, besándole la mano. "Teníamos que cerrar el trato antes de que cambiara de opinión. Eres una variable de alto valor."

•••

Cuando llegaron a las oficinas centrales, una horda de periodistas los esperaba en la entrada. Los flashes de las cámaras explotaron mientras salían del coche. Damon, con un brazo protector alrededor de Valeria, se detuvo para el asalto mediático.

"¿Podrían confirmarnos los rumores de un compromiso?"

"¡Felicidades por la fusión, pero también por las buenas noticias personales!"

"¡El anillo! ¿Es cierto que se comprometieron durante las negociaciones finales?"

Damon sonrió con su encanto más potente, el que había utilizado para seducir consejos de administración y romper corazones. "Podemos confirmar que la fusión ha sido un éxito rotundo. Y, como pueden ver, Valeria y yo hemos decidido que nuestro compromiso va más allá de lo corporativo. Ella es mi mejor inversión."

Valeria, con el rubor subiendo por sus mejillas, sonrió y mostró el anillo. "La lógica dice que, cuando encuentras la variable perfecta, hay que asegurar el trato."

Las risas y los aplausos se extendieron entre los periodistas. Damon había dado exactamente lo que querían: un titular jugoso que cimentaba la narrativa del "amor corporativo".

Al entrar en las oficinas, el ambiente era de euforia. Los empleados los miraban con una mezcla de admiración y chismorreo. La 'farsa' se había convertido en una leyenda.

Su primera parada fue la sala de juntas, donde los esperaba un pequeño comité de bienvenida, incluidos algunos ejecutivos clave y, por supuesto, Isabella.

Isabella los observaba con una mirada de incredulidad y furia contenida. El anillo en el dedo de Valeria era la prueba irrefutable de que había perdido la batalla.

"Valeria, Damon, felicidades por el doble éxito," dijo Isabella, con una sonrisa forzada que no llegaba a sus ojos. "Es... inesperado. Supongo que el 'orden' finalmente domesticó al 'caos'."

"O el caos finalmente encontró su centro en el orden," replicó Damon, rodeando a Valeria con un brazo. "Y Isabella, creo que el asunto de tu 'urgencia de branding' ya no será tan urgente. Valeria se encargará de todas las decisiones estratégicas de ahora en adelante."

Valeria asintió, una sonrisa de triunfo apenas perceptible en sus labios. La primera jugada post-fusión. Isabella estaba en la cuerda floja, y Valeria no dudaría en cortar la cuerda si era necesario.

•••

Damon y Valeria se sentaron en la que sería su nueva oficina compartida, un espacio amplio y moderno en el último piso. El diseño era una mezcla de sus estilos: la mitad de Valeria, pulcra y organizada; la mitad de Damon, con un toque de excentricidad y arte moderno.

"Esto es lo que siempre quise," dijo Damon, recostándose en su silla. "Una vida contigo. Trabajando juntos, pero en nuestras propias esferas. Y ahora, estamos comprometidos. No puedo creer que haya funcionado."

Valeria sonrió. "Tu plan era demasiado caótico para fallar, supongo. Pero hay algo que tengo que decirte, Damon. Mi 'sí' no fue solo por el anillo."

Damon la miró con atención. "¿Ah, no? ¿Me estoy perdiendo un dato crucial?"

"Mi 'sí' fue por la caja de tu pasado. Por el hecho de que me lo ofreciste todo, sin reservas. Me dijiste que querías que yo fuera dueña de tu narrativa. Esa fue la verdadera jugada maestra. No el caos, sino la confianza. Y me di cuenta de que te amaba de verdad. No la farsa. El hombre detrás de ella."




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