-Ahora debes descansar. - dice Sitael mientras me pone en la cama de una de las tiendas.
Mi cuerpo se siente pesado, agotado. Pero extrañamente no tengo sueño. De hecho estoy más despierta que nunca.
El lugar donde estamos es impresionante e inmenso.
Cuando traspasamos el escudo los cuatro nos quedamos paralizados ante la vista.
El espacio que ocupa el campamento es de aproximadamente de 10 hectáreas. Y las tiendas de campañas van desde pequeñas hasta las más grandes, con un número de aproximadamente 200 de ellas. Sus estructuras se asemejan a las tiendas medievales. Con colores que van desde el rojo hasta el azul, algunas blancas y otras marrones.
El cielo está despejado, azul, sin una nube y el viendo sopla suavemente
Mientras caminábamos a nuestra tienda pude observar otras especies rondando, observando intrigados. Estoy ansiosa por conocer sus planes y sin duda los ayudare. Puede ser una idiotez, pero algo me dice que confíe en Wanda.
La tienda donde nos encontramos es algo impresionante. Es de color roja, perteneciente a Wanda. El piso esta cubierto de pieles que abarcan cada centímetro de la tienda y tiene 4 camas, con dorsales de madera tallada cada una y acolchados de gamas doradas y violetas. Una cortina negra revestida con encaje separa la otra mitad de la tienda, donde supongo que esta el baño.
Trago saliva. Por dios, mataría por sumergirme en agua caliente. Tal vez más tarde.
- Ire a ver a Orion, luego descansare. - dice Dante y camina hacia la entrada.
- Yo voy contigo. - Violet se ofrece. Sitael se queda viéndome fijamente y me pone los pelos de punta.
Antes de salir Violet se da la vuelta y se pasa el dedo por la garganta y luego señala a Sitael. "Oh genial" Entrecierro los ojos y ella se va. Y nos quedamos solos los dos.
De repente Sitael suspira y rueda el cuello.
- Muévete. - me dice y lo miro confundida. Pone los ojos en blanco. - Hazme un lugar, genio.
Salto y me muevo para que se acueste a mi lado. Mi corazón está tranquilo, pero el ambiente se siente incómodo y realmente odio sentir las cosas así. Nos quedamos viendo el techo en silencio. Miro a Sitael de reojo y comienzo a pensar en que decir para romper el hielo.
- Soy tu ángel guardián, Emma. - dice de repente. - Soy tu ángel guardián. - repite y su tono se vuelve frustrado y ya me puedo imaginar hacia dónde va la conversación. - Y te deje sola contra ellos. Hui como un cobarde. - se tapa los ojos con el brazo y su mandíbula se aprieta. - No merezco ser llamado tu guardian.
Su reacción y palabras me dejan helada. Nunca lo habia visto asi. Este ser lleno de luz y gracia, envuelto en caos por sus acciones. Sacudo la cabeza ferozmente y le quitó el brazo para poder mirarlo a los ojos. El verde de los suyos se encuentra con el verde de los míos. Y me doy cuenta de que mi camino se sigue plagando de personas maravillosas. Y Sitael es una de ellas.
- Eres el mejor angel guardia que alguien podría pedir. No me imagino a nadie más en tu lugar. Y tampoco lo quiero. - le sonrió de lado - Cuando nos ayudaste a entrar en el infierno y te arriesgaste antes los demonios...te convertiste en mi amigo. - una luz brilla en su mirada y puedo decir que mis palabras le llegan. - E hiciste lo correcto. Ambos sabemos que no hubieses sobrevivido ante los mayores. - le doy una palmadita en el hombro. - Ahora deja de lamentarte, porque estoy viva. Tu estas vivo. Orion está a salvo y estamos a salvo. Por ahora. - agregó rápidamente. Estamos a salvo. Pero siempre hay un mañana y es bueno recordar no bajar la guardia.
Sitael me mira por un largo tiempo y luego estira la mano y me revuelve el cabello. Cuando se aparta, veo que tiene una pequeña sonrisa en sus labios. Una verdadera y sincera sonrisa. Me siento aliviada y feliz.
- Ahora siendo serios... - dice él pero lo interrumpo
- Creí que ya estábamos siendo serios - le dio riendo mientras levanto las cejas
Sacude la cabeza y me mira divertido. Esto es más serio dice su mirada y yo me encojo de hombros.
- Bueno, Emma, si antes tu padre no se percató de que escapamos, ahora debe ser imposible que no lo haya sentido.
- Si, debe estar trepando por las paredes. - bromeó riendo.
En mi cabeza, de repente, aparece la imagen de alguien parecida a mi, pero más adulta. Como si mi inconsciente quiere que recuerde lo más importante.
Mi sonrisa va muriendo de a poco. Mi madre todavía está atrapada en manos de Lucifer. Casi 14 años. No puedo imaginar lo que es pasar tanto tiempo lejos de las personas que amas. Más aún conociendo cómo me sentí al estar lejos de Orion por dos semanas. Lo mismo debe ocurrir con la mente de Miguel y ahora suma eso a que debe estar realmente desesperado, pensando que seguramente algo malo me ocurrió.
Pongo como tarea hablar con Wanda para encontrar una manera de comunicarme con él. Y ruego para acepten ayudarme a encontrar a mi madre, también.
Sitael pareciera saber lo que pienso y me aprieta la mano
- Encontraremos a tu madre. Lo prometo. - y en su mirada se instala una seguridad inquebrantable. Le devuelvo el apretón sabiendo que haremos hasta lo imposible.