Mi cuerpo se siente pesado y poco a poco soy capaz de distinguir que me encuentro recostada sobre una cama y tapada con una manta cálida. Mis ojos se sienten como dos sacos de piedras.
Lentamente abro los ojos y miro al techo de una tienda. "Debo estar en el campamento"
Me levanto e inmediatamente siento que todo la vueltas. Mi cabeza parece estar siendo martilleada desde adentro y mis músculos gritan en protesta, como si hubiese estado haciendo horas y horas de ejercicio sin parar.
Toco mi cabeza y me percato de que mi mano está vendada. Frunzo el ceño y luego recuerdo el vidrio que se me habia clavado. Mis labios se sienten secos y ásperos. Mi garganta arde y me siento fatal a decir verdad.
Los recuerdos me golpean como puños, dejándome sin aliento y sentido. Las voces, Jessica, Badduel, la nube negra, la mordida de la criatura. Yo dañando a Violet. Suelto un suspiro tembloroso. Necesito saber que ella está bien. Saber lo que ocurrió.
Muevo mis piernas y las saco por el costado de la cama, sentándome en el borde. Reprimo un gemido de dolor y aprieto el borde del colchón, deseando volver el tiempo atrás. Haber intentado algo distinto. Pero no puedo evitar acordarme de las cosas que aquellas voces me dijeron. Aquellas palabras ahora incubaron una cadena de dudas y sospechas en mi cabeza. ¿Realmente pensaban decirme de algo de lo que ocurría? ¿O simplemente me lo habían ocultado? ¿Violet me lo habría confesado? ¿O no? ¿Orion confia en mi? ¿Porque no me dijo lo de su hermano? ¿Qué está pasando?
Mis pensamientos son interrumpidos cuando la cortina de la entrada se abre de golpe, dejando entrar la luz del sol. Tania, la cambiaformas, entra y por su expresión, puedo decir que no luzco muy bien. Me siento un poco decepcionada al ver que no a quien yo esperaba: Orion o Violet. Sacudo la cabeza y sonrió, lo mejor que pueda. "Tal vez es mejor que ella haya venido, Emma" Porque realmente, en el fondo de mi alma, tengo miedo de enfrentarme a los que amo. De conocer las respuestas a esas preguntas que ahora me atormentan.
- Emma Blue. - dice ella dulcemente. - Me alegra que estés despierta. - y puedo decir que lo dice enserio. - Me mandaron a buscarte. - su voz se vuelve ligeramente más ansiosa
Frunzo el ceño
- ¿Quienes? - le digo intrigada - ¿Porque?
Ella parece nerviosa, pero finalmente suspira
- Los ancianos brujos. No sé lo que quieren, solo me mandaron a buscarte. - se encoge los hombros y me sonríe apenada. - Lo siento, no sé nada más.
Niego con la cabeza, intentado ponerme de pie. Tania viene en mi ayuda y me supervisa mientras hago mis primeros pasos.
- No te preocupes... - suspiro aliviada cuando caminó unos pasos y me percato de que el dolor disminuye a cada segundo. - ¿ Sabes donde están Orion, Violet o Aaron?
Sacude la cabeza
- No los he visto desde que trajeron. - dice
- ¿Y eso hace cuanto fue? - pestañeo "No pudo haber pasado tanto tiempo"
- Hace dos días... - se muerde el labio, nerviosa
Abro mucho los ojos, completamente sorprendida. Tengo que agarrarme del brazo de Tania para no caer. Respiro forzadamente. Espero no haberme perdido de mucho.
- ¿No han vuelto Sitael y Dante? - pregunto esperanzada
- No hay noticias de ellos.
Mi cuerpo se sacude. Algo no anda bien. Como un mal presentimiento.
Tania me acompaña en el camino. Como casi siempre, no hay nadie fuera. Tania me pone al dia y me entero de que hace dos días, Wanda y otros curanderos, trataron mis heridas y que Violet está bien. Además me dijo que tienen a Manson encerrado. "¿Porque? " Que yo recuerde el único daño que podría causar era el excesivo uso de sus palabras y su actitud.
Llegamos a otra tienda, parecida a la de Wanda, pero marron y gris. Me extraña, pero sè a quién pertenece. Aquel anciano que trato mal a Sitael el primer dia. No recuerdo su nombre.
Mi energía está tranquila, quieta, pero se ha regenerado por completo. Supongo que aquella descarga de energía era lo que necesitaba.
Tania me indica con la mano que entre y cuando corro la cortina, Tania se escabulle de mi vista, desapareciendo. Frunzo el ceño y me concentro en lo que tengo delante.
Tres ancianos se encuentran parados frente a un fuego de color rojo. Sus túnicas son de color marrón, verde y gris. Miro para todos lados, pero no encuentro a nadie más. Una parte de mi me advierte que tengo que ir a buscar a Wanda y salir de allí. Pero en cambio, trago saliva y pregunto:
-¿Donde estan los demas? ¿Y Wanda? - avanzo lentamente y veo que ellos me miran fijamente. Es como si me vieran, pero a la vez no. Como si estuvieran viendo a través de mi. Me inquieto un poco.
El anciano de tunica marron avanza y me señala una silla al costado de la tienda. Que debo admitir es más apagada, vacía y fria.
- Wanda está solucionando un problema con los lobos, nos pidió liderar esta reunión. No te preocupes, sabes que decir y lo que preguntaras. - me sonrió, o al menos lo intenta.