Axel terminaba de acomodar sus cosas en la nueva oficina y se disponía a revisar esos archivos que le había entregado el antiguo director, cuando fue interrumpido súbitamente por tres hombres pulcramente vestidos dos de ellos se quedaron de pié a cada lado de la puerta de su oficina, uno de ellos de piel morena y mas alto que los otros dos traía un maletín negro de cuero con cerradura de combinación. Mientras el que estaba delante de ellos se sentó frente al escritorio sin decir ni una sola palabra.
-quienes son ustedes? - pregunto Axel mientras cubría con mas papeles los archivos que estaba leyendo.
-tienes un mal habito chico - dijo el hombre cruzándose de piernas - pero por esta vez la dejare pasar - se quito unas gafas de media luna para limpiarlas - lo único que puedo decirte es que soy un simple mensajero de personas muy importantes y dichas personas están muy preocupadas por lo que ha pasado en estos últimos días.
-disculpe pero no entiendo lo que esta tratando de decir - Axel recorría con la mirada a los otros dos hombres.
-vamos chico, me dijeron que eras listo - mensiono el hombre mientras hacia una señal y se acercaba a él, el hombre que traía el maletín negro - ¿si estas enterado del asesinato del director de salud?.
-si, muy lamentable, pero eso no es asunto de nosotros a pesar de ser un asesinato se considero un robo - respondió Axel apoyandose en su lugar - eso ya es asunto de la policía local.
- el hombre lo miro por encima de los lentes - ¿eso crees chico? - saco unos documentos de el maletín - no solo han sido dos asesinatos, han sido cuatro y todos los atentados fueron a médicos y químicos, dos de ellos estaban trabajando con el gobierno - le entrego los documentos los cuales estaban en un folder negro.
en ese archivo venia cada una de las muertes de esas personas junto a su causa, a excepción del ultimo que aun seguía en el forense, el primero murió de un tiro en la cabeza tras ser golpeado, con señales muy claras de tortura, termino con la quijada fracturada, dos costillas rotas y un pulmón perforado. el segundo informe dejaba muy claro que había sido torturado, lo cual le dejo ambas piernas fracturas, pómulo izquierdo y quijada rotos, a pesar de todo eso el no murió por las lesiones, murió a causa de una caída desde el segundo piso de la bodega donde fue encontrado.
Mientras tanto, en un pequeño edificio abandonado a las afueras de la ciudad, se encontraba una persona durmiendo en una esquina solo tapándose con una sudadera negra, mientras lo hacia comenzó a hablar entre sueños y a temblar no de frío, mas bien de miedo un miedo muy fuerte.
—no, no por favor ya no más, no por favor — decía casi llorando, se encontraba atada a una mesa de acero por lo que al a hacer contactó con su piel sentía como el frío le calaba muy hondo, a su alrededor estaban unas personas vestidas de blanco y que llevaban puestos unos cubre bocas que no dejaban ver sus rostros muy bien — no lo hagan por favor duele mucho.
Los hombres que estaban en ese lugar hacían poco caso a sus suplicas solo conversaban entre ellos y anotaban todo en una bitácora, uno de ellos la observó y se acerco a donde estaba.
—eres increíble — su voz era algo rasposa, debía de ser así, debido a la cantidad de cigarrillos que fuma — no todos toleran esto — le miro a los ojos y dijo — tienes ojos lindos, suban el voltaje a 220 y sigan subiendo hasta que pierda el conocimiento — se acerco de nueva cuenta a donde estaba y con una sonrisa un tanto retorcida en su rostro — veamos si sigues con vida después de esto.
La descarga eléctrica atravesó su cuerpo haciendo que se moviera involuntariamente, el dolor que ella estaba sintiendo era insoportable, sus gritos se escuchaban en toda la habitación y por los pasillos cercanos. Apretaba sus puños con fuerza al sentir como aumentaba la electricidad, sentía que su cuerpo le ardía por dentro pero por mas que pedía que se detuviesen a ellos no les importaba y solo dejaron de hacerlo hasta que se aburrieron.
—dejen la, esto ya no es divertido — dijo el hombre que había ordenado que la electrocutaran — suelten la y metan la en su celda, pero antes — dijo el hombre sacando una jeringa de su bata, la cual tenia un líquido marrón y su consistencia se parecía a la del aceite — te tengo este regalito cariño, te has portado bien — dijo inyectándole ese líquido directo en sus venas — ya pueden llevársela y traigan a su hermana.
—no, no a mi hermana no, no le hagan nada —Sintió una fuerte punzada en el pecho, sus piernas comenzaron a doler aun más y su cabeza daba vueltas — dejen a mi hermana, no la lastimen malditos — comenzó a ver borroso, mientras unos hombres la arrastraban por los pasillos hasta llegar a su celda la cual estaba marcada por el numero 316. Abrieron la puerta, la cual estaba hecha de vidrio antibalas y la arrojaron dentro, mientras otro de ellos sacaba a su hermana — deja la tranquila, no se atrevan a tocarla — dijo sujetándole por una pierna a ese hombre — deja la — a pesar de que ya no tenia casi fuerzas trato de detenerle pero su otro compañero la comenzó a golpear para que se soltara, cuando el tipo golpeo su rostro ella despertó. Respiraba de manera muy agitada y mientras observaba a su alrededor para poder orientarse, se puso de pie y se dirigió a la salida — no me detendré hasta encontrarte Lucia, solo resiste un poco mas — dijo mientras miraba una foto familiar ya algo gastada y manchada por las lágrimas — juro que te encontrare.