Wilson estaba sentado en el comedor, vio como Fabián y Victoria se besaban en frente de él. La angustia era evidente, no supo disimular su sufrimiento al verlos juntos. Jenny salió de la habitación y al verlos besándose se acercó a ellos.
―Oye Vicky, ¿qué estás haciendo? ―preguntó Jenny un tanto alterada―. Al frente tuyo esta Wilson
―Wilson me terminó, dijo que era libre de hacer lo que yo quisiera ―contestó Victoria―, es lo que estoy haciendo.
―¿Te terminó?, que raro ―Jenny continuó―. Yo pienso que no deberían ser tan cariñosos en presencia de Wilson, él te terminó pero se nota que le está doliendo muchísimo, no le hagas esto.
―Nosotros íbamos a hablar con él para decirle lo mismo ―dijo Fabián―. No tenemos por qué restringirnos, si no nos quiere ver, que se vaya.
―Pobrecito ―dijo Jenny entristecida―. Es su decisión, ustedes verán lo que hacen. Jenny miró a su alrededor―. Oye, ¿no has visto a Samuel?, no lo veo desde hace rato ―preguntó preocupada.
Wilson se quedó mirando a Victoria y a Fabián, no les retiró la mirada, era fija, profunda, su respiración era agitada. Se apretó con fuerza los músculos de la pierna con su mano.