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Capítulo 14

Rebeca se dirigió hacia el demonio y empezó a dibujar símbolos en sus pies, luego en las muñecas y por último en su pecho. Ella se alejó y el primer símbolo empezó a brillar, poco a poco el primer símbolo desprendía una luz mientras el demonio empezaba a moverse con desesperación y se quejaba ya que el símbolo le producía dolor.

-¿Por qué nosotros no le escuchamos a tu ave? -preguntó el ángel Mabel.

-¿Quieren escucharlo?

–Sí, porque no -dijo emocionado el ángel Gael.

–De acuerdo, hasta que todos los símbolos estén cargados –ella estiró su brazo y en ellos entró como un humo de color dorado.

–Eso es todo.

–Hola ¿Me entienden? –los dos ángeles se sorprendieron y retrocedieron.

-¡Wow! Ven avecita –el ave siguió sus órdenes y se puso en su hombro –Que bonita eres –acarició su cabecita.

–No sabía que un sin alma dependía de un ave o tal vez fue tu petición -supuso el ángel Mabel

–Ninguna.

-¿Entonces?

–Pregunten a su jefe.

–No lo sabes.

-Claro que no, no sé porque tengo a una ave, no sé quién es, incluso no sé quién soy en realidad, peor mi nombre –mintió.

-¿Tiene nombre? ¿Tienes un nombre hermosa ave?

–Ni siquiera a mi alagas hermano, le dices cosas bonitas a esa ave menos a tú hermana -bromeó

–Tú también eres bonita.

–Entonces tu nombre es...

–Adivinen -dijo el ave,

–Cristina -dijo el ángel Mabel entrando al juego.

–No.

–Miriam, Vanesa, Valeria, Paola.

–Ninguna.

–Patricia, Úrsula, Juliana, Julieta.

–No.

–Una pista sin alma, por favor.

-G -dijo Rebeca.

 –Ga...

 -¡Ya lo sé! Gabriela -gritó emocionado el ángel Gael.

-¡Sí, sí, sí! -agitó sus alas.

-¡De verdad! –se emocionó y sonrió

–Sí.

-¿Sabes el nombre del sin alma?

–Sí ¿Acaso te gusta? -dijo maliciosa el ave.

–Que tontería -dijo el ángel Mabel

-¿Celosa? -preguntó el ave.

–Claro que no.

–Claro que sí –todos le miraron, ella siguió mirando a los símbolos que ya iban tres encendiéndose –Pero no de Gael, de otro.

-¡Eso es mentira! -gritó enojada.

–Si es mentira porque te exaltas.

–No es verdad.

-Su nombre es Diana -dijo el ángel Gael, volviendo al tema.

–No

-¿Me puedes dar una pista, por favor?

-¿Puedo? -preguntó el ave a Rebeca.

–Tu decisión.

–Empieza con R.

–Rosa, Ramona, Rosita.

–No, vamos esfuérzate. 

– ¿Rebeca? -dijo con una gota de esperanza.

-¡Sí! –Empezó a volar y volvió en su hombro –Ese es su nombre, Rebeca.

–Rebeca qué bonito nombre.

–Alguien se enamoró -dijo con malicia el ave.

–No estamos autorizados a estar enamorados Gabriela, somos ángeles -dijo el ángel Mabel.

–Sí ya lo sé.

–Falta uno -dijo al ver el último símbolo recargándose.

-¡Rebeca! -gritó el ave asustado y movió sus alas.

-¿Qué? –dijo de mala gana, ella preferiría trabajar sola

–No escuchas, nuestros amigos nos necesitan.

–Sí, ya lo sé -dice con normalidad.

-¿De qué hablan? -pregunta el ángel Mabel.

–Nuestros amigos están siendo atacados –dijo el ave sin parar de mover sus alas.

–Tenemos que ayudarlos -dijo muy decidido el ángel Gael.

–Recuerden sus leyes ángeles.

–Sí Gabriela está diciendo que están en peligro -dijo el ángel Mabel.

–Están grandecitos, pueden protegerse además aquí tenemos un demonio, hay que comenzar.

–Pero...

–Hay que hacerlo y ahora, después veremos qué hacer -dijo con autoridad y ella comenzó su plan.

 



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En el texto hay: misterio, angelesydemonios, aventura

Editado: 05.01.2021

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