Estando en una nueva dimensión, los tres estaban en alerta. El que los guiaba era Ronald, quien este tuvo el dulce regalo de los ángeles como de un rastreador.
Ronald –Estamos muy lejos, hay que caminar rápido.
Julio –O sino los demonios nos comerán –fingía que estaba siendo el más valiente de todos pero no podía disimularlo.
Nicolás –Disminuye unas cuantas rayas tu miedo, nos pondrás en peligro.
Ronald –Es su primero vez, ayer se ofreció.
Julio –Escuchan eso.
Nicolás -¿Estás seguro que este el camino correcto? –poco a poco sacaba su daga, listo para atacar –Malditos demonios te han engañado –dijo al ver que Ronald estaba confundido y al ver que movía la cabeza olfateando el lugar.
Julio -¡Maldición! Esto nos avisó Rebeca.
Ronald –Por acá, antes que…
Nicolás –Muy tarde niño –los tres se juntaron ya que a su alrededor había varios demonios.
Mientras los demonios se juntaban más, Ronald sacó un amuleto y lo apretó con toda fuerza, este empezó a brillar pero nadie se dio cuenta.
Julio -¿Ya la llamaste?
Ronald –Tú que crees –dijo de mala gana.
Editado: 05.01.2021