Sacó el lápiz que le habían dado los brujos pero no logró dibujar ni siquiera una línea en su brazo, de ella salió tipo alma. Era su gemela sin duda se parecían, se quedó muy débil.
Su gemela vestía un vestido que tapaba sus pies descalzos, cabello ondulado color castaño, ojos mieles, era su versión más alegre y como decirlo, un poco más viva y literalmente llena de alma.
–Te dije que esperaras –levantó la mirada -Mira como estoy
–Lo siento, pero es que tuve ganas de salir y pisar tierra.
–Me siento mal y todo es tu culpa.
–Lo siento.
–Deja de lamentarte, además se porque querías salir, solo para conocer a esos estúpidos ángeles, solo me están estorbando.
–Tan solo dale una oportunidad, a Gael –le sonrió y ella hizo una mueca –Wow, no sabía que eran así los sin almas.
-¿Ahora qué digo? –Gabriela se confunde –Sobre de ti, tonta, van pensar que saliste de aquel lado que piensan –ella soltó una carcajada –Sabes extraño esos cosas, reír, llorar, divertirme y entre otras que me olvidé –se rasca la cabeza
–Entonces es hora de decirles la verdad –suspira –La verdad Rebeca.
–Okey, hay que salir.
Las dos salieron, Rebeca le dio su chaqueta a Gabriela ya que su pecho estaba desnudo, se acomodó y Rebeca le contó que tenían que ir a un lugar especial.
-¿Estás bien? –Ella asintió –Entonces hay que irnos.
–Les presento a mi… -ella salió y todos se quedaron con la boca abierta –Mi hermana gemela Gabriela.
Editado: 05.01.2021