Leí en un libro esta frase: “Nada duele más que ser lastimado por la persona que creíste que jamás te haría daño” y cuánta verdad hay en esas palabras.
La gran mayoría de las personas cuando conocemos a alguien ponemos grandes expectativas en esa persona y no nos damos cuenta que todo lo que brilla no es oro.
En ocasiones proyectamos en los demás lo que queremos para nosotros sin darnos cuenta que el mundo está lleno de colores y que cada persona es un universo diferente. Y que cuando nos aceptemos nosotras mismas y aceptemos a los demás como son lograremos ser felices completamente.
Porque sólo de nosotras depende nuestra felicidad sin dejar que nos afecte lo que sucede a nuestro alrededor.
Por eso no debemos poner expectativas tan altas en los demás sin tener bien claro lo que queremos para nosotros porque en el viaje de la vida somos nuestro propio tren y se queda quien comparta nuestros intereses.