Entre la razón y el corazón,
ahí te encuentras tú:
alborotando, desordenando, descontrolando a ambos.
Colisionando emociones.
Entre la cordura y la locura,
ahí me tienes: confundiendo, distorsionando la realidad y, al par,
poniéndome los pies en la tierra.
Me traes de aquí para allá
provocando un zoológico
para más tarde
dejarme en la intriga.
Me mueves el piso,
enseguida me centras.
Me tomas la mano,
después me besas.
Un segundo más tarde
te despides con un cordial saludo
en mano.
Y si tú me agradas
y yo te agrado ¿por qué
o para qué seguir aquí,
en medio?