Palabras Que Nunca Dije

Anhelando (nos)

Una última vez. Donde sea, 
a cualquier hora que el reloj elija, 
no importa el lugar en el que 
nos encontremos situados en el mapa. 
En el apogeo del invierno 
o del verano, entre árboles sin abrigo 
en otoño o elegantes en primavera, 
basta con reencontrarnos. 

Pongámonos de acuerdo 
con los astros, 
que se alineen los planetas. 
Un segundo, eso se necesita 
para que coincidamos. 

Anhelo seamos, uno para el otro, los extremos de un hilo rojo. 

Acortemos espacio 
en repeticiones 
de casualidades a favor.

Apostemos con el destino, 
hagamos trampa y echemos un volado 
de una moneda con águila 
por ambos lados. 

Iré a un campo de margaritas, 
ahí te estaré esperando sentada en flor de loto para deshojarlas 
y saber si nos queremos el uno al otro.

Ve a un paraje 
donde encuentres incontables 
dientes de león, del que nadie sepa 
y sean todos nuestros; 
ahí espérame que apareceré 
antes de llegar el amanecer. 
Pediremos un deseo tras otro. 
Hasta dejar solo pastizal 
en el cual echarnos, aguardando 
a que la luna aparezca, 
y con ella, las guardianas del cielo, 
las estrellas.

A lo mejor la buena fortuna 
nos guiña el ojo a manera de 
una estrella fugaz a paso lento 
para que tengamos 
el tiempo suficiente de pedir, 
de tener, el mismo sueño.



#2936 en Otros

En el texto hay: sentimientos, escritos, poema

Editado: 05.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.