Un muro de arrepentimiento
se cierne delante de mí,
Otro de tristeza nostálgica
se construye a mi espalda,
impidiéndome avanzar;
extendiéndose de extremo a extremo.
Si camino no lo puedo
siquiera rodear.
Atravesarlos, imposible.
Ceder no es opción.
Conozco la única alternativa,
pareciera tortuosa e imposible;
sin embargo, es lo que queda.
Escalar, llegar a la cima, cruzar,
tener la oportunidad de continuar.
Manos raspadas, gotas de sudor
de la frente al cuello,
pulmones que arden cansados,
lágrimas de alivio;
un horizonte extendiéndose
ante mis ojos.
Complicado, pero
ha valido cada rasguño.
Las cicatrices, pequeñeces
comparadas a las recompensas.
Una victoria dejar atrás,
nada más en huellas,
lo que impedía continuar
con el camino.