Palabras sueltas

El anuncio y la puerta transparente

 

El anuncio y la puerta transparente

Esta historia increíble ocurrió cuando tenía catorce años…
Por aquel entonces, éramos siete de familia, mis padres, mis cuatro hermanos y yo, la menor de todos.
Mi casa estaba situada al fondo de un largo terreno, era alargada como un tren y contaba con un largo pasillo lateral desde el cual se veía hasta la calle y allí, independiente de la casa se encontraba un baño de material, con azulejos celestes y puerta de chapa, pintada de color verde.
Ese mediodía me encontraba en el baño, cuando escuche a mi padre hablar.
- ¿Maria, donde esta la Peti, que me quiero despedir?
- Creo, que esta en el baño ( Respondió mi madre)
Todos los días, en ese horario, mi padre luego de almorzar, se iba al trabajo
- ¿ Peti, estas acá? ( Me pregunto mi padre, pegado a la puerta de chapa del baño)
- Si Pa, acá estoy
- Ahh bueno… me quería despedir, porque ya me voy a trabajar.
- Ya salgo…Pa
- No, esta bien, no te apures, ya me voy
De pronto… una voz sin sonido, pero muy clara me dijo:
“Hoy es el ultimo día de tu vida, que veras salir a tu padre de esta casa, el ya nunca regresara…”
- Chau, Peti ( Se despidió diciendo mi padre)
Mi corazón se agito, no entendía quien me hablaba ¿ Por que me decía eso? Algo tan desesperante e increíble a la vez…
La voz, volvió a hablarme segundos después y me dijo:
“Míralo mientras se va porque nunca jamás, lo volverás a ver salir hacia la calle…” e increíblemente, la puerta de chapa desapareció…se hizo transparente, invisible… y pude ver a mi padre, caminar los treinta y seis metros, hasta la calle.
Cerré los ojos por un segundo, aterrada y al abrirlos, la puerta de chapa estaba allí.
Entonces pensé ¿ Me estaré volviendo loca? Fue solo un pensamiento… ¿ Por que pienso estas cosas?
Y al rato… ya me había auto-convencido, de que eran delirantes pensamientos míos, sin probabilidades, ni ningún indicativo de poder ocurrir.
Pase una tranquila tarde, pero a medida que se acercaba la hora de regreso de papa, comencé a impacientarme...
¿Y si la voz dijo la verdad y papa no regresa?
La hora se acercaba y el misterio seria revelado.
Cada vez mas nerviosa, no dejaba de mirar el reloj.
La hora se cumplió y papa no aparecía…
- Que raro, que tu papa demore tanto… ( Comento mi madre )
Los perros ladraron y mi corazón dio un vuelco, seguro que ese que venia, era el… y respire aliviada, gritando en mi interior ¡ La voz se equivoco! ¡ Se equivoco ¡
Salí corriendo al pasillo lateral, desde donde se podía ver la calle y mire…
Era una ambulancia y dos hombres que golpeaban las manos.
Corrí con desesperación esos metros hasta la calle,
- ¿Esta es la casa de José Vega ? (Pregunto el medico de la ambulancia)
- Si ( Respondió mi madre que acababa de llegar hasta la calle)
- Le venimos a informar que su esposo, tuvo un problema gástrico y esta en la guardia del hospital Álvarez, pero mañana lo trasladaremos a la clínica del gremio, si usted señora quiere ir ya, nosotros la podemos llevar ( Dijo el medico de la ambulancia)
Y rápidamente mi madre y yo nos encaminamos a verlo; durante el viaje yo agradecía que la voz, se hubiera confundido… no había regresado ese día, pero apenas se recupere de su problema de salud, volvería. Si, volvería.
Llegamos a la guardia del hospital y allí estaba, pálido como una hoja de papel, pero estaba vivo.
Al día siguiente, el jueves lo trasladaron a la clínica de su gremio y allí pude visitarlo, solo una vez, porque a pesar de lo mucho que deseaba verme no quería que faltara al colegio.
Mi madre se quedaba todo el tiempo en la clínica y cuando venia a casa a cambiarse de ropa, nos contaba lo mucho que estaba evolucionando.
Al sexto día de su internación, el martes, mi madre ya se quedo esa noche a dormir en casa, porque estaba bien y el viernes le darían el alta.
A las cinco de la madrugada del séptimo día, vinieron a avisarnos que papa estaba grave y había que ir urgente.
Mi madre y uno de mis hermanos se trasladaron a la clínica y yo me quede en casa. Me quede rezando hasta que me dormí y tuve un sueño muy raro…
Mis pies se despegaban del piso y me elevaba, al mismo tiempo que mi cuerpo caía hacia atrás , sentía miedo de esa fuerza y a pesar del esfuerzo que hacia con mis pies, mis piernas y todo el cuerpo para bajar, no lo conseguía y continué levitando hasta rozar con mi cara y mi cuerpo en posición horizontal , el techo de mi casa y allí permanecí exhausta por el esfuerzo para liberarme, como un globo de gas, que se escapo de las manos de un niño.
Finalmente me desperté a los manotazos, sin entender como había podido dormirme.
Ya eran las ocho de la mañana y nadie había regresado a decirme como estaba mi padre, entonces llame por teléfono a la clínica para consultar y la respuesta fue: El paciente falleció.
Tristemente… esa voz…no se había equivocado.
Al tercer día de su partida, mi padre apareció en uno de mis sueños, diciéndome que venia a despedirse y cuando me abalance para abrazarlo, dio unos pasos hacia atrás y con gesto piadoso me dijo: “ Ya no me podes tocar”… y nunca mas, volví a soñar con el.
Esa voz… continuo apareciendo en mi vida…

 




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