Capitulo Uno – Parte Uno.

HafuX diseñó a Edén para que su principal característica sea la de luchar invocando bestias, criaturas del videojuego. Usando estas mismas criaturas fue que nos trasladamos rápidamente desde la ciudad en la que nos encontrábamos hasta la estación de trenes que salía rumbo a la Academia Palatinus.

El andén estaba lleno de gente, Elfos con diferentes características. Mi tiempo en este país sumado a la información recolectada por Ludwig y Auron me aclaraban un par de cosas, los Elfos de este reino reciben el nombre de Szenienses y se dividen en dos tipos: los de piel blanca son Nacidos del Sol y los de piel negra Nacidos de la Luna.

A su vez los Nacidos del Sol solo podían tener pelo de color: blanco, rubio, naranja o rojo; mientras que el de los Nacidos de la Luna era: negro, gris, violeta o azul. Estos dos tonos de piel y ocho colores de cabello sumado a sus distintas tonalidades decoraban por completo todo el lugar, los de menor tamaño iban organizándose para ingresar a los vagones mientras los adultos se despedían y se mantenían lejos del tren.

No sé si era para bien o para mal, pero mi caso tampoco fue la excepción, yo era un poco más alto que ambos NPCs lo cual ayudaba perfectamente para nuestro pequeño teatro. Cada uno de los dos cargaba consigo una maleta y una mochila de cuero llenas de cosas, las cuales habíamos comprado hace muy poco.

Tanto Edén como Raziel se separaban poco uno del lado del otro, mi brazo izquierdo estaba sobre el hombro de Edén y el derecho sobre el de Raziel. No quería ser cursi y me molestaba un poco sentir que un lado paterno del cual desconocía su presencia salía a flote. –Ya saben cuál es la misión, recolecten toda la información posible. Pasen mucho tiempo en esa maldita biblioteca y copien todo lo que parezca de valor, pero tampoco se olviden de pasar desapercibidos, imiten un poco la actitud de sus compañeros.

Los dos asintieron con un movimiento de la cabeza. Me resultaba un poco extraño verlos debido a sus cambios de apariencia, el Querubín había utilizado sus habilidades para hacerlos pasar más desapercibidos: su cabello era blanco, tenía orejas puntiagudas y sus alas estaban ocultas. En comparación el pelo del Serafín era de un rubio brillante y su ojo negro se volvió blanco y tampoco tenía las alas.

–Y recuerda Raziel. –No podía creer que tenía que hacer esto–. No busques problemas, las costumbres y culturas son diferentes en este país. Tienes que respetar eso tambien.

Este último sonó un poco desilusionado. –Como ordene Rey Soberano. No compartiré mi forma de pensar.

<Yo jamás dije eso ¿Por qué me hace quedar como un opresor?> dejé salir un suspiro. –Míralo asi, esa forma de pensar tuya tan especial es gracias a DragonQueer. Esta perfecto que la compartas con nosotros, pero los seres ajenos al clan son inferiores, no se merecen saber eso.

Ahora si sus ojos volvieron a iluminarse. –¡Es verdad! Protegeré del exterior el razonamiento que me otorgó mi creadore, señor.

–Sí, sí. Perfecto, ahora apresúrense y vayan al tren. –No obstante, antes de que Edén se alejara yo volví a tomarlo del hombro para que me observara–. Asegúrate de que no se meta en problemas por favor, protégelo.

–Claro que si mi señor, no lo defraudaré. –Acto seguido él procedió a ingresar al vagón del tren también.

Me quedé observándolos a través de las ventanas del tren mientras pasaban y se acomodaban con un grupo de chicos que estaban adentro, mi vista siguió de largo hasta llegar a la locomotora y de allí pasar a un cartel que colgaba del andén “De Theios a Tanulas” tenía escrito este. Ese pueblo estaba al noroeste de aquí, muy cerca de la Academia a la cual ellos se dirigían, recuerdo haber cazado unas Bestias Divinas cerca de allí.

<Ahora el resto depende de ellos> por un segundo me sentía como un padre y no era una sensación que me gustara mucho <Bueno> me di media vuelta <Astros debe estar esperando con los Mamuts, mejor me apresuro> no obstante, antes de poder retirarme de la estación de trenes escuché una voz llamarme.

–Usted debe ser, es el nuevo noble ¿verdad? Señor Drimmar Diwedd, si no me equivoco.

Hice un gesto de disgusto en la boca antes de volver a voltearme, observé a una persona muy adulta con piel arrugada acercándose a mí. Se trataba de un estereotipo de anciano mago de fantasía, dentro de Leyenda Mitológica varios NPCs del juego como Merlín eran iguales. Larga barba blanca, brillante calva sobre su cráneo y más pelo blanco a los costados; solo que en comparación este anciano también tenía un ojo blanco (por ceguera quizás) y en el otro usaba un monóculo.

–Así es, ese soy yo –fingí tener una buena actitud.

–Es un placer. –El anciano reveló su vieja mano para saludarme y me vi obligado a estrecharla–. Soy el Director de la Academia Palatinus, Addysgu Crwm.

Fingí una sonrisa. –Encantado, me presentaría, pero veo que ya me conoce. –<Que asco, espero que ya me suelte la mano>.

–Es difícil no hacerlo con su renombre. Asesinó muchas Bestias Divinas en poco tiempo, es un placer que sus hijos puedan asistir a nuestra escuela; a pesar de la inscripción a último momento hasta el mismo Primer Ministro insistió, De seguro vio un gran futuro en su casa noble.

–Significa mucho viniendo de alguien tan experto como usted. Le encargo cuidar bien de mis hijos. –Me costó decir esa última palabra–. Espero que no le causen muchas molestias.

Él dejó salir una risa algo excéntrica. –He lidiado con muchos jóvenes problemáticos en mi carrera, creo que sabré controlarlos. Además, el sublíder de los Paladines también nos va a acompañar; es un excelente instructor. Se lo aseguro.

Al escuchar esas palabras mi atención se centró en un adulto parado en la puerta de un vagón cerca de la locomotora, cabello gris, ojos azul oscuro y portaba la armadura de los Paladines para los Nacidos de la Luna <¿Por qué vino ese tipo?> me pareció extraño que alguien tan importante como él estuviera con otro trabajo ademas del de paladin, e incluso estaba presente para la inauguración de las clases.