Paladines Entre Ángeles y Demonios

Parte Tres: Dones Prodigiosos.

Fue algo extraño lo que ocurrió, al momento de levantarse todos por la mañana Uliseo se percató de que una carta los esperaba en la puerta del cuarto. Al abrirse se trataba de un comunicado de una profesora “Reportarse en el Gran Comedor” decía esta.

–Qué raro –dijo Aneska con sus fuertes rulos intentando mantenerse peinados, parecía estar confundida por que la rutina que estaban formando se rompió.

Cuando salieron del cuarto vieron que no eran los únicos, varios miembros de otros grupos también salían para ir por el pasillo a la izquierda (donde está el Gran Comedor) en lugar de la derecha (para salir al patio). El Querubín de cabello blanco se encogió de hombros, ya que sus habilidades estaban centradas en la información le molestaba bastante carecer de esta. De todas formas el grupo 10 siguió al resto.

El Gran Comedor estaba lleno, todos hablaban entre si creando un bullicio general, pero principalmente podía sentirse la incertidumbre de los estudiantes en el aire. Cuando llegaron los profesores, el director y el sublíder de los Paladines el ambiente de duda continuó ya que ninguno de ellos aclaró la situación, actuaron como si nada sucediera y por primera vez los alumnos no tuvieron su desayuno precario en el patio.

–¿Soy el único al que esto le parece sospechoso? –preguntó Uliseo acomodándose los lentes, sus ojos estaban un poco cerrados revelando que aún no estaba despierto por completo.

Crwani mantenía una gran sonrisa de oreja a oreja. –No –se limitó a contestar.

–Querrán darnos un descanso de entrenar a la mañana –soltó esa hipótesis Kuna.

El Serafín de dorado cabello rubio se acercó a su colega. –Raziel ¿Puedes averiguar qué es lo que está pasando? –quiso saber susurrándole.

Su compañere negó con la cabeza. –Lo siento, mis habilidades no van por ese lado. Quizás Physs Cuss podría. –A pesar de que el Vigilante de Área de las pirámides de Zoser fue diseñado para manipular información esta no radicaba en el campo de la mente. Podría crear ilusiones para confundir a los enemigos, obtener el nombre, habilidades y clase de ítems o enemigos. Aunque cosas como secretos o códigos se escapaba de su capacidad.

Ellos continuaron desayunando con normalidad, después de eso estuvieron varios minutos charlando hasta que por fin el director de la academia, Addysgu Crwm, llamó la atención de todos provocando que guardaran silencio y entonces empezó a explicar. –Ahora que todos han comido bien y tuvieron tiempo para pasar la comida comenzaremos con la actividad de esta mañana.

Dándose media vuelta el director regresó a su asiento en la mesa y el sublíder de los Paladines, Aphos, tomó la palabra. –Como saben, esta institución académica no es como las otras. De aquí salen los Paladines que protegerán el país, por lo tanto, a pesar de que las Templarías y los Voceros se especialicen en sus áreas no podemos olvidarnos de las otras. –El Nacido de la Luna dejó salir un suspiro–. Lo que quiero decir es que tendremos un enfrentamiento, los combates ya están organizados. La regla principal es que las Templarías solo puedén luchar usando hechizos y los Voceros cuerpo a cuerpo.

Esto provocó que haya un pequeño desorden en el Gran Comedor, muchos quedaron conmocionados ante la revelación. –Con esto queremos lograr identificar las carencias en su área opuesta para lograr crear un plan de mejora. Ah por cierto… sus oponentes serán miembros del mismo grupo. –Por un segundo una sonrisa malévola apareció en el rostro de Aphos.

Todos los miembros del grupo 10 intercambiaron miradas entre sí, estaban confundidos y alterados. –¿En serio tendremos que hacer esto? –se repetía Uliseo como si eso pudiera ayudar a aceptarlo.

–Así que por eso somos diez en el grupo, serian cinco enfrentamientos –razonaba Linka.

–Aun así, no tiene sentido que hagan eso –dijo Kuna con la irritante voz presuntuosa que molestaba a Raziel, motivo por el que elle esta vez no se quedó callado para contestarle.

–La razón es sencilla –elle intentó sonar igual de presumide–. Si nuestros compañeros de grupo son nuestros rivales será una mayor batalla, eso porque quien más sino nosotros conoceríamos las carencias y debilidades de las personas con las que nos relacionamos y hasta dormimos en la misma habitación.

–Que turbio –dijo Aneska.

–¿En serio esperan que nos aprovechemos de eso para intentar ganar? –preguntó ingenuamente Jency. Ella se hundió sola cuando en vez de una respuesta solo obtuvo un incómodo silencio de todos, lo que la dejó preocupada de las personas con las que se relacionaba.

Los profesores los hicieron salir a todos al jardín de la academia. –Esto no tiene sentido para mí –habló Mariska con los brazos cruzados y su cabello corto y gris bien peinado.

–Supongo que será porque si nos enfrentamos mientras todos ven tendremos más presión social para ganar –hipotetizó Raziel.

Cuando llegaron afuera se llevaron la sorpresa de que todo ya estaba preparado, había líneas blancas hechas con arena en el césped y delimitaban la zona del ring, también había un mueble lleno de armas de madera para que los Voceros eligieran. –Ganara el que saque a su oponente de la zona, lo haga quedar inconsciente o se rinda ¿quedo claro? –explicaba Aphos.

De mala gana la gran mayoría se vio obligado a aceptar eso, no tenían otra opción, y de esa forma comenzó. Fue por orden, primero hubo cinco enfrentamientos entre los miembros del grupo uno, seguido del dos, el tres, y asi en sucesión.

A las Templarías no les costaba mucho decidirse por atacar a sus compañeros, quizás esto era debido a que de por si en los duelos de practica se enfrentaban entre ellas. A los Voceros les costaba más aceptar esto, en un principio se negaban, luego se limitaban a esquivar los ataques, pero cuando ya empezaban a recibir varios golpes seguidos y al ver que sus oponentes no se limitaban se vieron obligados a contraatacar. De todas formas, algunos intentaban dialogar inútilmente, pero cuando llegó el turno del tercer grupo eso dejó de pasar.




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