Paladines Entre Ángeles y Demonios

Parte Cinco: Masacre.

Esta parte contiene descripciones graficas de asesinatos, se recomienda discreción.

Entre los fuertes efectos del alcohol y los temblores de todo el lugar el cuerpo de Ozaka no pudo mantener más su equilibrio y terminó cayendo al suelo amortiguando la caída con su trasero.

Al ángel camuflado a su lado le tomó un momento percatarse de la situación para agacharse y ayudar a que se levantara. Raziel se sentía realmente impotente y no podía soportar eso, sus manos estaban cerradas y formaban puños con toda su fuerza mientras que su nariz estaba arrugada y sus ojos entrecerrados.

Aun borracho su compañero podía percatarse de esto. –¿Qué sucede? –preguntó soltando luego un hipo.

Aquel Vigilante de Área estaba conteniendo con toda su voluntad las ganas de flagelarse que tenía resultado de la impotencia, esto era debido a que su cuerpo no era suyo, era un regalo de su creadore DragonQueer y lastimarlo sería una de las mayores herejías de todas.

Para su suerte escuchar las palabras de preocupación de su cercano compañero le ayudaron a regresar en sí. –Lo siento –dijo sin llorar, pero muy lastimado por dentro–. Me gustaría poder acabar con tu estado de ebriedad, tendrías más posibilidades de sobrevivir así. Pero no tengo como hacerlo.

Un remolino de contradicciones destrozaba el interior del Querubín, los Ángeles son una raza centrada en la curación y la ayuda. Normalmente debería tener habilidades para curar o acabar con efectos como el que sufría Ozaka, solo que su creadore le otorgó otro tipo de habilidades. No podía odiar eso, aunque se lamentaba de no lograr ayudar ahora.

La tranquilidad aumentó más dentro de Raziel cuando sintió la mano del Nacido del Sol sobre su hombro. –No te ahogues en un vaso de agua. Aunque pudieras mi Don Prodigioso no te dejaría lograrlo –soltó otro hipo a la par que se apoyaba en una puerta para no caerse–. Concentrémonos en lo importante.

El ángel camuflado agarró con fuerza la mano de Ozaka y abrió la puerta para salir del baño, las antorchas estaban apagadas y el oscuro pasillo estaba vacío. Los dos se acercaron a las ventanas que daban a un patio interior de la academia y se percataron del origen de todo el caos, algo que uno pensaría era imposible de ocurrir y aun así pasaba frente a sus ojos.

Decenas de diferentes tipos de Bestias Divinas corrían por el jardín interior, podían verse varios cadáveres aplastados en los ladrillos de piedra. Había tantas de esas criaturas salvajes que se golpeaban entre si chocando con las paredes violentamente haciendo temblar todo.

–¡¿En serio son Bestias Divinas?! –Por un momento la borrachera del Nacido del Sol parecido desaparecer –No tiene sentido, las diferentes especies nunca colaboraron. Las Templarías y los Voceros de Tanulas deberían haberse percatado y avisado.

–A menos de que todo ese pueblo haya sido arrasado –concluyó el Querubín, pesimista, pero a su vez realista.

A pesar de la ebriedad Ozaka observó fijamente a su compañere mientras ambos seguían tomados de las manos, sus manos estaban muy calientes para el frio de la temporada. –Tenemos que reunirnos con los demás, o con algún profesor ¡Hay que encontrar a Linka y a tu hermano!

Esta vez fue el turno de Raziel de tranquilizar a su cercano compañero. –Eso puedes dejármelo a mí. – ¿Localizar a alguien? Obtener información y proporcionar falsa era la mayor especialidad de ese Vigilante de Área.

Guiado por el Ángel ambos regresaron al baño, este le soltó la mano para encerrarse un segundo en uno de los baños. –Solo tengo que buscar en la academia, no hará falta usar el libro. –Sus azules ojos como un océano en tranquilidad se iluminaron como estrellas de constelaciones–. [Revelación de Dios: Localizar entidades: Edén y Linka]. –Su habilidad hizo efecto en una zona el doble de grande al castillo.

Al acabar el Querubín salió del baño para reunirse otra vez con el Templario. –¿Qué pasó? –quiso saber sosteniéndose de la pared para no caerse.

–Edén y Linka. Ambos están en las habitaciones, pero solo ellos dos. Parece que se separaron de los demás.

Quizás se debía al efecto del vino de alta calidad o por la situación crítica espontanea, pero Ozaka no se cuestionó como Raziel supo eso, él se limitó a volver a tomar su mano caliente y salir otra vez a los pasillos para ir a los cuartos. No lograron avanzar mucho porque el Nacido del Sol en serio estaba muy borracho. –Perdón, perdón. No puedo hacerlo, lo arruiné con mi estúpida broma.

Ambos se detuvieron sin avanzar mucho por el pasillo, Raziel se acercó a Ozaka y chocaron sus narices en medio de todo el oscuro caos. El Querubín pasó sus manos por el rostro de su cercano compañero para limpiar sus ojos a punto de llorar. –No te preocupes, mi Amado Nacido del Sol Lustre. Puede que no sea el más fuerte de entre mis compañeros, pero te protegeré.

El Vigilante de Área de las Pirámides de Zoser no acabó con su disfraz aunque si se aprovecharía de su estado de confusión y borrachez. Con un chasquido de sus dedos un libro apareció, la portada de cuero azul oscuro tenía una estrella brillante en el centro dentro de un círculo con otros símbolos. –[Secreto de Dios: Invisibilidad Perfecta]

El cuerpo de Ozaka experimentó la sensación de ser cubierto por una cómoda capa invisible. –Absolutamente nadie podrá detectarnos ahora, aunque sí podemos recibir ataques perdidos, hay que tener cuidado. Vamos. –Ahora sí los dos corrieron por los pasillos sin preocupaciones.

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El Reino Sagrado de Szent posee una clasificación sobre las Bestias Divinas, de entre ellas dos en específico ocupan el primer lugar. Uno de estos monstruos ancestrales del top 1 es conocido como Khimaira: su cuerpo es el de un león enorme, sus patas traseras son de águila, su cola es una gruesa serpiente venenosa y posee tres cabezas; dos inferiores con cuernos y una más grande con una enorme melena.




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