A pesar de encontrarse gravemente herido el simple hecho de estar cerca de alguien como el Sublíder de la Orden de Paladines era suficiente para tranquilizar el entorno. Linka y Ozaka estaban mucho menos estresados y podía verse una sensación de mayor seguridad ahora.
El Nacido de la Luna adulto tenía una grave herida en su espalda, recordando su entrenamiento la chica con pecas sacó cuidadosamente la daga encantada de la espalda mientras que el aprendiz a Paladín utilizaba un hechizo simple de curación. No era suficiente, pero algo ayudaría.
Ambos Nacidos del Sol se pusieron cada uno a un costado, pasando los brazos de Aphos detrás de sus cuellos para ayudarlo a levantarse. El hombre escupía sangre de la boca y la respiración entrecortada. –Gracias a las Diosas Lunares que se encuentran bien.
–Es una gran ayuda del Emperador Solar que lo mantuviera vivo hasta que lo encontramos –contestó Linka.
Con dificultad Ozaka pudo hablar. –Pensamos que todos los demás habían muerto en el incidente. –Sus palabras eran como colocarse voluntariamente un gran peso sobre sus hombros, pero a su vez transmitían una relajación de encontrar a alguien más vivo.
–¿Sabe si el director logró escapar también? –Hizo otra pregunta la chica.
Por un segundo Aphos pensó la respuesta, decirles a ellos que fue ese anciano quien lo apuñaló literalmente por la espalda no era la mejor opción y menos ahora. Tosió un poco antes de hablar. –Lamentablemente no lo sé, pero por la última vez que lo vi supondría que sí.
Los miembros de la Trinita se miraron esperando que el otro entendiera bien esas palabras, solo que ese no fue el caso para ninguno de los tres. Para sorpresa de ellos el Sublíder de los Paladines levantó su brazo de detrás del cuello del joven de ojos rojos y apuntó la mano a su propio pecho, utilizó un hechizo de curación de mayor nivel para sanar la grave herida de su espalda y reducirla a algo menos preocupante.
–¡Esa Deidad del Abismo secuestró a Uliseo! –Soltó Ozaka de golpe–. Pensamos ir a rescatarlo señor, en el camino nos cruzamos con usted.
Todavía se sentía algo confundido el Sublíder de los Paladines, a su cerebro le tomó un poco de tiempo procesar y comprender las palabras que acababa de escuchar. –¿Solo ustedes cuatro? –Para concluir analizó rápidamente con su mirada a los aprendices que tenía delante, dos de ellos habían demostrado ser excepcionales, aunque los otros no tanto–. Sería una locura.
Aphos intentó ponerse de pie solo y logró hacerlo a duras penas. –No, no, no. Eso difícilmente saldrá bien. Tenemos que ir hasta la ciudad más cercana, informar lo sucedido y podremos buscar ayuda para rescatar a Uliseo –explicó al final.
Ambos Szenienses esperaban recibir el apoyo del Nacido de la Luna al instante, se sorprendieron y retrocedieron unos pasos al ver que ese no fue el caso. –¡Pero se lo llevaron! –recalcó Ozaka–. Si hacemos lo que usted dice es posible que no esté vivo para cuando un equipo vaya a buscarlo.
–Es cierto. –Se unió Linka–. Se trata de nuestro compañero, tenemos que rescatarlo ahora antes de que pueda morir también.
El hombre herido colocó una expresión seria, parecía que en su rol de comandante no estaba acostumbrado a ser desobedecido o nunca había tenido hijos que lo hicieran. –Nuestra prioridad es informar este incidente, transmitir esa información es primordial. Luego cuando reunamos un equipo para enfrentar a ese monstruo rescataremos a su compañero –sentenció.
Aquel Nacido del Sol cerró sus puños con fuerza, se sentía impotente, en un enfrentamiento no tendría posibilidades de ganar. –Estamos aprendiendo a ser Paladines. Nuestro objetivo es proteger a los demás, y ya he visto a demasiadas personas morir ¡No quiero que un compañero más sufra eso! –Sus ojos ardían con determinación como dos soles rojos.
Presenciar a sus seres queridos luchar le provocaba ansiedad a Raziel, sus manos empezaban a sudar y la impotencia le provocaba la necesidad de autolesionarse como castigo. De todas formas intentó superar eso por sus dos miembros de la Trinita. –Voy a orinar detrás de un árbol, ya regreso. –Ozaka y Linka le dieron una mirada acompañada de un movimiento de cabeza que decía “está bien”.
Mientras elle se marchaba Edén lo observó parado y en silencio a un costado, además de que todavía podía oírse la discusión. –Entonces usted vaya a informar a la ciudad y nosotros rescataremos a nuestro amigo –contestó Linka a la distancia.
–Imposible, ustedes ahora están bajo mi cargo y deben venir conmigo. Además, son testigos valiosos también –refuto el Sublíder.
Elle Vigilante de Área de las Pirámides de Zoser se ocultó detrás de unos árboles de roble, donde estaba totalmente segure de que no lo notarían. Su espalda estaba apoyada sobre la madera y sus ojos como un océano en calma observaron el cielo gris, un vórtice negro se abrió y del interior de su inventario sacó un ítem.
La portada de cuero azul oscuro tenía una estrella brillante en el centro dentro de un círculo con otros símbolos, en específico el objeto mágico es de clase Legendaria y recibía el nombre de Sefer HaMalaj.
Su libro empezó a flotar en frente suyo, un líquido azul similar al agua se acumuló en esferas sobre las palmas de sus manos y destellos amarillos que recordaban a estrellas aparecieron en sus ojos. –[Revelación de Dios: Análisis de Territorio]. –Una onda de energía invisible se expandió como un domo en todas direcciones abarcando una exageradamente grande extensión del bosque.
Al terminar el Querubín con falso cabello blanco guardó el libro, los efectos en su cuerpo desaparecieron y se apresuró en regresar con los demás. Para su no sorpresa los dos miembros de su Trinita continuaban discutiendo con el Nacido de la Luna.
Raziel volvió a unirse con ellos dos y Ozaka posó su mano arriba del hombro, dejó de lado la discusión por un segundo. –¿Orinaste bien? –Hizo esa extraña pregunta, aunque de todas formas el Ángel asintió positivamente para también unirse a la discusión.
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Editado: 11.10.2024