La vida te cambia desde el primer segundo, la adolescencia es un momento al igual que el estar en casa para navidad, pero por ahora, los omentos abundan en mi mente.
Las maletas que reposaban sobre la cama, desordenadas, comenzaban a tener más espacio entre más cosas acomodaba y amontonaba sobre ellas, la vida dio un par de giros al comenzar mi vida de universitaria con mis vacaciones de segundo semestre, entre ello, venía un viaje de generación adelantado con mis amigas y mi novio, un momento nuestro lleno de diversión juvenil, una existencia de nosotros mismos en otro lado fuera de México.
En el reloj apuntaba una hora de irme a dormir, el celular relució con un mensaje del grupo de mis amigas con la cuenta regresiva a las cinco de la mañana, en mi corazón se sentía el alivio de volar lejos de mi hogar a las costas de Europa, con felicidad de expandir horizontes.
Cerré los ojos al cambiarme y abracé mi almohada, me recosté y acomodé para dormir, esperando y deseando el momento de despertar para volar, sin mentiras de por medio en mi nueva experiencia de vida.