Capítulo 14: Mala suerte
Abro la puerta y se me tira encima, si fuera más grande me derribaría.
- Sí, sí, yo también me alegro de verte – Digo mientras da vueltas.
Cierro y antes de descalzarme compruebo que no haya ningún resto orgánico por el cuarto. Todo despejado. Saco los tuppers y se los dejo en el suelo.
- No sé qué comes, de todos modos que aproveche – Hero se acerca a olisquearlo – Ya sé que no es ninguna maravilla, sobre todo la ensalada, pero es lo que hay.
Hero pasa de los tuppers, tal vez no tenga hambre o solo coma carne yo que sé.
- Si no lo quieres me lo termino yo – Digo mientras los recojos y empiezo a comer – Esta noche intentaré sacarte a que te dé el aire – Le pediré a Amber que me eche una mano con el tema cámaras y tal.
Normalmente ahora me echaría a dormir un rato, pero al haber dormido del tirón antes, no tengo sueño.
- ¿Y qué hacemos ahora? – Cojo a Hero y me pongo a acariciarle, tiene el pelo muy suave y muy blanco. Sus ojos son casi violetas pero sin serlo, añil diría, aunque los recuerdo distintos – ¿Te han dicho alguna vez lo bonito que eres? Hero me lame la cara y lo interpreto como un “y tú también”. Por alguna razón que desconozco estar cerca de él me transmite tranquilidad, y hace que el vacío de mi corazón desaparezca
- ¿Qué eres? – Pregunto mientras le miro a los ojos fijamente.
Jamás hubiese pensado que acabaría adoptando a un monstruo, aunque tampoco pensé que me encontraría con un real y saldría de una pieza. La curiosidad se hace con mi mente y me pregunto qué haría allí, y por qué me dejó viva. Si hubiese querido podría haberme matado sin pestañear, pero no lo hizo. Sigo dándole vueltas al asunto cuando llaman a la puerta. Ni un minuto de tranquilidad puedo tener. Le digo a Hero que se esté calladito por si no son ni Amber ni Fred.
- ¿Sí? – Digo mientras abro la puerta un poco, lo justo para ver quién es.
- Hola, venía a ver qué tal estabas – Se trata de Adam, ¿hoy me voy a encontrar con todo el mundo o qué?
- Bien, gracias por venir a comprobarlo – Hero comienza a mordisquear una de mis botas.
- Sabes, cuándo desapareciste esta mañana estaba muy preocupado – Hero como no dejes esa bota te vas a llevar una buena – Y luego cuando volviste llena de sangre me temí lo peor – Nada, que no la deja.
- Ya, imagino que os sorprendió – Me quito un calcetín y se lo lanzo a modo de advertencia.
- Oye ¿Te pasa algo? – Piensa, rápido – Estás un poco rara.
- Nada, es que me pillas en un mal momento – No quiero que se vaya pero tampoco me puedo arriesgar a que descubra a Hero.
- Oh, lo siento vendré en otro momento entonces – Se le ve triste.
- Adam – Digo antes de que se vaya – Muchas gracias, de verdad – No quiero que se vaya con un mal sabor de boca – Nos vemos luego – Y cierro la puerta.
- ¡Hero! – El cabrón aún está con la bota – Esto no se muerde, esto caca – Digo mientras se la quito y le regaño.
Son los únicos zapatos que tengo y los aprecio mucho. El resto de la tarde me la paso jugando y hablando con Hero, puede que él no entienda nada pero a mí me sirve de terapia. Le hablo sobre mi pasado, mi familia y mi duro entrenamiento tras su muerte. Durante la cena le comento a Amber lo de las cámaras.
- Amber, ¿tú podrías hacerme un favor? – Digo mientras devoro la patata asada de mi bandeja.
- Clafo – Qué manía de hablar con la boca llena – ¿Qué necesitas?
- Me gustaría sacar a Hero esta noche a pasear un poco por las llanuras que hay a las afueras de la ciudad – Fred me está poniendo nerviosa, lleva diez minutos dándole vueltas al trozo de pescado.
- Claro, dime la hora y listo – Amber le quita el pescado a Fred que al verlo pone cara de desconcierto.
- Ese trozo era mío – Fred intenta recuperarlo pero Amber es muy rápida a la hora de comer.
- Por Dios Fred, llevas quince minutos dándole vueltas con el tenedor. Estabas pidiendo a gritos que alguien te lo quitara.
- Bueno sí, pero aun así era mi cena – Amber nos ignora mientras termina de cenar.