Pandora

Capítulo 25: Pesadilla

Regreso a mi cuarto para reflexionar sobre las últimas horas, desde la pelea con la loca de la colina hasta la declaración de Kai. Me tumbo sobre la cama y observo el techo mientras me pierdo en mis pensamientos, que en estos momentos son un galimatías indescifrable incluso para mí. Pienso en Kai, en su cuerpo tan perfectamente esculpido y moldeado, joder si es que está bueno, también pienso en sus labios, tan cálidos y suaves, y en cómo me hacen sentir.  No me voy a engañar, puede que me guste más de lo que yo pensaba, no sé cuando comencé a sentirme atraída por él, pero es un hecho que es así. Y pensar que el primer día que lo vi pensé que era el idiota más grande que había habitado el planeta, cosa que no cambió hasta hace relativamente poco, al final va a ser verdad eso de que los que se pelean se desean, curioso. Mira tú por dónde las vueltas que da la vida, que ahora somos novios.

  • Novios – Digo en voz alta.

 

Es tan sumamente surrealista y al mismo tiempo tan maravilloso, cualquiera que me vea en este momento piensa que voy drogada o que estoy enferma porque estoy rodando sobre la cama.

 

 Supongo que ahora aparte de dedicarle tiempo a mi venganza tendré que buscar tiempo para pasar con Kai, la idea no me molesta en absoluto, es más me resulta reconfortante, tanta rabia acumulada no debe ser buena para la salud. Sigo pensando, durante un rato, en Kai y sus brazos, ¿mi fetiche serán los brazos? Porque siempre me fijo en ellos, sobre todo si son musculados, pero no demasiado, lo justo. Debería organizar mis prioridades, y por mucho que esté entusiasmada por esta nueva etapa de mi vida no puedo dejar el pasado de lado matar a Rayslim y a toda su maldita especie, es mi objetivo número uno, y no puedo permitirme olvidarlo.

Viendo que Kei y Hero van a tardar en regresar, y que estoy cansada a niveles extremos, decido echarme a dormir un ratito hasta la hora de comer o hasta que me despierten las pesadillas.

 

 

 

-Ellie – Dice una voz envolvente – Ellie – No distingo si es de hombre o de mujer, pero atrapa toda mi atención – Acércate.

Es tan hipnótica que no puedo evitar hacerle caso. Me encuentro a oscuras, rodeada de nada, avanzo tal y como me indica la voz. Sigo andando hasta que llego a una sala iluminada, una luz escalofriante. Yo he estado aquí antes, estoy segura. Observo con expectación la enorme caja que se sitúa a unos pocos metros de mí. La he visto antes, esos candados me son familiares.

 

  • Acércate más, no tengas miedo – No tengo miedo, me siento a gusto – Vamos, ven.

 

Me paro justo en frente de la caja, si estirara mi mano ahora sería capaz de tocarla. Quiero tocarla, es tan tentador, pero algo me frena, una sensación de peligro.

 

  • Ellie, ¿quieres el poder para vengar a tu familia y a tus amigos? – Asiento con la cabeza, claro que lo quiero – ¿Quieres el poder para erradicar todo aquello cuanto deseas? – Vuelvo a asentir, me encantaría – Yo puedo darte todo eso y más, puedo hacerte invencible, imparable, inmortal – Eso suena como música para mis oídos –  Solo tienes que hacer una cosa y tendrás aquello que tanto ansías – Entro en una especie de trance – La capacidad de proteger todo aquello cuanto amas – Es todo tan seductor.
  • Proteger – Yo quiero protegerlos a todos, y a mí.
  • Pues todo eso está al alcance de tu mano, solo tienes que tocar los candados – Solo tocar los candados – Vamos, hazlo, solo tienes que tocarlos – Alzo la mano con intención de hacer aquello que la voz me indica, estoy a pocos centímetros de lograrlo.
  • ¡No lo hagas! – Grita otra voz curiosamente familiar – ¡No la toques jamás!

 

 

 

Me levanto sobresaltada con la mano alzada, justo como en mi sueño. No ha sido como el resto de pesadillas, no hay miedo, ni sudor, ni llanto. Siento mi cuerpo extraño, me dan punzadas en el pecho y la voz, que me pedía tocar la caja, aún resuena en mi cabeza. Sé que la he visto en más ocasiones, en varias, pero no soy capaz de recordarlo, lo cual me resulta frustrante. ¿Por qué me impedirán siempre alcanzarla? Sé que es un sueño sin ningún tipo de significado, pero me repatea quedarme siempre tan cerca. No importa, da igual, es un estúpido sueño no tengo que darle más vueltas. Lo importante ahora es que mi estómago está vacío y eso no puede permitirse.

 

 Miro la hora y marca la hora de comer, en realidad pone que son las dos y media, así que me aseo un poco y bajo a zampar. Será mejor que hoy me ponga bien las botas, mañana hay entrenamiento y tengo la extraña sensación de que voy a comer bastante poco, eso si no muero. Me siento renovada, he dormido sólo unas pocas horas, pero han sido suficientes para devolver a mi cuerpo toda su vitalidad y sus ganas de acción. Espero que dentro de poco sea capaz de encontrar a Rayslim y acabar con ella, lo necesito o me volveré loca aquí metida. De camino a la cafetería, que es mi segunda casa, pienso en muchas cosas. Ciertamente pienso mucho, demasiado diría yo, admiro a aquellos que consiguen dejar su mente en blanco, para mí es imposible, sólo tengo que ser consciente de este momento pensando cuando me gustaría no pensar. Ojalá hoy hubiese entrecot o chuletón para comer, sé que es imposible, pero soñar es gratis. En esta ocasión sí coincido con Amber y Fred, pero no con Kai, me pregunto qué estará haciendo y si habrá conseguido solucionar el problemilla de la sanción, me siento junto a ellos y actúo lo más normal que sé.




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