Pandora

Capítulo 32: Celos

  • ¡Ellie! – Alguien me zarandea – ¡Ellie, despierta! – Noto las lágrimas caer por mis mejillas.
  • Hero – Digo de manera nerviosa mientras me incorporo – Hero.
  • Ellie, ¿qué sucede? – Kai me coge por los hombros y me mira asustado – ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
  • Hero – Es lo único que consigo decir. Recordar el sueño me provoca mayor ansiedad. Jamás me acostumbraré a esto.
  • Eh, tranquilízate – Me abraza y de alguna manera me siento más calmada – Sea lo que sea, ya ha pasado, ha sido sólo un mal sueño – Lo sé, pero parecía tan real, son tan reales últimamente – Estoy aquí, contigo.
  • Tengo que verlo – Necesito saber que está bien.
  • ¿A quién tienes que ver? – Su voz es suave, consoladora.
  • Hero – No me había dado cuenta de que apenas susurraba hace unos instantes – Necesito verlo Kai – Mis ojos vuelven a empañarse por las lágrimas.
  • ¿Ahora? – Dice mientras me seca la cara, cada vez que lo hace me gusta más. Asiento con la cabeza – De acuerdo, aunque es bastante tarde… – Mira el reloj y luego de nuevo a mí – Qué demonios, te acompaño – Me da un beso en la frente y se pone los zapatos.

 

Yo por mi parte ni eso, salgo disparada hacia mi cuarto, por lo que Kai tiene que salir corriendo detrás de mí. Me tiembla el cuerpo entero, sé que está bien, después de todo está con Kei, pero no puedo tranquilizarme. Al llegar aporreo la puerta con fuerza.

 

  • ¡Abre! – Grito desesperada – Abre de una maldita vez Kei – Mi tono es quizá un tanto alto.
  • Ellie, baja la voz no queremos que se entere media base – Tiene razón.
  • Kei, abre – Repito un poco más bajo – Soy yo, Ellie, y Kai viene también – Espero que se ponga las gafas con esto último.
  • ¿Es importante que sepa que yo vengo? – Pregunta  extrañado.
  • Sí, lo es – Estoy tan nerviosa que hablo con un tono bastante borde – Kei, como no abras te vas a arrepentir.
  • Tanto escándalo, tanto escándalo… – Oigo a Kei renegar a través de la puerta – ¿No sabéis qué hora es? – Kei abre la puerta, con gafas incluidas, molesto – Esto en mi tierra se paga con la muerte – Lo fulmino con la mirada.
  • Aparta – Digo mientras lo hago a un lado y entro corriendo en busca de Hero, el cual al verme se me echa encima.
  • ¿Y a ésta qué le pasa? – Le pregunta a Kai, que por su parte no pone buena cara al verle.
  • Nada que a ti te incumba – Mejor desconecto de esa conversación.
  • Hero, ¿estás bien? ¿Te duele algo? – Inspecciono cada rincón de su cuerpo mientras él juguetea – Estoy tan contenta de verte – A veces puedo ser muy dramática – De ahora en adelante prometo prestarte más atención y… – Me chuperretea la cara y yo suelto una carcajada acompañada de lágrimas, no sé si de felicidad o de tristeza.
  • Oye Ellie, ¿a qué se debe la visita nocturna? – Kei, supongo que cansado de intentar hablar con Kai, se acerca – ¿Acaso me extrañabas? – Apoya su brazo en mi cabeza – ¿Te sentías sola sin mí? – Ya sale su yo arrogante.
  • Créeme que no – Dice Kai quitándome su brazo de encima, gracias – Estaba muy bien acompañada – Ya empezamos…
  • ¿Quieres decir que estaba contigo? – Se ponen frente a frente, dos idiotas discutiendo.
  • No lo niego si es lo que preguntas – Decido jugar con Hero por mi paz mental, aún no me he recuperado de la pesadilla.
  • Ellie por favor, dime que no tienes nada con este… – Hace una pausa y lo mira de arriba a abajo – Coso.
  • ¿Coso? – Pregunta Kai ofendido – Pues que sepas que este “coso” es su novio, friki.
  • Sí claro, y yo soy un vulgar campesino – Dice escéptico.
  • Díselo Ellie.
  • Por favor, no te humilles más tío – Kei suena contento – Ellie es como un león, indomable… o lo será hasta que coja el látigo – Le guiña un ojo, éste es tonto – Tú ya me entiendes.

 

En ese momento Kai le suelta un puñetazo en la cara, de los que duelen con verlos, y yo decido poner fin a este circo, entre otras porque casi se le caen las gafas a Kei.

 

  • Vamos a ver, ¿podéis comportaros como personas civilizadas? – Irónico que sea yo la que diga esto.
  • Me ha pegado – Puedo decir con seguridad que no le ha dolido, ni siquiera un poco – Eres muy violento tío.
  • Y dale con el tío – Kai parece realmente cabreado – Tienes suerte de que ella esté aquí, sino te juro que te reventaba – Violencia de madrugada, suena a película mala de sábado por la tarde.
  • Estoy seguro, machote – Kei se la está buscando – Pero igual te llevas una sorpresa.
  • Sorpresa… – El ambiente se está volviendo muy tenso, y hasta Hero se pone a la defensiva.
  • Vale, suficiente – Será mejor que lo dejemos por hoy, ya sé que Hero está bien – Vámonos Kai – Tengo la extraña sensación de que, si no nos vamos ya, se van a pegar.
  • ¿De verdad estás con éste? – Cojo a Kai del brazo al ver su cara de pocos amigos y tiro de él hacia el pasillo.
  • Sí – Decido contestar para que deje de dar el follón y con suerte me deje tranquila – Estoy saliendo con este “coso” – Digo divertida, Kai por su parte suelta un gruñido – ¿Algún problema? – Kei se queda ojiplático.
  • ¿En serio? – Asiento – Bueno… no durará mucho, después de todo tú serás mía y lo sabes – Pongo los ojos en blanco y Kai hace el amago de golpearle otra vez, pero se lo impido.
  • Hasta mañana Hero – Le dedico una tierna mirada, tengo que cuidar más de él – Kei… – A él también le dedico una tierna mirada, me da pena en cierto modo.
  • A ver qué hacéis – Dice mientras cierro la puerta – Que no me entere yo de que… – Y cerré.
  • Haremos lo que nos dé la gana, estaría bueno – Kai parece un crío, no puedo evitar reírme. ¿Dónde ha quedado el imponente General? He de admitir que me alegra haber venido a este lugar, nunca imaginé sentirme humana de nuevo.
  • ¿Celoso? – Pregunto con intención de picarle.
  • ¿Yo? ¿De él? – Parece ofendido – Ni en tus mejores sueños – Vamos, que sí.
  • Orgulloso – Susurro para mí.
  • ¿Qué has dicho? – Andamos hacia el ascensor.
  • Nada – Cambio de tema – ¿Por qué le has pegado? – Me ha sorprendido que empleara la violencia, él, que va sermoneando por ahí sobre ser civilizado.
  • Porque se lo merecía, ese friki… No lo aguanto – Yo ya me he acostumbrado – ¿Quién lleva gafas de sol para dormir? – Un demonio de incógnito – Encima me he hecho daño – ¿Daño?
  • ¿Y eso? – Llamo al ascensor que no tarda en venir.
  • Tu amigo tiene la cara dura, ¿sabes? – En varios sentidos.
  • Tienes el nudillo destrozado – Digo observando su puño con heridas – Deberías desinfectarte.
  • Esto no es nada, no tienes que preocuparte – No, si no me preocupo, es por prevenir. Antes de pulsar el botón se lo piensa mejor – Aunque igual debería ir a la enfermería, por si la estupidez es contagiosa – Pongo los ojos en blanco y presiono la primera planta.
  • ¿Aún estoy a tiempo? – Pregunto con cierto todo risueño, ver a Hero sano y salvo me ha devuelto la energía.
  • ¿De qué? – Kai, tan alto, con esos ojos tan azules… centrémonos.
  • De arrepentirme por haber accedido a salir contigo – Suena divertida, divertida... No quiero que lo malinterprete. Mis dotes sociales aún están un poco oxidadas.
  • No, lo siento, no tienes escapatoria alguna – A Kai aún le dura la rabieta con Kei – Tendrías que haberlo pensado antes – Si alguien sabe hacerme reír es él.
  • Vaya, qué lástima – Me da un golpecito en la frente y salimos, ya que hemos llegado a nuestro destino.




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