Pangera

Capítulo XI

Maraton 2/5

 

-¿Qué pasó?- dijo Kailene en un tono de voz suave casi en un susurro. La chica la observo no se había dado cuenta que en la habitación estaba Kailene hasta que escucho ese susurro. Corrió hacia ella y la abrazo fuertemente.

-Chica donde estabas te buscamos por todas partes. Isaac estaba muy preocupado por ti, hasta tuvo que comunicar a Seuropia tu desaparición y mandarían tropas esta tarde si tu no aparecías- la chica pronuncio estas palabras de manera muy rápida.

- Cálmate, estoy bien por favor deja de llorar- Kailene se sentía muy mal e Irina a la estaba haciendo sentir peor. La chica se calmó y agarro un objeto cuadrado encima de una de las mesitas de la habitación, su mano hizo contacto con la pantalla del pequeño aparato y con un dedo hizo un movimiento deslizante. Rápidamente Isaac apareció reflejándose holográficamente, parecía que estuviese frente a ellas Isaac miro a Irina.

-Espero que esto sea importante- Isaac se veía ojeroso. Lucia muy cansado.

-Kailene apareció- Isaac se separó del objeto que permitía la comunicación entre ellos dos, dado que su figura no se reflejó más. Al poco tiempo entro en la habitación agarrando a su esposa y fundiéndola en un caluroso abrazo.

Kailene no sabía cómo responder a aquello, estaba tan confundida que solo se quedó allí estática mientras Isaac le decía lo preocupado que estuvo y lo mal que la había pasado durante su ausencia. Kailene recordó todo de nuevo, las lágrimas no tardaron en salir. Pero no eran de tristeza sino de rabia, si rabia por aquella situación que había pasado, rabia porque Isaac no la busco bien. Debió encontrarla debió estar allí antes de que aquello le sucediera. Pero no, ella no es lo suficientemente importante para él.

Se apartó bruscamente de él, no quería tenerle cerca, quería estar sola y así se lo hizo saber. Isaac se extrañó por el comportamiento de ella pero no le reclamo nada, él sabía que si salía con eso ella se pondría peor y no quería aumentar los problemas entre ellos. Deseaba darle herederos a Seuropia ya que su padre era lo que más deseaba.

Salió de allí junto con Irina, necesitaba darse un baño y descansar, por ese día cancelaría todos los asuntos oficiales. Mañana continuarían y le pediría a Kailene una explicación de lo ocurrido. Mientras tanto la dejaría descansar aquello no se quedaría así. Ella no debió escapar así de él o eso era lo que él creía. Pensaba que ella escapaba de él y eso le molestaba él no debía dejar que eso pasará sino de lo contrario todo el esfuerzo por dejar herederos sería en vano.

Kailene agradeció quedar sola no necesitaba compañía en esos momentos necesitaba descansar y asi lo hizo, se levantó mareada de aquella cama no sabía cuánto tiempo había dormido, se le había hecho muy corto, se dio otro baño seguía sintiéndose muy sucia, tocar su cuerpo le daba asco. Salió del baño y se comenzó a vestir se colocó una pijama porque no quería salir de aquella habitación y se acostó. Irina entró llevaba un traje en la mano.

- Chica debes vestirte cenaremos con el Krouden y su esposa- Kailene puso cara de asco.

- No bajare- espeto Kailene un poco malhumorada. Irina la miro con desaprobación pero notó algo en la mirada de Kailene que no le gusto. Tenía una mirada triste.

- Oye chica que pasa, no te veo bien- Kailene no dijo nada solo le dio la espalda.

-Déjame sola Irina, no es tu problema- Irina se quedó de piedra con lo que le dijo en este poco tiempo Kailene nunca la trató asi y tampoco ella había hecho algo para que actuara de esa manera, Irina estaba molesta.

- Mira chica yo a ti no te hecho nada para que me trates de esa manera, solo pregunte que te pasaba porque me preocupo por ti- gritó Irina al borde de la histeria.

- Será porque no abusaron de ti ayer por la noche- exclamó Kailene – la niña no sabe ¿qué es eso verdad? Que un hombre te manosee y luego te viole. ¿Qué pasa Irina estas sorprendida? Pues yo no, yo estoy adolorida. Se quitó la pijama, ves estas marcas, estos moretones, no es nada bonito tenerlos, me veo en el espejo y siento asco de mi- Kailene estaba llorando.

-Pero ¿qué demonios? ¿Quién fue el desgraciado que lo hizo?- Irina estaba sorprendida y a la vez muy triste, Kailene debió haberlo pasado mal.

- El Krouden de Pangera. Ese maldito esta allá afuera y tú quieres que yo baje a cenar con el- Kailene se había calmado un poco pero algunas lágrimas rodaban por sus mejillas.

- Esto lo tiene que saber Isaac- Irina salió corriendo de allí a Kailene no le dio tiempo de decirle que no quería decirle nada a Isaac porque se produciría una guerra.




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