—¿Entonces Noah te sabes algún número telefónico? —el niño negó más no temía, en su corazón sentía que ese hombre era el que tanto habia esperado.
—Bien —expreso Leo aunque no sabía qué hacer en realidad.
El ángel miró la escena él estaba muy complacido, se transformó en un hombre común y corriente y se acercó a ellos para darle la dirección de Carrie ya se habia encargado de susurrarle que se dirigiera allí por si su hijo lograba regresar.
—Hola creo que he visto a este niño por mi vecindario su madre es una chica joven y bonita —Leo sonrió asintiendo quizás el hombre le ayudaría.
—Efectivamente, pero él no recuerda y yo acabo de llegar de viaje debo regresarlo con su madre —respondió mientras el niño no soltaba su mano y jugaba con sus pies nadie que viera la escena supondría que era un niño perdido más bien parecían un pequeño caminando con su padre en plena víspera navideña.
—Tenga esta es la dirección —el ángel le entrego un trozo de papel le pareció que era bastante cerca de la casa de su hermana más no le presto mucha importancia.
Su hermana era esposa de uno de sus antiguos amigos y su hermana Claudia era la mejor amiga de Adriana así empezaron una relación de amistad entre dos pares hermanos de los cuales dos resultaron pareja.
Cerca del departamento de Carrie había varias casas residenciales de buen estatus el suyo no era ni parecido, sin embargo, el empleo que le consiguieron sus amigas podía costear un lugar seguro y cómodo para ella y su pequeño hijo.
El ángel les sonrió mientras halos de luz salieron de sus manos que solo fueron visibles ante los ojos de Noah no obstante algo le decía que debía guardárselo para sí mismo.
El ser mágico desapareció después de guiñarle un ojo al niño y decirle con los labios "Es el indicado"
Noah saltó de felicidad dejando al mayor confundido, pero feliz Por el bienestar del niño y también por las varias bolsas de regalo penso que lo mejor era tomar un taxi lo cual hizo escuchando al menor hablar de la escuela, sus amigos primos, pero más que nada de su madre que lloraba por no tener pareja para una fiesta de su familia que no la quería.
La sinceridad e inocencia de Noah lo tenían enamorado a excepción de su sobrino Adriviel no era muy cercano a los que miden menos de 1.50 de estatura.
...
—Aqui es señor —comunico el chofer del taxi ayudándolo a bajar las bolsas, no bien se alejó el auto cuando una Carrie sobresaltada sale corriendo de la casa sin abrigo a abrazar a su pequeño.
—Hijo de mi corazón casi me muero no vuelvas a asustarme así —expreso la angustiada madre.
—Lo siento madre es que estaba con mi nuevo papa y el esposo que necesitabas —Claudia habia salido después de ver como su amiga salió de la casa como terremoto y veía a Leo con asombro.
—Leo ¿qué hacías con Noah? —lo cuestiono, sin embargo, este no apartaba su vista de la madre y su hijo que parecen estar envueltos en su propia burbuja.
—Yo... es largo de contar —comunico con decisión, poco después llego Adri con su hijo y empezaron tanto Leo como Noah a relatar lo vivido aunque por alguna razón inexplicable ninguno menciono el ángel, la carta o la galleta de la fortuna.
Y es que la magia es de este modo no necesita ser contada para que funcione únicamente necesita ser creída y anhelada.
...
Semanas después
Leo tenía una especie de amistad extraña con el pequeño Noah, Carrie no habia querido pasar más de una o dos palabras con el pues la ponía nerviosa su manera de mirarla.
— Madre deseo ir a ver a papá —ese era el otro asunto que la tenía bastante molesta con el mayor su hijo no paraba de llamarlo de esa manera y este es feliz de llamarlo hijo.
—Noah ya te he dicho que no es tu padre además hoy es navidad y debemos viajar a casa de tus primos recuerda que fuimos invitados tus tías también irán tenemos el tiempo justo —le respondió a lo que haciendo tiernos pucheros el niño asintió.
—De acuerdo —estaba triste pues era su cumpleaños y su madre no lo dejaba compartir con su regalo por adelantado de navidad.
El timbre de la puerta se escuchó por la casa Carrie estaba ansiosa por la cena cada una de sus amigas se irían por su lado con su familia y ella llegaría con el unico hombre que estaba constantemente en su vida.
—Un momento — se escuchó desde adentro de la casa. Leo se puso aún más nervioso, los días anteriores le habia dado espacio a la joven madre no obstante ya estaba decidido a confesarle su interés en ella.
—Lo haré, le diré que deseo que ambos estén en mi vida —se susurró.
Mientras los días fueron pasando la observo a la distancia y estaba más enamorado cada momento.
Era muy joven, sin embargo, era trabajadora, luchadora, inteligente, buena madre y amiga, que más podía pedir un hombre.
— Bueno, belleza la cual también la tenía a montones, aunque tenían un serio problema que no sabía como resolver, la mujer de su interés parece repelerlo.
Carrie se apresuró a abrir la puerta quedando bastante a sombrada al ver quien estaba del otro lado no obstante más se sorprendió él por como venía vestida.
—Buenos días, disculpa la molestia traigo un regalo para el festejado y también el almuerzo —ella miró sus manos en una traía una pizza y en la otra una bolsa de regalos.
—Pasa —murmuro entre diente dándole espacio para que entrara luego de cerrar la puerta se percató de su atuendo.
¡Cielos!
¡Qué vergüenza!
Leo se aguantó una sonrisa peor entendió todo al ver a su campeón correr hacia él, desde que empezó a llamarlo padre se sentía un ser útil en el mundo.
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Editado: 17.12.2021