Recuerdo el día en el que te vi por primera vez, era el inicio de clases y tu te habias sentado en la banca de en medio, no en la de hasta atrás ni en la de hasta adelante si no justo en la del medio, como si fueras un perfecto mediador en esa ruidosa aula.
Eras diferente a los demás, eso lo note en seguida, todos miraban con impaciencia el reloj esperando que el maestro hiciera su aparición, pero tu no, tu solo mirabas al frente como si nada importara, como si todo a tu alrededor fuera insignificante, y eso me gustaba.