CARTA 24
Querido A:
Me gustaría decir que sólo te pienso en las madrugadas, cuando mi mente está despejada y el pensamiento de tu persona me absorbe.
Pero sería una mentira.
En plena luz del día, rodeada de amigos y riendo hasta que las costillas duelan, ahí estás tú, entre cada risa que lucha por no convertirse en lágrima, estás ahí en medio de mi grupo de amigos como un fantasma, recordándome que ya no estás.
Atentamente:
Una estúpida chica.