CARTA 27
Querido A:
Recuerdo esas llamadas que hacíamos, no eran muchas porque yo siempre estuve rodeada de gente y tú hacías comentarios no aptos para el público.
Antes de irte me dijiste lo harto que estabas, me dijiste que nunca aceptaba hacer llamadas y eso te hartaba.
Tenía 15 y tú 19, ¿Qué hubieran pensado si te encontraban hablándome de esa manera?
Sabes que nunca tuve padres comprensivos, además.. Hoy, cuatro años después, créeme que me doy cuenta lo mal que estaba.
Atentamente:
Una estúpida chica.