La chica sentada sobre esa inmensa cama sonrió al terminar de escribir esa última carta, la guardó en el baúl dedicado a ese chico y se levantó tomándola entre sus dedos.
Sonrió en todo el camino al precipicio, ese mismo precipicio en dónde estuvó sentada horas pensando en si debía saltar o no, pero esta vez no estaba sola, un chico la acompañaba.
"Es momento" murmuró ella sonríendo hacia el chico.
"Cuando estés lista" contestó él.
Con ambas manos abrió el baúl, encontrando esas setenta y cinco cartas escritas para el chico que la destrozó alguna vez, sonríendo tomó la primera, después la segunda y así sucesivamente hasta acumularlas en una pequeña montaña.
Un poco de alcohol sobre el papel, y después un cerillo, consumiendo en fuego todas sus lágrimas, recuerdos, y sufrimientos.
Dejó atrás todo lo que la dañaba para comenzar a pensar en un futuro, un futuro junto al chico que la acompañaba.
Un futuro sin miedos, un futuro digno de una guerrera.
Las cenizas volaban a su alrededor, algunas se enredaban en su cabello, queriendo aferrarse a lo que alguna vez fueron.
Ella era libre, el pasado ya no la tenía prisionera.
Al fin fue feliz.
FIN